martes, diciembre 08, 2020

[somosabyayala] Lanzamiento del Boletín 22 Somos Abya Yala

Boletín N°22: "Protesta Social, Represión y Militarización en el Abya Yala"

Editorial 

PDF: BOLETIN_22

La militarización en Abya Yala ha sido un requisito constante para que el saqueo de los territorios no sea interrumpido por las revueltas populares. Actualmente los pueblos y comunidades viven la reestructuración de la acumulación capitalista bajo el horizonte de la pandemia; mientras abajo se organizaba la lucha por la vida, el arriba continuó ofertando muerte. Por un lado, se evidenció crudamente que el cuidado de la salud no es una alternativa para la clase trabajadora, a quien siempre se le obligó a cumplir sus funciones en el espacio público. El aumento de la presencia policial en las calles no obedece al cuidado de la salud colectiva, sino a la fiscalización y control de los cuerpos, cayendo en una lógica macabra de violaciones flagrantes a la dignidad humana, con casos de desaparición forzada bajo este contexto en Argentina. Por otro lado, el impulso que los estados nacionales dieron al despojo de tierras, recursos y derechos de los pueblos, en el marco de la pandemia global, desbordó la rabia digna de comunidades y barrios. Pese a los riesgos sanitarios, se ha tomado la calle para defender la vida digna, el territorio y la memoria.

En este boletín se recogen algunas voces que nos abren el corazón para que a través de la palabra podamos conectarnos con las diversas geografías que aquí confluyen. La diversidad del pensamiento nos enriquece y nos obliga a repensar nuestra América, ya que los matices en que se articula el saqueo, la militarización y la represión en cada territorio nos permitirá comprendernos en una dimensión mayor y mucho más compleja. De la mano de discursos reaccionarios o acompañado de una retórica social, la militarización de los territorios en favor de la acumulación del capital no ha frenado en Abya Yala. Al contrario, se ha empoderado económicamente a las fuerzas castrenses para que amplíen sus labores bajo la justificación de la seguridad nacional y la lucha contra el narcotráfico. Quienes defienden el territorio son testigxs de cómo las fuerzas del "orden" acompañan y protegen la ocupación territorial que llevan a cabo empresas extractivas que saquean el agua, la madera, los minerales y demás recursos de las comunidades, como lo narra la compañera de El Salvador. 

El territorio de Wallmapu y sus protectores viven diariamente la persecución que ejerce el Estado a través de los cuerpos policiacos y militares, encarcelando, violando y asesinando a quienes resisten y luchan por seguir ocupando los territorios ancestrales. La serie de violaciones a los Derechos Humanos, que cometieron los carabineros en el marco de la revuelta popular chilena, para el pueblo Mapuche es parte de su cotidianidad. Sin embargo y pese a la brutalidad con que intentan frenar la organización en pueblos y barrios, el triunfo en Chile es la recuperación de aquello que creían haber asesinado en tiempos de dictadura: la solidaridad. En Colombia, ya son tantos lxs defensorxs del territorio asesindxs por las fuerzas del paramilitarismo y por acción y omisión de las fuerzas públicas, que las cuentas numéricas aumentan pero no reflejan el drama colectivo de los pueblos constantemente masacrados y revictimizados por el Estado y las fuerzas reaccionarias. La Minga llega a la capital en un contexto marcado por las revueltas de la indignación en la ciudad por la represión policiaca. Con su sola presencia los pueblos nominan la indignidad de quien se dice gobernar desde casa Nariño y únicamente es un esbirro más de la guerra y de la muerte. 

 La comunidad Otomí en la Ciudad de México ocupó las oficinas del Instituto Nacional de los Pueblos indígenas, para pedir se respete su derecho a la vivienda y a seguir existiendo como pueblos. Migrantes de sus comunidades, producto de los despojos sistemáticos de tierras y recursos, los pueblos originarios no dejan de padecer en las ciudades el exterminio, el desprecio y además la burla de los distintos niveles de gobierno, que hasta ahora no dan la cara frente a la ocupación del INPI. Este hecho se da en un contexto de fuerte cerco militar y paramilitar en diversos territorios originarios, lo cual evidencia que la lógica del actual gobierno continúa siendo preceder el despojo con la militarización y exterminio de los pueblos. En Guerrero, otro de los estados con mayor presencia de mineras canadienses, las comunidades indígenas y campesinas se enfrentan a la doble amenaza: la pandemia y el despojo violento de sustierras, tal como denuncia REMA en la nota incluida en el boletín.

Esperamos que con este esfuerzo podamos acercar las luchas y resistencias en los múltiples rincones de nuestra Abya Yala. La lucha por la vida transita los caminos contra la militarización de los territorios y le apuesta a la posibilidad de tejer espacios donde ningún pueblo sea masacrado por existir y defender sus tierras ni ninguna persona sea nunca más asesinada o violada o desaparecida por carabineros o militares.

¡Por la memoria y dignidad de nuestros pueblos!


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Somos Abya Yala - Somos Una América

Abya Yala o "tierra madura" es la forma como la etnia colombo-panameña Kuna, entre otras naciones y pueblos, conocía y conoce los territorios andinos y caribeños de nuestro continente. Es así que medio milenio después, Abya Yala no es sólo la tierra diversa y fértil que ha sido siempre, ahora representa el sueño de un continente soberano, libre del dominio extranjero; el sueño en que Abya Yala vuelva a ser nuestra y de ella se alimenten sus hijas e hijos. Es el sueño de volver a encontrarnos con lo que somos.

Reducciones Jesuíticas del Paraguay por Jorge Rubiani

lunes, noviembre 30, 2020

 LA VATIFICACIÓN Y ´SANTIFICACIÓN' N CURSO DL GNOCIDA ÁLVARO GÓMZ. FURZA A INCLUIR A SUS VICTIMAS DURANT SU PRSNCIA N ALMANIA CON SU PADR COMO MBAJADOR PLNIPOTNCIARIO(1930 Y SIGUINTS, NOMBRADO POR LOPZ PUMARJO) Y LA PROPIA DICTADURA D SU NAZIFASCISTA PADR LAURANO GOMZ.. D LA CUAL FU SU MINNCIA GRIS DTRMINADOR D LOS GNOCIDIOS N TRRITORIO NACIONAL PRPTRADOS POR LA CHULAVITA Y LLA POLICIA (LOS LLAMADOS POR NTONCS:AGUACATS) CON SUS ORDNS DSD LA DIRCCIÓN DL S.I.C.

FURON 4 MILLONS D VICTIMAS: TODAS LIBRALS, SOCIALISTAS Y GAITANISTAS....
GNOCIDIOS KU NO PUDN KUDAR IMPUNS POR SR CRIMNS D LSA HUMANIDAD IMPRSCRIPTIBLS SANCIONADOS N ALMANIA KU PROHIB POR LY OLVIDAR, NCUBRIR Y OLVIDAR...
Grave la 'desinformación' por demás falsa de toda falsedad del propio Adam Isaccson, respecto de muchas cosas:
(1) el Plebiscito refrendatorio: NADA MÁS FALSO, AFIRMAR CON TODO CINISMO :
"Las críticas a la JEP también son porque se perdió el plebiscito, eso hizo que naciera debilitada".
Con amigos así del torotuoso Proceso de Paz culminado con el Acuerdo ORIGINAL -ÙNICO VÀLIDO - firmado en la Habana, Cuba;
para kue enemigos!!!!
(Claro, lo importante para los godos de usa como para los godos locombianos, son todas las ilegitimas modificaciones introducidas en favor de las narco-paracas FFMM y otros de la godarria criolla en el Teatro Colòn de Bogotà
( los mismos negociadores de las FARC reconocen kue los asediaban los militares y otros pidiendoles incorporar beneficios para los mismos. Mientras, de otra parte, les impedian tener un lugar donde con alguna seguridad domiciliarse kue al fin encontraron en una comunidad religiosa.)
Increible kue el Señor Adam use su cargo para desinformar y confundir a la opinión pública de esa tan impùdica y nefasta manera.
Hay kue exigirle la necesaria rectificación inmediata en tema tan sensible para la opinión pública del pais y de paises acompañantes del proceso de Paz- y lo hago yo mismo - ya lo hice formalmente desde estas páginas ante la Jep- y su nuevo Presidente y el Conejo de estado, la Corte Constitucional, la Fiscalìa General de la Naciòn, Consejo Superior de la Judicatura dentro de las diligencias archivadas Nº 110016000102202000108- coayduven por favor,
Se hace necesario kue además de rectificar tamaña falsedad....más peligrosa kue la falsemia del covid.... Solicite las pruebas aportadas - De nada menos kue 'Confesión' - por el propio Yerno de Trump y Jefe de su delicuencial campaña a la presidencia, rendida ante a la Comisión del Senado en usa kue investigó al tramposo Trump - dizkue por haber obtenido el apoyo de redes sociales manipuladas por especializados hakers rusos a órdenes de V. Putin, presidente de la nueva 'federación rusa'......
el yerno d Trump tuvo kue corregir y señalar y confesar no ser cierta tal acusación... contra V. Putin...... y, por el contrario, asumir su responsabilidad personal y autoria de tales programas para dañar con información tendenciosa y falsa a grupos especiales y sensibles a las mismas.... para dañar la imagen de su contrincante la Sra Clinton......!!!!!!!!
Agregó kue no lo hizo sólo....sino kue se apoyó en el 2° de FB - su compañero de curso en la Universidad - para lo cual usaron la firma ANALITICAL, creada con tales fines y propòsitos por los fundadores deFaceboook, experta en la estructuracòn y el análisis de tales programas.
Y, como si se tratara tan sólo de un chiste de mal gusto.... señalaron con todo desparpajo - propio de redomados cìnicos de la ultraderecha oligàrkuica norteamericana apoderada del partido 'republicano'- ante los imperterritos integrantes de la Comisiòn Investigadora del ultra-derechista-nazi-sionista Senado gringo: ' haber probado tales programas en - su banana republic- Locombia.....! para ayudar a ganar a sus amigos su plebiscito por el NO a la Paz!!!!!! con el concurso del haker, amplio conocedor de la politica locombiana, señor Rendòn!!!!
Igual kue el senador Gustavo Petro exige a la 'justicia' de usa, asì burlada y engañada, abrir causa criminal a los funcionarios espias gringos y locombianos; y, en Locombia a la comisión de absoluciones del ilegitimo narco-paraco-furibundo congreso espurio abrir causa penal contra el ex-fiscal-cianuro ....
en relación con las actividades ingerencistas del dictatorial gobierno de usa a traves de la 'dea' para destruir el proceso de paz y acusar falsamente a desmovilizados como Santrich y demás - kue tuvieron kue huir a la selva -, con el fin de lograr su extradición a usa....
Y, tambien por usar A LOS MISMOS, incluido el fiscal cianuro, - como instrumento para ser parte activa de las actividades del 'tramposo' y nazi-sionista Trump, al otro lado del Pacìfico en Asia, movilizando miles de millones de dollares para derrocar al presidente de Turkya, el señor endorgan!!!
( Bien..... Muy Bien por los buenos oficios de nuestro esclarecido senador Petro en este 'otro abstruso como escabroso affaire internacional' de juego de tronos del actual dictatorial 'dueño' del imperio norteamericano, señor Trump)
Como investigador cientifico y social; y como Liberal Socialista -Cristiano- formado en un Seminario Conciliar, impulsor del traicionado Voto en Blanco por sus dirigentes por entonces, es una pena kue tal coherencia del senador Petro se le escape tambien ahora, en relación concretamente con los genocidios perpetrados por sus amigos y afines sectores 'conservadores' kue se le estàn uniendo a su nueva candidatura - envez de reclamar su legitima presidencia actual con el peso de 8millones de votos!!!-, a pesar de kue son nazifascistas a ultranza y de tiempo completo en Colombia desde siempre y, en particular, desde la I y II guerras mundiales,
Le recuerdo algunos importantes hechos històricos, con el post dirigido inicialmente al columnista y Señor Cardozo entre otros : estas contradictorias acotaciones históricas:
(mirar libro sobre Hitler en Locombia y otros cuatro libros sobre el mismo criminal nazifascista en A. Latina:
1ª Acotaciòn: sobre Laurantecedentes del movimiento M-19......
Lo fundaron los godos alvaristas.....
con el Cinep y la Curia Episcopal Colombiana ultragoda Laureanista a morir......
para llevar a su hijo Álvaro Gómez al solio presidencial.......
Álvaro Gómez mismo es co-fundador del M-19..... Para eso fue que lo crearon......
Y, para catapultarlo a la presidencia fue que se realizó el Auto-secuestro de Álvaro Gómez por el M-19......que nadie se la creyó.....
La prensa liberal ( diarios El Tiempo y El Espectador) no divulgaron la noticia sino varios días después......
pues, era conocido de todos el origen y los fines del movimiento hecho con la participación directa de la Curia que autorizó su escondite en el Seminario Mayor de Bogotá.......
por entonces, nadie se escandalizó por ello, (como ahora, hipócritamente, con el encarcelamiento en la misma de Santrich!!!!);
pues claro, para ello la hegemónica Familia Gómez Hurtado tenía y tiene aún hoy, a un hermanito del mismo Álvaro Gómez en sus filas como cura, profesor universitario (de una de las universidades más godas y ultramontanas del país: la Salle) y columnista de un diario capitalino en el que vomita fuego contra 'la revolución bonita' y la integración latino-americana.....
Pero, esta no es sino la mitad de la historia del génesis del movimiento político......
Sus antecedentes...... en concreto arrojan mucha luz, que permiten explicar suficientemente, la barbarie, los genocidios sin cuenta de la hegemonía ultraconservadora y el horror y los desplazamientos forzados que vivieron las mayoritarias huestes por entonces del Gran Partido Liberal seguidoras del Socialismo Cristiano y Utópico de Rafael Uribe Uribe, Murillo Toro, Olaya Herrera, López Pumarejo, Darío Echandía y Jorge Eliécer Gaitán, entre otros......
Para empezar, ya en la década de los años 30s y 40s durante la II Gerra Mundial, el nacimiento, auge y caída del NAZIFASCISMO ALEMÁN liderado por HITLER, 'tuvimos la extraña fortuna de tener al propio Laureano Gómez, el padre de Álvaro Gómez, como embajador en Alemania y al General Rojas Pinilla como su agregado militar y su hijo Álvaro bebiendo en las fuentes del NACIONALSOCIALISMO.....
Así que no es para extrañarse, del horror vivido con la violencia chulavita ultra-conservadora de esos años, arreciada con la dictadura de Ospina Pérez que cerró el hoy espurio y criminal Congreso de la República y forzó la retirada de la candidatura a la presidencia del doctor Darío Echandía, ante los asesinatos selectivos por miles y miles de liberales en ese período, incluido el propio hermano de Darío Echandia!!!
La historia se repite!!!
Así fue como subió en 1952 a la presidencia el propio Laureano Gómez y en el sólo primer año de su gobierno perecieron en los campos y poblaciones del país a manos de la policía y la chulavita godas totalmente por entonces más de 350.000 liberales....!
Y, kuien dirigia el SIC( servicio de inteligencia colombiano -asì se insultaba la inteligencia-)? Pues nada menos kue la 'eminencia gris de esa dictadura nazifascista! el propio hijo de Laureano Gòmez! Álvaro Gómez Hurtado..... en esas tenebrosas oficinas se hacían las listas de liberales para asesinar `por parte de la 'chulavita' SS criolla y la policia o aguacates!!! Asì perecieron en manos de tan ominosos regimen 4 millones d Liberales, socialistas y gaitanistas.!!!! es eso lo kue se kuiere encubrir!!!!)
Todo el mundo conoce, además, la violencia en el período de la dictadura de Rojas Pinilla y su eminencia gris de esa dictadura, el FAMOSO ministro de gobierno PAVOR NUÑEZ! ..... su traición al acuerdo de paz que hiciera con las guerrillas campesinas del Llano y del asesinato de todos sus lideres..... ¡Que ironía, esa violencia ahora en los organismos de derechos humanos internacionales se le ha dedicado un dia en especial al año para recordarla: precisamente, el 19 de Abril.....! Pregúntenle a la Hija de Gloria Gaitan y a su esposo como lo lograron..... favor difundir......pues, sólo la verdad os hará libres! Por eso mismo, es muy extraño, pero, muy extraño; que ahora... como lo hizo Petro en la Plaza de Bolívar..... al comparar las figuras de Álvaro Gómez, con la del otro Álvaro (Uribe 'Valas') presente sólo a éste como un 'monstruo' al que Álvaro se le quedó en pañales en materia de barbarie y asesinatos de liberales socialistas y gaitanistas...... Sólo para emular al 'epígono' de una de las castas hegemónicas ultragodas y genocidas como los Gómez Hurtado..... cuyos genocidios siempre han quedado impunes.......nunca han pedido perdón por los crímenes de su familiares y siempre han sido perdonados de facto por los parlamentos y gobiernos ultragodos y los filocomunistas que ahora han cerrado filas con ellos para poder participar en las migajas del gobierno y el poder presupuestal........no se me hará extraño que a última hora, cuando el Fürer Furibe, aprecie cómo las masas populares engañadas con sus medios masivos de información, son idólatras de su propio líder:Álvaro Gómez, tome la pirinola de candidatos godos y ultragodos, la ponga a jugar y la aplaste contra la mesa, cuando tenga la figura petrista hacia arriba...
Post Data... FALSO HUMANISMO?
Tanto, pero tanto, tanto se embebió, hasta culturalmente, Álvaro Gómez con el Nacional Socialismo (nazifascismo alemán) que en su libro, sujestivamente intitulado: 'Revolución en América', presenta a las culturas amerindias, como razas inferiores, que ni siquiera pudieron desarrollar un alfabeto y la escritura; no sé que hubiera hecho o, cómo hubiera reaccionado, ante los importantísimos hallazgos del científico ruso Norosof que en 2006 logró descifrar los 'ideogramas' que pululan en las prámides, templos y demás construcciones que ha sobrevivido hasta hoy en Indoamérica: ( así los denominan los etnólogos como él de la gran cultura Maya....que hoy les permiten re-encontrarse con el gran legado de sus ancestros a todos los pueblos indígenas de Méjico y Centro América toda). Y, todo para justificar los genocidios sin cuenta con que se los ha exterminado hasta hoy en toda América. especialmente en Colombia........
Estamos ante el inminente peligro de que sólo se trate de una nueva 'restauración conservadora' o, de una nueva 'regeneración, fascistoide como la que lideró el propio Rafaél Núñez, quien primero, en las filas del partido liberal, participó en la redacción de la Constitución de 1863, bastante democrática para la época por lo federal de su estructura republicana; tanto que Rubén Darío ( el gran poéta nicaraguense), la tildó de 'constitución para ángeles' y luego, el mismo Rafaél Núñez no tubo empacho, 23 años después, en liderar la redacción y promulgación de la Constitución de 1886, a nombre de la reacción ultra-conservadora y clerical que él mismo, bajo el lema: 'la constitución del 63 ha muerto', hizo refrendar en cada uno de los estados federales de la Gran Colombia....
2ª ACOTACIÒN CRITICA.
MAS...CÓMO SI MILITAS CON LA FALSA IZKUIRDA
HOY DIZKU D CNTRO.... ALIAD CON L MISMO DMONIO AZUL Y SUS DIOSS NAZIFASCISTAS
COMPRUBLO USTD MISM 📷
MUNDO
“Hitler fue recibido en Colombia por un círculo intelectual nazi”
Según el escritor Abel Basti, Hitler llegó a Colombia en 1954 protegido por el general Gustavo Rojas Pinilla y por el Gobierno de Estados Unidos.
Santiago Serna Duque |27.04.2018
📷Imagen de archivo de Adolf Hitler, el máximo líder del nazismo. (Suhayb Abdullah Hocalar - Agencia Anadolu)
BOGOTÁ, Colombia
Por: Santiago Serna Duque
A través de numerosas entrevistas, archivos desclasificados de la CIA y documentos periodísticos, el escritor y periodista argentino Abel Basti (5 de julio de 1956) publicó su cuarto libro sobre los años en los que, según él, el máximo líder del nazismo, Adolf Hitler, vivió en Suramérica.
En el marco de la Feria del Libro de Bogotá (FILBo), Basti hizo el lanzamiento de Hitler en Colombia, un libro que, por medio de minuciosas investigaciones, reproduce el trasegar del Führer por ese país suramericano.
La Agencia Anadolu dialogó con Basti sobre los recorridos de Hitler en los municipios de Tunja y Paipa, la relación del líder del Tercer Reich con un exsoldado de la SS (cuerpo de protección de Hitler) que vivía en Colombia y sobre las filiaciones que algunos expresidentes tenían con el nacionalsocialismo.
¿Por qué dedicó buena parte de su vida a investigar la supuesta estadía de Adolf Hitler en Sudamérica?
Bueno, yo era periodista en San Carlos de Bariloche (Argentina) y no me interesaba el tema de los nazis ni de la Segunda Guerra Mundial. Pero hubo un pedido de extradición contra un ciudadano prominente de la ciudad en la que trabajaba que, se supo después, era capitán de la Gestapo (Policía secreta nazi).
Esta persona estuvo detenida en Bariloche mientras aprobaron su extradición a Italia. Durante ese tiempo yo tuve que escribir todos los días sobre los nazis para diferentes agencias de noticias y diarios argentinos.
En ese lapso de tiempo, la única noticia que valía la pena en materia internacional de Argentina era el caso de este nazi, lo que significó mucho volumen de producción, y para redactar todo eso tenía que investigar bastante.
A partir de esas indagaciones acumulé información sobre la situación de los miembros nazis en Sudamérica que llevo trabajando durante 20 años.
¿Durante este tiempo reafirmó la teoría de que Hitler no se suicidó en un búnker de Berlín (Alemania) con su amante Eva Braun?
Sí, lo que pasa es que ese es un tema de legalidad y de pruebas. Si uno revisa los diarios de esa época, en 1945, la información pública era que Hitler había escapado.
Cuando llegan los rusos al búnker de Berlín comunican que el Führer huyó del lugar. A su vez, Stalin hizo un pedido para que Hitler fuera enjuiciado en Núremberg aun habiendo escapado. También hubo un reclamo por parte de los Aliados a España por darle cobijo temporal al máximo líder nazi.
Ya terminada la Segunda Guerra, la Alemania de la posguerra no declaró muerto a Hitler sino hasta 1955, lo que indicaba que el estatus entre el 45 y el 55 del Führer era de una persona viva, sin condena ni orden de captura. En fin, una cantidad de información publicada en los diarios que certifica el escape de Hitler y de Braun.
Cabe decir que Stalin, antes de morir, siempre sostuvo la tesis de que Hitler huyó.
¿Y qué pasó con el cráneo que sirvió como prueba para determinar que Hitler se disparó en la cabeza?
Esa prueba tangible de la que usted habla, que tenían los rusos en los archivos federales de Moscú, se comprobó hace unos años -a través de un análisis de ADN- que correspondía a un cráneo femenino.
Tras el escape, usted afirma que Hitler vivió en Argentina por varios años, amparado por el presidente Juan Domingo Perón. ¿Qué pruebas tiene para hacer esa afirmación?
Unos documentos del FBI dicen que Hitler vivía en un rancho en los Andes de la Patagonia argentina. Pero no fue exactamente Perón quien planeó dar refugio a Hitler en mi país.
Todo ocurrió gracias a un pacto militar entre Estados Unidos y los nazis acordado poco antes de que terminara la guerra en el 45. El tratado pretendía evacuar hacia occidente: el capital, miles de hombres, los desarrollos industriales y las divisas de Alemania para que todo esto no cayera en manos de los rusos, quienes estaban avanzando sobre media Europa y habían entrado en Alemania.
En ese sentido, Hitler tenía un plan B de evacuación con los destinos y los modos de transporte que negoció con los Aliados. El plan se concretó y tanto Hitler como otros líderes del Tercer Reich llegaron a la Argentina y a otras naciones de Suramérica.
Y Colombia no fue la excepción…
Sabemos que Hitler llega a Colombia en 1954 (o quizás a finales del 53) a través de Perú y estuvo en el país cerca de un año, según documentos de inteligencia de la CIA.
En Tunja fue recibido por el corazón intelectual del círculo nazi, constituido por académicos, militares y dirigentes conservadores. Allí se reunió con su principal amigo, el doctor Julius Sieber, exrector de la Universidad Pedagógica, nombrado por el general Gustavo Rojas Pinilla, y asistió a la fundación de una empresa metalúrgica.
Es importante decir que la llegada de Hitler a Colombia ocurrió en un contexto político especial. Todos los gobiernos militares de la época avalaban la llegada de muchísimas empresas alemanas con capitales nazis para protegerlas de la “amenaza comunista”.
Además, arribó en el marco de una serie de acuerdos geoestratégicos en los que las naciones suramericanas suplieron la necesidad de acero que tenían las naciones de la OTAN a inicios de la Guerra Fría.
¿Hitler se reunió en Tunja con un exintegrante de la SS, llamado Philip Citroen, para velar por los intereses comerciales de la Alemania nazi en Suramérica?
Uno podría presuponer que, en el marco de lo que estamos hablando, había muchos temas para coordinar y Hitler se habría reunido con Citroen para hablar de negocios. Pero no se lo puedo asegurar.
¿Es verdad que el expresidente de Colombia Laureano Gómez realizaba tributos en honor a Hitler en Paipa?
Hay dos testimonios cruzados, publicados en el periódico El Espectador, que coinciden -aunque el periodista es escéptico- con un homenaje hecho por el expresidente conservador a Hitler en Paipa, sin su presencia.
A esto se le puede sumar el testimonio del escritor Edwin Cristian Umaña, quien aseguró que su abuelo contaba que Gómez, junto con un pequeño grupo de personas, hicieron dicho tributo al Führer.
El abuelo de Umaña también afirmó que el líder nazi se habría bañado en los termales locales de Paipa por razones de salud. Todo esto coincide geográficamente con la descripción del informe de la CIA.
¿Por qué las fuerzas aliadas o la Mossad israelí no capturaron a Hitler como sí ocurrió con Adolf Eichmann?
Porque gozaba de protección absoluta. Había unos acuerdos entre alemanes y norteamericanos en los que Hitler gozaba de protección, como la mayoría de líderes nazis.
La captura de personajes como Eichmann fue una excepción, y se llevó a cabo para darle a la comunidad internacional alguna imagen de que se perseguía a los nazis. Pero esto en la práctica no fue así porque los principales receptores de miembros del Tercer Reich fueron los estadounidenses.
Y no estamos hablando solamente de los científicos, que es la imagen que se ha dado a conocer para proteger al Gobierno de Estados Unidos.
EEUU incorporó en sus filas a expertos en guerras bacteriológicas, en guerra misilística y química, entre otras especialidades y, sobre todo, a expertos militares que a lo mejor eran buscados como criminales pero que trabajaban para los servicios secretos o el Ejército de Estados Unidos.
Esto que le digo se sabe por la desclasificación de archivos secretos de la CIA. De hecho, hace algunos años hubo una resolución para que se retirara la pensión a los exnazis que estaban viviendo en Estados Unidos.
El FBI aseguró que en vísperas de la Segunda Guerra Mundial había espías de la Alemania nazi en Colombia. ¿Cuál era su trabajo?
Bueno, está claro que se realizaron en Colombia trabajos de espionaje que también eran comunes en toda la región. A través de las redes de espías se llevaron a cabo acciones de propaganda y la coordinación de infiltraciones en círculos políticos, empresariales y militares, con el objetivo de proporcionar datos a Berlín sobre lo que pasaba en aquellos tiempos en Colombia. La idea era coordinar todas las acciones internacionales a favor de las potencias del Eje (Italia, Japón y Alemania).
Era una red similar a la que tenían los norteamericanos en la guerra de contraespionaje en Suramérica.
¿Por medio de esas infiltraciones Hitler pretendía provocar golpes de estado en países suramericanos?
Yo revelo en este y otros libros que él tenía un interés en que los gobiernos suramericanos fueran afines al nacionalsocialismo, que parecía iba a ganar la Segunda Guerra. Esto podría implicar que ciertos movimientos políticos accedieran de una forma u otra al poder, ósea, de manera democrática o por la vía de un golpe militar.
En dicha estrategia fue muy importante la figura de Juan Domingo Perón, quien en esa época propició, por ejemplo, el 'Golpe de Pasto' en Colombia, que pretendía derrocar a Alfonso López Pumarejo (presidente entre 1942 y 1945) y que terminó siendo frustrado.
El papel de Perón en cuestiones de desestabilización en diferentes gobiernos suramericanos fue bastante importante.
Para terminar, ¿Colombia fue uno de los países favoritos para los miembros del Tercer Reich que vivieron en el exilio?
Sí, sí, Colombia fue muy importante para muchos nazis exiliados porque además pudieron llegar al país de forma disimulada y pasaron desapercibidos. Esta nación no parecía estar en los planes de muchos nazis, pero en el marco del fin de la guerra hubo un desembarco no solo de exmilitares nazis sino de una llegada de generosos capitales económicos alemanes relacionados con laboratorios farmacéuticos, químicos y compañías de telefonía. Un sinfín de empresas que fueron contratistas del Estado durante el gobierno de Rojas Pinilla.
En ese sentido, también llegaron pilotos alemanes que trabajaron en compañías como Avianca. Hubo una recepción masiva de capitales de los que los nazis en el exilio se aprovecharon para poder trabajar. Lo diferente es que esto era totalmente desconocido hasta el día de hoy y es algo muy importante en el contenido de mi libro.
3ª ACOTACIÒN:Nacionalistas a secas? No. copia y calco del Nacional Socialismo creado por Hitler y su pandilla oligárquica.... y muy interesante la referencia hecha al 'nacionalismo' d Stalin en la Rusia Socialista d I.V. Lenin.... sin embargo, hay necesidad histórica d acotar al respecto, ku por llo s lo llama FASCISMO ROJO.... mas, s id´ntico al FASCISMO NEGRO D HITLER Y VAN D LA MANO...LOS DOS PEGADITOS (vrlo en Italia con Mussolini y españa con Franco (aliado con los anteriores para destruir la Rpùblica y al fin d la guerra esconder a Hitler y su horda d genocidas por un tiempo en su huida a Colombia, protegido por los dictadores OSPINA, LAUREANO y PINILLA...( larga supr obscura historia ocultada por las facciones godas d la nazifascista polìtica colombiana y tambi´n por toda la acadmia nazifascista latinoamericana y sus cochinas formaciones polìticas pseudo-socialdmòcratas hasta hoy!!! Hay , n l contexto d lo ku callas soterradas verdades cuyo silncio sólo bnnfician al proycto Nacifascista n l podr n forma dictatorial n Locombia.... al cual han han adherido las falsas izquierdas...todas....absolutamente todas..... al final d todo pudo al menos señalar: Bueno ... lamento kue ambos ( hablo d la godarrriiiiaaaaa d los furiburros así como d los Petristas) tengan los mismos ídolos políticos: Laureano Gómez, Álvaro Gómez, Gustavo Rojas Pinilla los cuales con el dictador Ospina n las décadas d los 40s y 50s bañaron en sangre d liberales gaitanistas y socialistas a Colombia.... Tuvieron como huésped de honor al mismo dictador nazi Adolf Hitler y todo su combo genocida.... fueron más d 4 millones de demócratas liberales gaitanistas y socialistas los asesinados en ese período... deshonestamente ocultado hasta por la academia ultragoda toda ella.... lo mismo, las jerarquías de la Iglesia.... Las revelaciones al respecto, por un periodista Argentino ..en la feria del libro en Bogotá...se conocen desde el año 2017..... Si tales revelaciones... se hubieran propalado con profusiòn.... otra situaciòn polìtica muy distinta - ante la indignaciòn de las conciencias críticas.... estuviéramos viviendo..... Toda la Sociedad es cómplice de la super corrupta, criminal, violenta y genocida dictadura kue padecemos....! Maldita falsa democracia burgalesa y prostituta de los poderes mafiosos constituidos a los cuales sirve con mezquino interés mercantil.... ahí tendrán a su merecido dios momo y bufón de presidente del narco-paraco-militar-congreso spurio....
4ª ACOTACIÒN CRITICA PARA CONTXTUALIZAR:
Bueno ... lamento kue ambos tengan los mismos ídolos políticos: Laureano Gómez, Álvaro Gómez, Gustavo Rojas Pinilla los cuales con el dictador Ospina n las décadas d los 40s y 50s bañaron en sangre d liberales gaitanistas y socialistas a Colombia.... Tuvieron como huésped de honor al mismo dictador nazi Adolf Hitler y todo su combo genocida.... fueron más d 4 millones de demócratas en ese período... deshonestamente ocultado hasta por la academia ultragoda toda ella.... lo mismo, las jerarquías de la Iglesia.... Las revelaciones al respecto, por un periodista Argentino ..en la feria del libro en Bogotá...se conocen desde el año 2017..... Si tales revelaciones... se hubieran propalado con profusiòn.... otra situaciòn polìtica muy distinta - ante la indignaciòn de las conciencias críticas.... estuviéramos viviendo..... Toda la Sociedad es cómplice de la super corrupta, criminal, violenta y genocida dictadura kue padecemos....! Maldita falsa democracia burgalesa y prostituta de los poderes mafiosos constituidos a los cuales sirve con mezquino interés mercantil.... ahí tendrán a su merecido dios momo y bufón de presidente del narco-paraco-militar-congreso spurio....
“Medir el problema del narcotráfico en hectáreas cultivadas es un error”: Adam Isacson
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“Medir el problema del narcotráfico en hectáreas cultivadas es un error”: Adam Isacson
Para el encargado de la Veeduría de Defensa de la Oficina de Washington para Asuntos Latinoamericanos (WOLA), se debe hablar también de ausencia del ...
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sábado, octubre 24, 2020


FIRMEMOS Y EXIJAMOS QUE SE CUMPLAN POR ESTOS GOBIERNOS NEOLIBERALES LOS TRATADOS SOBRE LOS DERECHOS DE LOS NIÑOS A LA VIDA, A LA VIDA DIGNA, A LA ALIMENTACIÓN, A LA SALUD, A LA EDUCACIÓN, A LA VIVIENDA A LA PROTECCIÓN, A LA VIDA EN FAMILIA, A LA INCLUSIÓN SOCIAL, AL AMOR, AL BIENESTAR, A LA PARTICIPACIÓN, A LA CIENCIA Y A LA CULTURA, ETC QUE HACE YA MUCHOS DECENIOS HAN SIDO INSTRUMENTALIZADOS EN LOS HOY OLVIDADOS ACUERDOS INTERNACIONALES SUSCRITOS POR COLOMBIA CON LOS ORGANISMOS ESPECIALIZADOS COMO UNICEF, OIT, OMS, FAO, UNCTAD - MNOAL - PUES FORMAN PARTE DEL ORDENAMIENTO CONSTITUCIONAL EN CALIDAD DE ´CLÁUSULAS PÉTREAS (INDELEBLES) DE LA MISMA QUE POR TODOS LOS MEDIOS SE TRATA DE IGNORAR POR LOS EGOISTAS NARCO-TERRATENIENTES-GANADEROS-MERCANTILISTAS-AGIOTISTAS-VIOLENTOS SIONISTAS QUE SE HAN APODERADO ILEGÍTIMAMENTE DE TODAS LAS RAMAS DEL PODER
PARA MOTIVAR ESTA 'EXTRAÑA' PETICIÓN, PERMÍTOME RECORDARLES LAS MEMORABLES PALABRAS DE GABO AL RESPECTO:
Por un país al alcance de los niños
En la ceremonia de entrega del informe de la Misión de Ciencia, Educación y Desarrollo, el jueves pasado en el palacio de Nariño, el Premio Nobel de Literatura, Gabriel García Márquez, pronunció las siguientes palabras:
Los primeros españoles que vinieron al Nuevo Mundo vivían aturdidos por el canto de los pájaros, se mareaban con la pureza de los olores y agotaron en pocos años una especie exquisita de perros mudos que los indígenas criaban para comer. Muchos de ellos, y otros que llegarían después, eran criminales rasos en libertad condicional, que no tenían más razones para quedarse. Menos razones tendrían muy pronto los nativos para querer que se quedaran.
Cristóbal Colón, respaldado por una carta de los reyes de España para el emperador de China, había descubierto aquel paraíso por un error geográfico que cambió el rumbo de la historia. La víspera de su llegada, antes de oír el vuelo de las primeras aves en la oscuridad del océano, había percibido en el viento una fragancia de flores de la tierra que le pareció la cosa más dulce del mundo. En su diario de a bordo escribió que los nativos los recibieron en la playa como sus madres los parieron, que eran hermosos y de buena índole, y tan cándidos de natura, que cambiaban cuanto tenían por collares de colores y sonajas de latón. Pero su corazón perdió los estribos cuando descubrió que sus narigueras eran de oro, al igual que las pulseras, los collares, los aretes y las tobilleras; que tenían campanas de oro para jugar, y que algunos ocultaban sus vergüenzas con una cápsula de oro. Fue aquel esplendor ornamental, y no sus valores humanos, lo que condenó a los nativos a ser protagonistas del nuevo génesis que empezaba aquel día.
Muchos de ellos murieron sin saber de dónde habían venido los invasores. Muchos de éstos murieron sin saber dónde estaban. Cinco siglos después, los descendientes de ambos no acabamos de saber quiénes somos.
Era un mundo más descubierto de lo que se creyó entonces. Los incas, con 10 millones de habitantes, tenían un estado legendario bien constituido con ciudades monumentales en las cumbres andinas para tocar al dios solar. Tenían sistemas magistrales de cuenta y razón, y archivos y memorias de uso popular, que sorprendieron a los matemáticos de Europa, y un culto laborioso de las artes públicas, cuya obra magna fue el jardín del palacio imperial, con árboles y animales de oro y plata en tamaño natural. Los aztecas y los mayas habían plasmado su conciencia histórica en pirámides sagradas entre volcanes acezantes, y tenían emperadores clarividentes y artesanos sabios que desconocían el uso industrial de la rueda, pero la utilizaban en los juguetes de los niños.
En la esquina de los dos grandes océanos se extendían 40.000 leguas cuadradas que Colón entrevió apenas en su cuarto viaje, y que hoy lleva su nombre: Colombia. Lo habitaban desde hacía unos 12.000 años varias comunidades dispersas de lenguas diferentes y culturas distintas, y con sus identidades propias bien definidas. No tenían una noción de Estado, ni unidad política entre ellas, pero habían descubierto el prodigio político de vivir como iguales en las diferencias. Tenían sistemas antiguos de ciencia y educación, y una rica cosmología vinculada a sus obras de orfebres geniales y alfareros inspirados. Su madurez creativa se había propuesto incorporar el arte a la vida cotidiana -que tal vez sea el destino superior de las artes- y lo consiguieron con aciertos memorables, tanto en los utensilios domésticos como en el modo de ser. El oro y las piedras preciosas no tenían para ellos un valor de cambio sino un poder cosmológico y artístico, pero los españoles los vieron con los ojos de Occidente: oro y piedras preciosas de sobra para dejar sin oficio a los alquimistas y empedrar los caminos del cielo con doblones de a cuatro. Esa fue la razón y la fuerza de la Conquista y la Colonia, y el origen real de lo que somos.
Tuvo que transcurrir un siglo para que los españoles conformaran el estado colonial, con un solo nombre, una sola lengua y un solo dios. Sus límites y su división política de 12 provincias eran semejantes a los de hoy. Esto dio por primera vez la noción de un país centralista y burocratizado, y creó la ilusión de una unidad nacional en el sopor de la Colonia. Ilusión pura, en una sociedad que era un modelo oscurantista de discriminación racial y violencia larvada, bajo el manto del Santo Oficio. Los tres o cuatro millones de indios que encontraron los españoles estaban reducidos a un millón por la crueldad de los conquistadores y las enfermedades desconocidas que trajeron consigo. Pero el mestizaje era ya una fuerza demográfica incontenible. Los miles de esclavos africanos, traídos por la fuerza para los trabajos bárbaros de minas y haciendas, habían aportado una tercera dignidad al caldo criollo, con nuevos rituales de imaginación y nostalgia, y otros dioses remotos. Pero las leyes de Indias habían impuesto patrones milimétricos de segregación según el grado de sangre blanca dentro de cada raza: mestizos de distinciones varias, negros esclavos, negros libertos, mulatos de distintas escalas. Llegaron a distinguirse hasta 18 grados de mestizos, y los mismos blancos españoles segregaron a sus propios hijos como blancos criollos.
Los mestizos estaban descalificados para ciertos cargos de mando y gobierno y otros oficios públicos, o para ingresar en colegios y seminarios. Los negros carecían de todo, inclusive de un alma; no tenían derecho a entrar en el cielo ni en el infierno, y su sangre se consideraba impura hasta que fuera decantada por cuatro generaciones de blancos. Semejantes leyes no pudieron aplicarse con demasiado rigor por la dificultad de distinguir las intrincadas fronteras de las razas, y por la misma dinámica social del mestizaje, pero de todos modos aumentaron las tensiones y la violencia raciales. Hasta hace pocos años no se aceptaban todavía en los colegios de Colombia a los hijos de uniones libres. Los negros, iguales en la ley, padecen todavía de muchas discriminaciones, además de las propias de la pobreza.
La generación de la Independencia perdió la primera oportunidad de liquidar esa herencia abominable. Aquella pléyade de jóvenes románticos, inspirados en las luces de la Revolución Francesa, instauró una república moderna de buenas intenciones, pero no logró eliminar los residuos de la Colonia. Ellos mismos no estuvieron a salvo de su hados maléficos. Simón Bolívar, a los 35 años, había dado la orden de ejecutar 800 prisioneros españoles, inclusive a los enfermos de un hospital. Francisco de Paula Santander, a los 28, hizo fusilar a los prisioneros de la batalla de Boyacá, inclusive a su comandante. Algunos de los buenos propósitos de la república propiciaron de soslayo nuevas tensiones sociales de pobres y ricos, obreros y artesanos y otros grupos marginales. La ferocidad de las guerras civiles del siglo XIX no fue ajena a esas desigualdades, como no lo fueron las numerosas conmociones políticas y civiles que han dejado un rastro de sangre a lo largo de nuestra historia. Dos dones naturales nos han ayudado a sortear ese destino funesto, a suplir los vacíos de nuestra condición cultural y social, y a buscar a tientas nuestra identidad. Uno es el don de la creatividad, expresión superior de la inteligencia humana. El otro es una arrasadora determinación de ascenso personal. Ambos ayudados por una astucia casi sobrenatural, y tan útil para el bien como para el mal, fueron un recurso providencial de los indígenas contra los españoles desde el día mismo del desembarco. Para quitárselos de encima, mandaron a Colón de isla en isla, siempre a la isla siguiente, en busca de un rey vestido de oro que no había existido nunca. A los conquistadores convencidos por las novelas de caballería los engatusaron con descripciones de ciudades fantásticas construidas en oro puro. A todos los descaminaron con la fábula de El Dorado mítico que una vez al año se sumergía en su laguna sagrada con el cuerpo empolvado de oro. Tres obras maestras de una epopeya nacional, utilizadas por los indígenas como un instrumento para sobrevivir. Tal vez de esos talentos precolombinos nos viene también una plasticidad extraordinaria para asimilarnos con rapidez a cualquier medio y aprender sin dolor los oficios más disímiles: fakires en la India, camelleros en el Sáhara o maestros de inglés en Nueva York.
Del lado hispánico, en cambio, tal vez nos venga el ser emigrantes congénitos con un espíritu de aventura que no elude los riesgos. Todo lo contrario: los buscamos. De unos cinco millones de colombianos que viven en el exterior, la inmensa mayoría se fue a buscar fortuna sin más recursos que la temeridad, y hoy están en todas partes, por las buenas o por las malas razones, haciendo lo mejor o lo peor, pero nunca inadvertidos. La cualidad con que se les distingue en el folclor del mundo entero es que ningún colombiano se deja morir de hambre. Sin embargo, la virtud que más se les nota es que nunca fueron tan colombianos como al sentirse lejos de Colombia.
Así es. Han asimilado las costumbres y las lenguas de otros como las propias, pero nunca han podido sacudirse del corazón las cenizas de la nostalgia, y no pierden ocasión de expresarlo con toda clase de actos patrióticos para exaltar lo que añoran de la tierra distante, inclusive sus defectos. En ciudades menos pensadas de cualquier país puede encontrarse a la vuelta de una esquina la reproducción en vivo de una calle cualquiera de Colombia: las casas de colores intensos, la fonda con el nombre de la ciudad amada, el salón de cine en español, la escuela 20 de Julio junto a la cantina 7 de Agosto con sus chorros de músicas enloquecidas, la plaza de árboles polvorientos todavía con las guirnaldas de papel del último viernes fragoroso.
La paradoja es que estos conquistadores nostálgicos, como sus antepasados, nacieron en un país de puertas cerradas. Los libertadores trataron de abrirlas a los nuevos vientos de Inglaterra y Francia, a las doctrinas jurídicas y éticas de Bentham, a la educación de Lancaster, al aprendizaje de las lenguas, a la popularización de las ciencias y las artes, para borrar los vicios de una España más papista que el Papa y todavía escaldada por el acoso financiero de los judíos y por 800 años de ocupación islámica. Los radicales del siglo XIX, y más tarde la Generación del Centenario, volvieron a proponérselo con políticas de inmigraciones masivas para enriquecer la cultura del mestizaje, pero unas y otras se frustraron por un temor casi teológico de los demonios exteriores. Aún hoy estamos lejos de imaginar cuánto dependemos del vasto mundo que ignoramos.
Somos conscientes de nuestros males, pero nos hemos desgastado luchando contra los síntomas mientras las causas se eternizan. Nos han escrito y oficializado una versión complaciente de la historia, hecha más para esconder que para clarificar, en la cual se perpetúan vicios originales, se ganan batallas que nunca se dieron y se sacralizan glorias que nunca merecimos. Pues nos complacemos en el ensueño de que la historia no se parezca a la Colombia en que vivimos, sino que Colombia termine por parecerse a su historia escrita.
Por lo mismo, nuestra educación conformista y represiva parece concebida para que los niños se adapten por la fuerza a un país que no fue pensado para ellos, en lugar de poner el país al alcance de ellos para que lo transformen y engrandezcan. Semejante despropósito restringe la creatividad y la intuición congénitas, y contraría la imaginación, la clarividencia precoz y la sabiduría del corazón, hasta que los niños olviden lo que sin duda saben de nacimiento: que la realidad no termina donde dicen los textos, que su concepción del mundo es más acorde con la naturaleza que la de los adultos, y que la vida sería más larga y feliz si cada quien pudiera trabajar en lo que le gusta, y sólo en eso.
Esta encrucijada de destinos ha forjado una patria densa e indescifrable donde lo inverosímil es la única medida de la realidad. Nuestra insignia es la desmesura. En todo: en lo bueno y en lo malo, en el amor y en el odio, en el júbilo de un triunfo y en la amargura de una derrota. Destruimos a los ídolos con la misma pasión con que los creamos. Somos intuitivos, autodidactas espontáneos y rápidos, y trabajadores encarnizados, pero nos enloquece la sola idea del dinero fácil. Tenemos en el mismo corazón la misma cantidad de rencor político y de olvido histórico. Un éxito resonante o una derrota deportiva pueden costarnos tantos muertos como un desastre aéreo. Por la misma causa somos una sociedad sentimental en la que prima el gesto sobre la reflexión, el ímpetu sobre la razón, el calor humano sobre la desconfianza. Tenemos un amor casi irracional por la vida, pero nos matamos unos a otros por las ansias de vivir. Al autor de los crímenes más terribles lo pierde una debilidad sentimental. De otro modo: al colombiano sin corazón lo pierde el corazón.
Pues somos dos países a la vez: uno en el papel y otro en la realidad. Aunque somos precursores de las ciencias en América, seguimos viendo a los científicos en su estado medieval de brujos herméticos, cuando ya quedan muy pocas cosas en la vida diaria que no sean un milagro de la ciencia. En cada uno de nosotros cohabitan, de la manera más arbitraria, la justicia y la impunidad; somos fanáticos del legalismo, pero llevamos bien despierto en el alma un leguleyo de mano maestra para burlar las leyes sin violarlas, o para violarlas sin castigo. Amamos a los perros, tapizamos de rosas el mundo, morimos de amor por la patria, pero ignoramos la desaparición de seis especies animales cada hora del día y de la noche por la devastación criminal de los bosques tropicales, y nosotros mismos hemos destruido sin remedio uno de los grandes ríos del planeta. Nos indigna la mala imagen del país en el exterior, pero no nos atrevemos a admitir que la realidad es peor. Somos capaces de los actos más nobles y de los más abyectos, de poemas sublimes y asesinatos dementes, de funerales jubilosos y parrandas mortales. No porque unos seamos buenos y otros malos, sino porque todos participamos de ambos extremos. Llegado el caso -y Dios nos libre- todos somos capaces de todo.
Tal vez una reflexión más profunda nos permitiría establecer hasta qué punto este modo de ser nos viene de que seguimos siendo en esencia la misma sociedad excluyente, formalista y ensimismada de la Colonia. Tal vez una más serena nos permitiría descubrir que nuestra violencia histórica es la dinámica sobrante de nuestra guerra eterna contra la adversidad. Tal vez estemos pervertidos por un sistema que nos incita a vivir como ricos mientras el 40 por ciento de la población malvive en la miseria, y nos ha fomentado una noción instantánea y resbaladiza de la felicidad: queremos siempre un poco más de lo que ya tenemos, más y más de lo que parecía imposible, mucho más de lo que cabe dentro de la ley, y lo conseguimos como sea: aun contra la ley. Conscientes de que ningún gobierno será capaz de complacer esta ansiedad, hemos terminado por ser incrédulos, abstencionistas e ingobernables, y de un individualismo solitario por el que cada uno de nosotros piensa que sólo depende de sí mismo. Razones de sobra para seguir preguntándonos quiénes somos, y cuál es la cara con que queremos ser reconocidos en el tercer milenio.

La Misión de Ciencia, Educación y Desarrollo no ha pretendido una respuesta, pero ha querido diseñar una carta de navegación que tal vez ayude a encontrarla. Creemos que las condiciones están dadas como nunca para el cambio social, y que la educación será su órgano maestro. Una educación desde la cuna hasta la tumba, inconforme y reflexiva, que nos inspire un nuevo modo de pensar y nos incite a descubrir quiénes somos en una sociedad que se quiera más a sí misma. Que aproveche al máximo nuestra creatividad inagotable y conciba una ética -y tal vez una estética- para nuestro afán desaforado y legítimo de superación personal. Que integre las ciencias y las artes a la canasta familiar, de acuerdo con los designios de un gran poeta de nuestro tiempo que pidió no seguir amándolas por separado como a dos hermanas enemigas. Que canalice hacia la vida la inmensa energía creadora que durante siglos hemos despilfarrado en la depredación y la violencia, y nos abra al fin la segunda oportunidad sobre la tierra que no tuvo la estirpe desgraciada del coronel Aureliano Buendía. Por el país próspero y justo que soñamos: al alcance de los niños. 

martes, septiembre 22, 2020

 



EPIGENETICA
E ISOMORFISMO DIALECTICO
DE LA TEORIA
DE RELATIVIDAD CINETICA
REACCIONAL 
RETRO-ROTATORIA (RTR)


Por Mario Guillermo Acosta
CIFRA - Bogotá, 2013  



Ed. electrónica:
htpp://independent.academia.edu/acosta.mariog/epigenetica
2013 © Mario Guillermo Acosta
CIFRA CDN 2012-002 bis 
e-mail:  HIPERVÍNCULO mailto:acosta.mariog@hotmail.com acosta.mariog@hotmail.com

Tags: Física Retro-Rotatoria (RTR), Cinemática Reaccional RTR de Cuerpos Múltiples, Física Reaccional Giroscópica RTR, Relatividad Cinética RTR, Relatividad Cuántica RTR, Epigenética RTR, Isomorfismo Dialéctico, Revoluciones Científicas.


Abstract.

El presente ensayo tiene el propósito de presentar y poner en perspectiva, desde el punto de vista del desarrollo dialéctico, tanto isomórfico como epigenético, de la física de los últimos 200 años, las ideas, la incidencia, las implicaciones y las consecuencias de introducir los principios de la física  reaccional operacional de translación-rotación Retro-Rotatoria (RTR), en la teoría de relatividad cinética y en la teoría de twistores que la expresan en física matemática, así como presentar el origen y el poder heurístico de sus leyes básicas de forma incidental o casuística, en un contexto epistemológico. 






Introducción.

Un repaso somero del progreso de la física desde hace ya doscientos años, desde comienzos del siglo XIX, nos permite constatar que el establecimiento definitivo de los principios de la mecánica clásica culminó entonces con la publicación de la ‘mecánica celeste’ de Pierre Simon de Laplace (Cif., Acosta MG, ‘Cuadernos de Física’, Cifra, Bog

o

t

á, 084/2004, 16-20, publicado por el fondo Cifra en  HIPERVÍNCULO http://acdemia.edu.com/acosta.mariog http://independent.academia.edu.com/acosta.mariog [en adelante todas las citas de MG Acosta que correspondan a esta referencia, se indicarán con un asterisco* y el código correspondiente]. 

Esta fue llevada hasta su máxima expresión matemática (jamás soñada por Newton, Fermat, Huygens o Leibniz) por teóricos físico-matemáticos tan variados y penetrantes como Leonhard Euler, Louis Poinsot, Carl Gauss, el propio Laplace, Gustav Jacobi, Simeon de Poisson, Joseph-Louis Lagrange, William Hamilton, Bernhard Riemann, Nicolai Ivanovich Lobachevski, Hermann Minkovski, George Cantor, Paul Dirac, John von Neumann, David Hilbert y William K. Clifford. En forma paralela, entre 1800 y 1850 se estableció la teoría del calor (por Joseph Fourier, Sadi Carnot, Julius R. Mayer, James P. Joule y otros) completado en 1845 con la publicación de los trabajos del propio Joule sobre la equivalencia mecánica del calor.

Luego, durante los dos decenios posteriores, se desarrolló el principio de conservación de la energía, completado básicamente por H.L.F. Helmholtz y William Thomsom (más tarde  Lord Kelvin de Lars), y ya bien entrada la segunda mitad, se estableció el principio de entropía por Rudolf Clausius y Ludwig Boltzmann, así como la formulación de la teoría del electromagnetismo por James Clerk Maxwell.

Como veremos más adelante, el desarrollo del concepto de energía electromecánica se realizó de forma paralela al del calor, también durante todo este siglo, en el marco de referencia del desarrollo del concepto más general de flujo de energía. El fue obra de experimentadores pioneros como Benjamin Franklin, Michael  Faraday, J. H. Poynting y Coulomb, a partir de los cuales Maxwell logró realizar la síntesis matemática que postuló a la radiación electromagnética como un campo de ondas, hecho que fue posteriormente confirmado (en 1886) por la experiencia de Hertz.

Pero si este flujo de energía existía, tal como lo postuló finalmente Henry Poincaré a finales del siglo XIX (1900), la energía también debe producir momentum, y fue esta noción la que llevó a Albert Einstein a establecer la teoría electrodinámica del movimiento, cuyo corolario, la inercia de la energía, habría de revolucionar todo el marco conceptual tan difícilmente creado por todos estos trabajos pioneros, basándose en conceptos tan variados como la relatividad mecánica de Mach, el modelo matemático de dicha relatividad (la relatividad referida al efecto que produce en los procesos físicos a nuestra escala el movimiento de la tierra, expresado por medio de sus ‘l

e

yes de transformación’), ideado por Hendrick Antoon Lorentz también a finales de siglo (1895), el concepto de cuantificación de las radiaciones térmicas de una cavidad oscura en reposo, descubierto por Max Planck en 1900, así como por el resultado negativo de las mediciones relativas de la velocidad de propagación óptica realizadas por el experimento de interferencia de Michelson-Morley de dos décadas antes (1881).

Ello implicaba desde el punto de vista teórico relativista, que la masa y la energía son interdependientes, y que los valores de masa en reposo, y por lo tanto de momentum, se incrementan al aumentar la velocidad lineal hacia el límite óptico. Esto fue primero observado en el momento electromagnético de un electrón, por Max Abraham en 1903, indicando que la masa del electrón es de origen electromagnético.

Además, como consecuencia de la  propuesta relatividad de Lorentz, se observó la independencia entre los momentos angulares de un cuerpo en rotación libre (como un condensador eléctrico cargado pendiente de un hilo), y la rotación terrestre, de acuerdo a los experimentos realizados por F.T. Noble y H.R. Trouton en 1903, confirmados después por R. Tomaschek (en 1926). Ello en abierta contradicción con la ley de acción y reacción de Newton. Resultados, todos, producto de la dinámica implícita de rotación-traslación operacional retro-rotatoria, entonces no observada, lo que impuso el tener que explorar a la naturaleza a ciegas, sin los reconfortantes observables clásicos, basándose única y exclusivamente en los resultados de los experimentos, interpretados de forma muy rigurosa, y guiándose además, en cierto modo un tanto sorprendente, por los modelos matemáticos que mejor los expresaban, exploración que resultó en el extraordinario florecimiento de la relatividad y la mecánica cuántica.

Hay que anotar que el resultado ‘negativo’ de la independencia de la ‘electrodinámica’ de los cuerpos en movimiento de la mecánica clásica, llevó a la conclusión ‘errónea’ de que la energía cinética como tal, no existe, enmascarando la dinámica de fondo reaccional de traslación-rotación a nivel fundamental.  Según ella, si se le atribuye a la inercia el ser un atributo de la energía, no se puede ‘basar’ ningún tipo de energía en la inercia. (Cif. Max von Laue, ‘Inertia and energy’, Max Planck Institute, Gottingen, 1949). Por física retro-rotatoria nosotros concluimos, al contrario, que este efecto dinámico reaccional operativo es el que está en la base física del propio principio de conservación de la energía, y de allí de todas las leyes de conservación, o invariantes dinámicas básicas, cuántica, óptica, termodinámica, y gravitatoria. Pero es la naturaleza operativa integral de nuestra ley de movimiento lo que la hace fundamentalmente diferente de la ley anterior, clásica. La nuestra es de carácter dual operativo, de rotación-traslación reaccional interdependiente, no aislada, independiente, ni mucho menos basada en un principio de inercia estrictamente lineal, como la anterior.

Para nosotros, cuando hablamos de una partícula libre, i.e., cuando ningún punto en ella se conserva fijo, el movimiento lineal de su centro de masa (paralelo a ella) y la rotación alrededor de este (perpendicular a él o ‘transversal’), por ser interdependientes, y no independientes como en el caso clásico, varían o se intercambian en relación inversa operacional, uno con respecto al otro, cuando una acción externa los altera, y la reacción que 

esta produce siempre será del centro de giro (o centroide inercial) hacia el punto o polo de reacción (o de choque), y de sentido contrario, plano, paralelo e instantáneo con respecto al sentido de giro en dicho polo de reacción. Por ello fue llamada por nosotros reacción Retro-Rotatoria. Ello de acuerdo al teorema de rotación-traslación de Euler y a la dinámica variacional simpléctica en el espacio de fases de la mecánica clásica, (estas variedades entendidas como grupos simplécticos, en el sentido dado por R. Penrose, ‘El Camino a la Realidad’, 13.10, 402 y 14.8, 446). [Igual, cuando citemos esta referencia de Penrose, la indicaremos con un asterisco (*)]. Al aplicar este principio al modelo matemático de partícula libre de la relatividad cinética, la energía total que se obtiene es una constante, y  no el cuarto componente de un tetra-vector, como en el caso relativista clásico.  (op.cit., Acosta, *2005-082-A, 19-22).

Sin embargo, fue pues a finales de ese siglo, desde que Mach estableció su principio causal de relatividad mecánica, en que reinó la preponderancia de la física fenomenologística, expresada ante todo por la teoría del éter luminífero, cuando se pretendió que  el esfuerzo por establecer el conjunto de leyes dinámicas, termodinámicas y de campo electromagnético que gobiernan el universo halladas hasta entonces, perfectamente verificadas, ya había culminado, y que estas deberían constituirse por lo tanto en un conjunto de leyes en apariencia ‘completo’, que hacía de la física una ciencia cerrada, cuyos principios parecían establecidos por siempre, y que por lo tanto, la labor futura de los físicos solo debería consistir en realizar un ejercicio de adaptación de los demás fenómenos que fuesen apareciendo, a dicho marco conceptual, pues todos los grandes descubrimientos “ya estaban hechos”, y su futuro progreso solo debería circunscribirse a aumentar la precisión de las mediciones de los fenómenos ya conocidos, y a ajustar a dicho marco conceptual los nuevos fenómenos ‘cualitativos’ que fuesen surgiendo.  (Cif., Robert Millikan, Evolution in Science and Religion, New Haven, 1928, pp. 7-11).

Y sin embargo, solo diez años después de la experiencia de Hertz, en la navidad de 1895 en Berlín, el profesor Conrad Roentgen presentó ante la Sociedad Alemana de Física, sus primeras fotografías de rayos X, todo un nuevo tipo de fenómeno cualitativo, que no tenía nada que ver con los principios, ni con ‘mediciones más precisas’.  Como el propio Millikan lo constató, “ello nos hizo ver que los físicos del siglo XIX se habían tomado demasiado en serio, y que nosotros hasta ahora no habíamos sondeado nada, ni de lejos, de las profundidades del universo (del átomo), aún en física fundamental, y mucho menos tan exhaustivamente como lo habíamos supuesto.” (Cif., ibid, p. 11).

En otro texto (cif. Millikan, Autobiografía, p. 106), el propio Millikan sugiere que de los ocho descubrimientos históricos hechos entre 1895 y 1905, hay tres experimentales que ningún teórico hubiese podido prever de acuerdo con los datos disponibles entonces, y que fueron dichos descubrimientos los que abrieron la vía hacia el conocimiento profundo del átomo.  Dichos descubrimientos experimentales fueron los rayos X de Roentgen (1895), la radiactividad de Becquerel (1896), y los corpúsculos de Thomson (los electrones, en 1897).

Los otros cinco descubrimientos (todos teóricos) fueron la teoría de cuantos de Planck (1900), y cuatro de los cinco papeles publicados por Einstein en Berna el famoso año milagroso  de 1905: los dos primeros sobre sus leyes de foto-electricidad (por el cual le fue otorgado el premio Nobel de física de 1921, registrado en la bibliografía de Einstein realizada por Margaret Shields en 1949 en la Universidad de Princeton [Fine Hall Library] bajo el Nº 7), y sobre su famosa ley de equivalencia de masa-energía (el cual puede considerarse un corolario del Nº 9), (Nº 10), y los otros dos sobre sus teorías cinética de equiparación dimensional de las moléculas (su disertación inaugural para la universidad de Zurich sobre movimiento browniano), (Nº 6), y en fin, el dicho Nº 9 sobre la ‘Electrodinámica de los cuerpos en movimiento’ (su disertación inicial sobre la relatividad especial).



b. La “crisis” de la mecánica  en Henry Poincaré.

Al estudiar la ‘interpretación’ de los argumentos  experimentales relativos a la rotación de la tierra en el espacio ‘relativo’ de Lorentz en busca de un precedente moderno de nuestro Principio de rotación – traslación reaccional, operacional, i.e., conservativo y heredable, como acabamos de ver,  encontramos los trabajos de Henry Poincaré sobre la dinámica de flujo de 1900, de enorme interés práctico (Cif., Pierre Bergé, Yves Pomeau y Christian Vidal, L’Ordre dans le Chaos, París, Hermann, 1988, cap. IV, pp. 65-73), trabajos que conducían prácticamente a la noción de inercia de la energía de Einstein postulada cinco años después.

Poincaré fue quizás el científico de esa época que más se aproximó a nuestro concepto dinámico reaccional retro-rotatorio de fondo, y ello por la vía de la interpretación probabilística de la ley de gravitación de Newton aplicada a tres o más cuerpos, a la  heurística de los experimentos fallidos de interferencia óptica, y posteriormente, al resultado también ‘fallido’ de los experimentos de Noble-Trouton –tan determinantes como los de Michelson-Morley-, sobre la independencia de los momentums lineales y rotatorios de un cuerpo libre, y la consecuente ley de ‘relatividad’ de los momentums –angular y lineal- de las leyes de movimiento, en contra del principio de acción y reacción de Newton, y en contravía también, de nuestro propio principio, el cual es, para cada elemento o partícula fundamental de un sistema dado, de carácter operativo reaccional, i.e., que las inercias (sobre todo energéticas) de cada componente fundamental de un substrato siempre se conservan mientras no se introduzca una acción externa que perturbe su flujo, llevándolo lejos del equilibrio, y ello inclusive en presencia de un campo electromagnético o gravitatorio intenso. Algo que ’explica’ el comportamiento ‘anormal’ del giróscopo, y que tendrá importantes consecuencias al aplicar estos principios a la técnica (efectos propulsor y de anti-gravedad). (Cif., Acosta, RTR Propulsion Abstracts, Cifra, CDN 091-099/2004, en el fondo de Academia.edu bajo el tag MG Acosta/kinetic propulsion).

En dicha época, la aparición de estos resultados teóricos y experimentales novedosos, así como su propia indagación acerca del carácter probabilístico de la gravedad, le permitieron a Poincaré tener una visión más clara de lo que estaba ocurriendo  en física matemática.  Entonces expresó en su obra ‘La Science et l’Hypothèse’, su sentimiento vivaz de que una ‘crisis’ estaba a punto de producirse en los fundamentos de la física, dado que estas conclusiones implicaban el fin del éter, si ‘se suponía’ de acuerdo con toda la evidencia disponible, y por ‘comodidad’ práctica, que ‘la tierra rota’, algo no tan evidente desde el punto de vista del modelo lineal de trayectorias de la física prevaleciente entonces y sobre todo, del resultado de dichos experimentos.

Muchos lo reprobaron por este tipo de argumento, algo que hoy, en plena era espacial, nos sorprende mucho, entre ellos Bertrand Russell, quien opinó que “su argumento de que ‘es más cómodo suponer que la tierra rota’, es tanto como suponer ‘abracadabra’.“ Esta explicación por ‘comodidad’ no ‘explicaba’ nada.  En fin, los autores ‘clasicistas’ que lo citan, como William Whetham (del Trinity College), J.J. Thomsom o Joseph Laimor, consideraron que así como el éter “sirve para explicar el fenómeno de la luz”, aunque existan muchas dudas en cuanto a la interpretación que deba dársele a la hipótesis fundamental, “a partir del momento en que Maxwell demostró que es posible ‘explicar’ el fenómeno del campo electromagnético por medio de un éter que tiene las mismas propiedades de un medio luminífero”, era posible considerar a ambas teorías como ‘prácticamente consolidadas para siempre’.  (Cif., W. Whetham, The recent development of physical science, Londres, 1904, vi., 271. )

Ellos se dedicaron por lo tanto a idear como, algún día, una teoría del éter podría explicar al tiempo, tanto los fenómenos de la electricidad, como los gravitatorios.  Y aún más, ellos también esperaban algún día poder formular, por medio de este modelo ‘etéreo’, una teoría atómica de la materia. Ello a pesar de haber resultado imposible formular un modelo mecánico adecuado del mismo. Algo que ya aparecía a todas luces improbable, dada la invariancia de la velocidad de propagación de la luz demostrada por la experiencia de Michelson-Morley de 1881, la cual, por supuesto, no tuvieron en cuenta. A consecuencia de ello, cuando finalmente debieron rendir cuenta de los trabajos de Einstein, simplemente tuvieron que volver a escribir todo el texto. (Cif., idem, ed. de 1924).

 

La Relatividad Cinética RTR.

En el verano de 1900, mientras Max Planck caminaba con su hijo por los jardines de Grunewald en Berlín, le comentó un poco al azar a este: “Hoy hice un descubrimiento tan importante como el de Newton”.  (Citado por Max Born en ‘Planck’, p. 171).  Pocos físicos teóricos de la época pudieron prever que todo el esquema de relaciones físicas y geométricas debería ser totalmente reconstruido, reestructurado, y que la física debería recurrir a un espacio no-euclidiano, debido a dicho descubrimiento.

Hoy sabemos que no solo la relatividad especial y general debe ser estructurada a partir de dicho tipo de espacio (Lorentz-Minkowsky), sino también toda la física atómica, desde Bohr, Dirac y Schrodinger (Hamilton y Lagrange), hasta las de campo cuántico (de Hilbert), de Yang y Mills o de Gell-Man y Sweig (en el espacio-tiempo de Fock), y que toda la física de acciones no-lineales, de tipo espinorial y twistorial, está basada en el uso repetido de la esfera de Riemann, el algebra de Clifford, el espacio-tiempo tensorial topológico de Reimann-Christoffel, y el sistema matricial hermítico de Floquet. Nosotros recomendamos aplicar este sistema matricial de espacio-tiempo tensorial complejo siguiendo el modelo undeca-dimensional simpléctico de la heptaesfera de Kaluza – Klein, que incluye siete dimensiones espirales enrolladas en el fondo del átomo, mas las cuatro espacio-temporales relativistas. (Cif. MG Acosta, Mecánica Relativista,  Dinámica Cuántica y  Física Retro-Rotatoria, Cifra, Bogotá, en *088-089-090-091, 2004).


En esencia, la física Reaccional Retro-Rotatoria (RTR) va un paso más allá, avanza un poco más en el camino de la transformación que hizo del modelo simpléctico clásico Newtoniano, la relatividad.  Ella no se limita a cambiar en el modelo geométrico básico, el concepto de punto, dinamisándolo, haciéndolo depositario de una enorme energía, apreciada como energía térmica, energía radiante electrodinámica y cromodinámica, y energía de masa, a diferentes escalas, en diferentes substratos de interacción, ni los axiomas de espacio y de tiempo absolutos inmersos en la red geométrica de la relatividad Galileana, para reemplazarlos por el sistema tetra-dimensional de Riemann-Minkovski, sino que cuestiona también la hipótesis básica de inercia lineal y de interacción axial, ampliándolas hacia un nuevo modelo reaccional no-lineal, radial, introduciendo al movimiento rotatorio, y con él, al modo de interacción reaccional rotación-traslación en un sistema operacional simpléctico, asimétrico pero armónico, transferible, conservativo y hereditario a nivel fundamental.  Y el modelo matemático que hemos identificado para realizar tal programa, más general, más coherente y más completo, ha sido desde un principio el de relatividad cinética de E.A. Milne. (Op. Cit., Acosta, *2005-082-A y los archivos de Milne sobre ‘Kinematic Relativity’ en la Bodleian Library de Oxford).  Ël por supuesto, no lo ideo pensando en este principio, pero sí en el equivalente de energía cinética espinorial como potencial, siguiendo en esencia el espíritu matemático de Hamilton.

Cuan difícil ha sido para la física moderna –desde Dirac, o si se quiere aún, desde Leucipo y Demócrito, Lucrecio, Fibonaci, Copérnico, Galileo y Kepler, Descartes, Pascal, Fermat, Huygens, Leibnitz o el propio Newton- introducir el concepto de rotación estructural en sus modelos, a pesar de que algunos lo intentaran explícitamente, en todas las épocas. Desde el propio Leucipo y Lucrecio, pasando por Fibonaci, Descartes y Leibniz, hasta Dirac y Penrose. Como tan bellamente lo expresó Lucrecio hace ya mas de dos mil cien años: ‘En tiempos y lugares imprecisos, una mínima declinación, el Clinamen, perturbó la caída eterna y universal de los átomos, y del torbellino así engendrado nació el mundo y el conjunto de las cosas naturales.’ (Cif., Lucrecio, De Rerum Natura, ca 95 AC).  

Y ello debido a la concepción lineal de la ‘arquitectura’ básica adoptada por Tales, Pitágoras y Anaximandro, y desde ellos por Euclides y Arquímedes, a través de ellos por Galileo y Newton, y desde ellos, por los físicos matemáticos de nuestro tiempo, en especial desde Maxwell, Mach, Lorentz y Poincaré, Planck, Einstein, Bohr y DeBroglie, Dirac,  Schredinger y Heisenberg, Feynman, Gell-Mann, Yang y Mills, Wheeler, Seldovich y Weinberg, Bohm, Guth o Candelas, hasta Prigogine, Hardy, Hawhing y Penrose, E.T. Newman, Sato, Sciama, Kip Thorne, Novikov o Lightman, entre los mas de mil físicos matemáticos que han trabajado el tema durante los últimos doscientos años y los mil que hoy lo hacemos.  (Ver al respecto los trabajos de Roger Penrose sobre física twistorial y espinorial en el magnífico tomo citado antes, ‘El Camino a la Realidad’, Debate, México, 2007).

No olvidemos que 

si nosotros aplicamos el operador recurrente retro-rotatorio (RTR), de acuerdo al principio de acción-reacción esbozado antes probado extensamente por nosotros, a un sólido en giro libre –como un giróscopo o cualquier otro cuerpo equivalente- que haya acumulado una cierta magnitud de momentum –y por lo tanto, de energía espinar, las cuales son magnitudes correlativas mas no equivalentes, al introducirle una fuerza de reacción en la periferia, este tenderá a desplazar su centro de giro al punto de choque, tenderá a rotar sobre ambos ejes al mismo tiempo, generando una reacción lineal totalmente independiente del medio en que se encuentre, plana, paralela e instantánea, que nosotros llamamos Retro-Rotatoria, la cual para ser permanente, deberá armonizarse cuidadosamente. (Cif., Acosta, *2004-084-A, 24-25)

Este efecto de acción-reacción circular, que para producir por intercambio cinético operacional de energía espinar en traslatoria, un cierto impulso lineal, deberá partir de una acumulación de energía cinética espinorial en la partícula libre, (como un trompo o un volante, un electrón o cualquier otro tipo de partícula libre espinorial), y por lo tanto consumirá una cierta proporción de dicha energía acumulada equivalente a su energía potencial, y no la química auto-contenida en masa propelente, por ejemplo, como en un cohete.

Este esquema dinámico, totalmente novedoso para la ciencia, es el que ha estado en la base de nuestra indagación acerca del mundo físico y sus aplicaciones a nivel científico y tecnológico 

(

incl., en propulsión aeroespacial), incluyendo esta exploración en las bases mismas epistemológicas de nuestro saber en estas ciencias. Pues este operador nos permitió construir todo un nuevo modelo dinámico de la teoría del movimiento, y aplicarlo a diferentes niveles, en ciencia, tecnología e innovación, en especial para técnicas innovadoras de propulsión aeroespacial y las diversas arquitecturas de transporte “sustentable” que ello hace posible. (Cif., Acosta, ‘Propulsión Espacial Retro-Rotatoria’, *2005-095).  Y su expresión matemática básica de este principio, en física clásica newtoniana, sin el principio de la relatividad clásica o cinética, es el propuesto por Euler para la ecuación de traslación-rotación simultánea de un sólido libre sobre dos ejes. (Cif., Acosta, 2004-084/85, y 2004-091/093 [en inglés]). 

Pero este operador, además de permitir elaborar dicho nuevo modelo dinámico de las leyes del movimiento, también permite en la teoría de colisiones, como e.g., en el modelo de un flujo laminar fluctuante en la teoría hidrodinámica, o en el de propagación termodinámica en la teoría del movimiento browniano, ambas a nivel molecular, o en el marco de la teoría electro-débil a nivel cuántico, también permite pues construir un nuevo operador mecánico de la interacción reaccional rotación-translación estrictamente causal, entre elementos básicos duros (impenetrables) de configuración idealmente esférica que fundamentalmente rotan (en sentido radial, espiral y/u orbital al propagarse), acumulando altísima energía cinética, pero que al interactuar entre ellos por colisión (in)elástica,  producen una resultante de carácter dual alternativo, lineal o rotatorio, debida a la característica de acoplamiento efectivo posible al momento de la interacción (positiva, negativa o nula de acuerdo a los sentidos de giro de los dos elementos interactuantes básicos del substrato cohomorfo dado, y por supuesto a la magnitud de sus momentums cinéticos respectivos, durante el proceso de interacción), la cual es por lo tanto, de carácter aleatorio irreductible. Cuando la reacción es nula, i.e., cuando hay acoplamiento en cambio de colisión reactiva, se produce un nuevo tipo de interacción por absorción doble cónica, además del normal de asociación por paridad de espín, bien conocido. Este tipo de interacción mecánica de acoplamiento por absorción doble cónica es fundamental para entender todos los procesos de interacción por absorción-emisión y de estructuración inter-escalar materia-radiación. A todos los niveles y en todos los substratos de interacción.

Esta forma de compensación cinética armónica, operacional, entre elementos estratónicos de escala compatible, que por definición son impenetrables en el nivel de energía que les es característico, resuelve pues el viejo problema en termodinámica de caracterizar los momentums de los elementos interactuantes sin destruir la constante de energía, sabiendo que por la interacción debe haber pérdida de energía radiada. Esta se resuelve en física retro-rotatoria con el operador cinético dual, de rotación-traslación simpléctica conservativa en cada componente en interacción.

Su resultante dinámica aleatoria, rotatoria, traslatoria o nula, introduce pues la fecha del tiempo a nivel fundamental, y con ella, de forma definitiva, estructural, el principio evolutivo en física, haciendo posibles los procesos de centración dinámica heredables, que producen patrones de comportamiento de tipo atractivo resonante y cohomorfo, prefigurados en las secciones áureas de Fibonaci, como los conjuntos de Maldelbrot en la física de estado fractal, las famosas cadenas cuánticas de espín a nivel nuclear, atómico y molecular, cromodinámico, electrodinámico y electrodébil, que además generan la estructura atómica electrodinámica en capas (de Bohr), la nuclear isométrica por Isospín, o comportamientos espontáneos asimétricos característicos tan espectaculares como la superconductividad, la supraluminosidad, o la superfluidez, además de inducir procesos tan conocidos, pero aún no resueltos en sentido físico, como la ebullición molecular convectiva por inducción laminar térmica, o la (re)generación de la espiral cromosómica por doble sección cónica en biofísica, y a un nivel más general, la conexión mecánica entre la física clásica y la nueva física no-lineal del caos de los sistemas dinámicos discipativos, como los atractores extraños aperiódicos, cuasi-períodicos o sub-armónicos en los osciladores sincronicos, intensamente estudiados en todo el mundo en los últimos cuarenta años. (Cif., I. Prigogine, I. Stengers, ‘La Nouvelle Alliance’, Gallimard, Paris, 1979,y Prigogine, ‘¿Tan solo una ilusión?’, Tusquets, 1983).

Pero esta nueva dinámica RTR permite aún más. Al ser las masas invariantes de las partículas elementales intra-atómicas (i.e., los lepto-quarks), expresión de los momentos de energía cinética intrínseca adquirida por sus componentes básicos estratónicos al momento de ser ‘creados’, i.e., los bosones de Higgs ‘inmersos’ en ellas, la reacción gravitatoria resultante de la interacción de estos con la radiación gravífica incidente general, implica que el operador dinámico recurrente RTR de la interacción induce una nueva forma de reacción en los componentes masivos, para que dichos componentes compensen la energía cinética de traslación resultante de la interacción, con la acumulada en forma de masa (entendida esta como potencial gravitatorio), reaccionando hacia la fuente de radiación con intensidad, dirección y sentido directamente proporcional a dicha energía de masa, e inversamente proporcional a la intensidad de la dicha radiación incidente, y ello de forma integral cohomorfa, i.e., equivalente a la sumatoria de las masas involucradas, entendidas como un conjunto de estratones asociados, poseedores cada uno de una cierta energía rotatoria total (espinar, espiral y orbital) acumulada, que refleja siempre con cierta intensidad la radiación gravitatoria incidente a nivel fundamental, reaccionando de una forma mecánica específica.

Dichos estratones reaccionan pues, desestabilizándose, desplazándose de forma puramente mecánica, por el efecto ‘sombrero’ que veremos enseguida, una cierta distancia hacia la fuente perturbadora, tan infinitesimal como se quiera, pero medible, apreciable, por reacción RTR. Es este desplazamiento –sumado a nivel macrofísico integrado- el que nosotros percibimos como atracción gravitatoria o reacción inercial. Y su intensidad ‘global’ integrada será inversamente proporcional al cubo de la distancia que separa a la partícula golpeada de la fuente perturbadora, de acuerdo a la dinámica operacional retro-rotatoria y a la mecánica clásica, siempre que la densidad volumétrica de la radiación incidente sea constante. Por ello esta relación de cubo inverso no resuelve el problema de la interacción gravífica mecánica, ni la forma de acoplamiento entre tres o más cuerpos. Esta solo pudo resolverse por análisis tensorial de campos en al ámbito de la relatividad general.

Este modo de interacción nos permite pues ‘crear’ el tan buscado operador cuántico-gravitatorio, y con él un puente físico entre la teoría de la relatividad y la física cuántica también a nivel fundamental. Él reproduce además el denominado efecto ‘sombrero’ de estabilización  asimétrica del bosón de Higgs: esta partícula, al ser golpeada eleva su nivel de energía, se ‘sube’ de la base a la copa del sombrero (de un sombrero mecano-cuántico de tipo, digamos, ‘mexicano’), cuya magnitud es determinada por la constante gravitatoria clásica. Pero inmediatamente después, este regresa a su estado fundamental de equilibrio dinámico, que es en la base, alrededor de la copa del mismo. Es como darle un ligero golpe a un trompo, que lo hace oscilar, descentrarse, para inmediatamente después regresar por sí mismo a su estado de equilibrio ‘natural’ centrándose en o alrededor de su posición original estable, por rotar a tan alta velocidad (a c4), desarrollando un momento angular enorme e igualmente acumulando una enorme energía cinética espinorial.

Hay que recordar que por la ecuación de partícula libre RTR nosotros pudimos medir, ‘dimensionar’, a dicha partícula estratónica con una talla característica equivalente a (3.7 x 10 –32 cm), i.e., a un radio de Planck, que rota a la mencionada velocidad angular de c4 .  Esta talla es característica de todos los estratones, o componentes fundamentales de universo, entre ellos del cuanto universal de acción, o fotón luminífero einsteniano. Una dimensión muy importante, hasta ahora imposible de cuantificar, que nos abre la vía a la ponderación relativa de estos elementos con el resto del mundo cuántico subatómico, de complejidad dinámica y estructural tan enorme, como el universo macrofísico. Todos los demás bosones intermediarios, el fotón, el gluón, los masivos, etc., al interactuar con la materia no producen este tipo de reacción, por hacerlo por medio de un efecto diferente, en un proceso de absorción-emisión ‘amortizado’ de tipo electrodinámico nuevo, denominado por nosotros por intersección doble cónica. (Cif., Acosta, *086-2004).

En otro aspecto, como la radiación gravífica incidente, en el modelo super-simétrico RTR de gravedad  es equivalente a la electrodinámica, pero estrictamente lineal, sin helicidad ni rotación espinorial apreciable en ninguna de las dimensiones hepta-dimensionales posibles, por ello se trata de una radiación ‘oscura’ (nada que ver con la materia ‘oscura’, producto de otro tipo de fenómeno ‘cuántico-relativista’).

La interacción que dicha radiación produce, ocurre pues a nivel estrictamente estratónico, entre ella y los estratones con rotación intrínseca propia, los bosones de masa supersimétrica, o de “superfuerza”, como los denominara Paul Davis en su trabajo sobre las Supersimetrías.

La energía con que actúa esta radiación, la acción que ejerce, es ínfima por tratarse de una radiación fósil al menos tan degradada –tan superenfriada- como la radiación fósil electrodinámica, y a ello se debe, además de su linearidad intrínseca, la dificultad para observarla. Además, por ello mismo es tan penetrante y de alcance infinito, por lo cual permea a la totalidad del universo. En cambio, al contrario, los bosones de Higgs son los depositarios principales de la energía de masa contenida en el universo, y por lo tanto constituyen todo un nuevo estado de la materia, quizás el estado más fundamental. Por ello son la fuente principal de gravitación, son los que más la ‘reflejan’.

Ellos son llamados bosones de Higgs, por haber sido postulados por Peter Higgs en la universidad de Edimburgo en los años sesenta. Además, acaban de ser identificados en el nuevo colisionador del Cern en Ginebra (en el verano del 2012), ‘apodándolos’ públicamente como ‘la partícula de Dios’. 

Como acabamos de ver, a niveles superiores, esta interacción genera toda la estructuración intra e inter atómica, desde la envoltura leptónica del núcleo atómico hallada por Bohr en los años veinte del siglo pasado, pasando por toda la estructuración nuclear fermiónica y hadrónica de la electro y cromodinámica de campos cuánticos, clásica ya, patente en los trabajos de física espinorial y twistorial de la escuela de Roger Penrose citada antes, hasta todas las formas de agregación macro-dimensional de los diferentes estados de agregación, estudiados por la física de estados de agregación molecular, la físico-química reaccional y la física del caos en las estructuras disipativas de Ilya Prigogine.

A nivel intranuclear, ella permitió determinar toda su estructura interna  por medio del concepto de isospín en la física de campos cuánticos –o de segunda generación- partiendo de la pauta relativamente simple de perioricidad ‘natural’ de los pesos atómicos de todos los elementos hallada por Dimitri Mendeleiev para sus cursos de química elemental en la segunda mitad del siglo XIX.  Volvamos pues a esta época.



La Revolución Química de Mendeleiev  

La ley de ‘perioricidad’ se refiere al hecho probado por Mendeleiev de que la forma natural de clasificar los diversos pesos atómicos de los elementos químicos, es en una escala natural de a ocho. Mendeleiev nació en 1834 en la ciudad de Tobolsk, en Siberia. Era hijo de un ‘sacristán’ ortodoxo y obtuvo sus primeras clases de ciencias de un desterrado político, Nicolás Bassarginne, un Decembrista ‘moderado’ que participó en 1825 en el intento de crear y hacer votar una constitución democrática para la autocrática Rusia zarista de Alejandro I. En Siberia Bassarginne se convirtió en escritor, y se casó con la hermana mayor de Mendeleiev. Entonces se dedicó a inculcarle a él las ideas ‘iluminadas’ y el espíritu de la juventud ‘agitada’ de mediados de dicho siglo, europeo y americano, pues los Decembristas, que conocían la historia de las hazañas de Miranda en la corte ilustrada de Catalina en Kiev, San Petersburgo y Tsarskoie Tseló, a fines del siglo XVIII, siguieron muy de cerca lo que hacía Bolívar en Suramérica, y lo admiraron por ello. Al parecer, algunos de los principales poemas de Pushkin se inspiraron en  las gestas propias que estas nuevas leyendas románticas le inspiraban. Influencia que por lo demás, muchos otros intelectuales ‘ilustrados’ de la época también siguieron, como Byron, Goethe, Puccini, Victor Hugo, o el propio Tolstoi en este medio.

Al dedicarse pues, Mendeleiev a redactar un manual de química, hacia 1869, ideó clasificar los elementos no por orden alfabético, ni por peso molecular, sino que buscó ‘afinidades naturales’, y al hacerlo por peso atómico en filas de ocho, descubrió la consabida concordancia de las propiedades físico-químicas de los elementos que quedaban bajo la misma columna. Esta relación o ley de perioricidad, le permitió no solo corregir algunos errores de clasificación, como la del oro vigente entonces, sino también y sobre todo, predecir las propiedades de otros nuevos, aún no descubiertos, como las del ‘eka-alluminium’ y del ‘eka-borum’ predichas por él, cuya confirmación posterior como Galio y Escandio, llamó la atención de la comunidad científica sobre su sistema de clasificación natural, como él mismo la llamaba.  El descubrimiento posterior –en 1886- del Germanio, predicho por él como eka-silicio, le valieron su consagración definitiva, en especial por el potencial heurístico que tenia su teoría para guiar la investigación teórica en físico-química hacia nuevos hallazgos fundamentales.

La ley de perioricidad fue quizás el principal aporte de la química teórica a la ciencia del siglo XIX, habiendo sido los trabajos de Lavoisier el principal aporte, toda una revolución de la teoría química, en el XVIII, aportes que contribuyeron al desarrollo de la físico-química reaccional moderna, y aún de la teoría del caos posterior.  Dinámicas que evidencian formas de estructurarse la materia de acuerdo al modelo reaccional retro-rotatorio, como lo vimos extensamente en el ensayo dedicado al tema (Cif., Acosta, Termodinámica y química reaccional Retro-Rotatoria, Cifra, *2004-086). 



Casos ‘divergentes’ límite de diferentes leyes físicas.

Una forma de probar la validez y mayor generalidad de las diferentes leyes físicas es por su divergencia en el límite de aplicación. Por ejemplo, la ley de gravitación de Newton con respecto a la tercera ley de Kepler establece que el período de orbitación es igual, y no solo proporcional, al coeficiente de distancia al Sol.  Mas exactamente,
En el caso de Kepler, el período de orbitación  al cuadrado  (T2), es proporcional al cubo de la distancia media al Sol (R3).
Newton estableció que dicho período de orbitación (T2)  multiplicado por la masa del Sol (M), y un cociente de proporcionalidad que equivale a su constante de gravitación (G), fundamental, es no solo proporcional, sino igual al cubo de la distancia media al Sol (R3), multiplicado  por (42).
  4 2 R3  = T2 M G  ;   

Por lo tanto, según Newton, los planetas pueden recorrer diferentes órbitas, y no solo la elíptica, y aún así su ley seguirá siendo válida.  Ello evidencia que las leyes no son equivalentes, que la intensidad dada por la ley Newtoniana  denota una divergencia que la hace más general, y que la ley Kepleriana puede ser deducida como un caso límite de la primera, gracias a su proporcionalidad básica.

En mecánica cuántica sucede lo mismo con respecto a la mecánica clásica.  Niels Bohr llamaba la forma de relacionarlas ‘ley de correspondencia’ (Cif., Oscar Klein, ‘Regards sur N. Bohr, savant et penseur’), la cual consiste en hacer coincidir las dos descripciones en el caso límite en que h es muy pequeño con relación a las acciones descritas, i.e., que se puede despreciar.

En relatividad, también la mecánica clásica es un caso límite cuando la velocidad es muy baja con respecto a c, y esta se puede despreciar. 

Y en física retro-rotatoria también la relatividad es un caso límite cuando el factor rotatorio  es muy bajo o nulo con respecto a la energía de propagación, y se puede despreciar. (Op. Cit., Acosta, * 2004-084-A).




Epigenética e Isomorfismo  científico: La ecuación social.

Ello revela que la idea de Thomas Kuhn (Cif., T.S. Kuhn, ‘The Structure of Scientific Revolutions’, Chicago, 1962, 24), referente a que la mayoría de las revoluciones experimentales que han ocurrido en la Historia de la ciencia son ‘el resultado de una acumulación de pruebas en el límite operacional de la ciencia normal’, y de su consecuente ‘desbloqueo’, y que ello ocurre porque ‘una nueva técnica o una nueva observación pone en evidencia hechos nuevos’, o porque surge una nueva ‘idea’ (nada más raro y valioso que una ‘idea nueva’ en las ciencias, según el propio Einstein), o porque es superado un ‘tabú social’ que impedía observar cierto tipo de acciones o comportamientos; o aún por que ‘surge un nuevo tipo de investigadores con educación insuficiente, que no se apegan a la ciencia clásica, siguen sus propias pistas novedosas  de forma mucho menos matematizada, y crean nuevas ideas u observan nuevas pistas de forma más audaz’. (Cif. L. Feuer, Einstein et le Conflit des Générations, Bruxelles, 1978, 226-227).

Él cita por ejemplo, la revolución psicoanalítica, que comenzó cuando Freud pudo superar el tabú social que impedía la observación científica de los comportamientos sexuales. Hasta entonces los principales psicólogos académicos ‘tradicionales’ habían pasado por alto o simplemente omitido la sexualidad de su catálogo de experiencias humanas. (Ibid., Feuer, 226-227).

El sistema clásico Newtoniano pudo ser pues superado gracias al surgimiento de nuevas técnicas de observación, o de teorías elaboradas por hombres que carecían de la educación universitaria necesaria para desarrollar las ideas de Newton.  Como lo señalara George Sarton (Ibid., Feuer, 227), fueron autodidactas poco instruidos en matemáticas y sin estudios universitarios, quienes, desde Franklin a Faraday, fueron los pioneros de la ciencia electromagnética.  Los grandes físicos y matemáticos del siglo XVIII, como D’Alambert, Lagrange y Laplace, se consagraron a perfeccionar el sistema Newtoniano.  Pero, para empezar, fue un electricista muy humilde, Francis Hauksbee, quien comenzó a investigar los fenómenos eléctricos, y fue un grupo de investigadores bastante mal instruidos en matemáticas, quienes abrieron el camino a la investigación de sus efectos.  Su estudio matemático vino después. Se puede decir con Feuer (Ibid., 227-228). que ‘los no-matemáticos transformaron su ‘handicap’ en ventaja, buscando campos de investigación que aún no estaban maduros para el análisis matemático’.

Mientras en el continente Europeo, y bajo la dirección de Gauss, los físicos trataban de derivar los fenómenos eléctricos de la ley de gravitación de Newton, los ingleses seguían una vía totalmente distinta. Según Planck, “Faraday le imprimió la marca de su genio a los fenómenos eléctricos estudiándolos directamente, sin dejarse influenciar por las matemáticas o la astronomía” (Ibid., 228). Este es el tipo de hecho que Feuer llama ‘ecuación personal’.  Existe por supuesto, también una ecuación social, por la cual “cada observador está condicionado por la sociedad en la que vive, en donde las circunstancias sociales determinan en parte la orientación de sus observaciones.” (Ibid., 229)

Se ha podido constatar que dentro de un sistema cultural dado, se desarrollan modos de percepción correspondientes. Por ejemplo, las sociedades con un alto grado de inequidad social (en Asia, Africa, el medio Oriente y gran parte de América Latina, incluyendo por supuesto, a nuestra amada Colombia), tienden a desarrollar una visión ‘anárquica’ del mundo. Solo las clases emergentes que han tenido oportunidad de ‘salir’ a estudiar en un medio más favorable, han podido ‘superar’ esta visión.  Esta es una tendencia que por supuesto, el acceso a las redes globales de información está transformando, cada vez con mayor profundidad. Pero ello no siempre en el sentido deseable. Pues el interés por las ciencias naturales básicas –poco común en un latinoamericano- se ve más bien, y se sigue viendo cada vez más, en los estudiantes provenientes del norte europeo y americano, y del lejano oriente, en especial en los chinos, coreanos, japoneses australianos e  hindúes.  Los demás casi siempre se inclinan por las especialidades sociales, más relevantes para ellos.

En la Europa occidental del siglo XVII se puso de moda la percepción ‘activa’. Esta logró llegar hasta nosotros a mediados de dicho siglo gracias a los trabajos de la expedición geodésica de La Condamine et al. y sus asistentes criollos, Jorge Juan y Antonio de Ulloa en su periplo por las actuales Colombia, Ecuador y Perú. (Cif. A. Lafuente, y A. Mazuecos, ‘Los Caballeros de Punto Fijo’, Serval, Barcelona, 1987). Estos publicaron un tratado sobre ‘Observaciones Astronómicas y Phísicas’, en Madrid en 1748, pioneros en nuestro medio, a los que habría que agregar, ya para finales del siglo, los ensayos y manuales de José Félix Restrepo, en especial sobre física experimental y matemáticas, adoptados por el sabio Caldas, nuestro científico insignia, pionero en geobotánica e hipsometría, además de haber sido matemático, astrónomo, ingeniero militar y periodista científico. 

José Félix Restrepo fue el ‘maestro’ de Caldas en filosofía natural en Popayán, y fue la escuela de matemáticas, geografía y botánica creada entonces en el Colegio Mayor del Rosario de Bogotá y alrededor de la Real Expedición Botánica por el gran promotor de esta, residente por esa época en Santa Fe, José Celestino Mutis –amigo y corresponsal habitual de Linneo en Suecia, difusor de su ‘Philosophía Botánica’ entre nosotros, y anfitrión de Humboldt en su Casa de Botánica aquí- una de las causas eficientes del surgimiento de las ideas enciclopedistas de la ilustración entre nosotros. Y por lo tanto, fue la élite de la ‘inteligencia’ vigente  entonces, con Eloy Valenzuela, Francisco Antonio Zea, José Ignacio de Pombo, Juan de Dios Amador, José Félix Restrepo, José Fernández Madrid, Fernando Vergara, Joaquín Acosta, José María Cabal, Francisco José de Caldas, Jorge Tadeo Lozano, Lino de Pombo, Joaquín Caicedo, Santiago Arroyo y Antonio Arboleda, entre muchos otros, como principales investigadores y colaboradores en diferentes áreas del saber y provincias de la República, la que más contribuyó como hilo conductor a la idea de crear una ciencia endógena asociada al propósito ‘ilustrado’ dominante entonces de emancipación. De generar una ‘ecuación social’ propicia para lograrlo. Y muchos entre estos sucumbieron por ello. (Cif., Colciencias, ‘Francisco José de Caldas’, Molinos Velázquez Editores, Bogotá, 1994).

Después esta tradición ha sido conservada entre nosotros como verdadero capullo, como ‘crisálida’, como ejemplo paradigmático de creación de un isomorfismo dialéctico propio, que ha logrado difundirse y ser aplicado eficazmente por la sociedad, aunque tan solo de forma marginal, y no a un nivel general amplio como sería de desear, debido a una ruptura sistemática entre investigación y praxis, sobre todo pedagógica, entre los temas y contenidos de investigación y la sociedad que los produce, entre la base poblacional y la población culta, educada, con un nivel de escolaridad superior a los quince años, tradicionalmente ‘una inmensa minoría’. (Cif., Jorge Charum et al., ‘Hacer ciencia en un mundo globalizado’, Bogotá, Tercer Mundo, 1998).

Esta ruptura ha sido generada por la falta tradicional de apoyo institucional a la investigación científica y de difusión masiva de sus contenidos, por una endémica falta de recursos, mas sobre todo, de voluntad política, de reconocimiento explícito del inmenso poder de generación de riqueza que la apropiación de sus resultados y sus sinergias puede engendrar, de lo fundamental para el despegue definitivo de una sociedad emergente, que es la inversión a largo plazo en ciencia, innovación y tecnología, y sobre todo, en la gratuidad de la instrucción básica extendida al menos a quince años, al más amplio nivel posible, y en especial en las áreas innovadoras de ciencias naturales y matemáticas, y cuya aplicación debe estar basada en la interacción de ese trípode de apalancamiento que debe existir entre el gobierno, la academia y la industria.  Tendencia que por fortuna, gracias al reciente desarrollo institucional y económico del país, parece al fin estarse produciendo. 

Tal falencia endémica ha implicado que seamos casi siempre los propios investigadores quienes debamos impulsar y sostener, como sea, las iniciativas pioneras en las diversas áreas abordadas, en especial en  ciencias básicas, astronomía, física, química, biofísica y matemáticas, pero también en las tradicionales de medicina, e.g., en neurología, inmunología y genética, en ciencias naturales, e.g., en biología, geografía, geología y geobotánica (con diversas comisiones coreográficas pioneras), en las diversas ingenierías tradicionalmente aplicadas entre nosotros, incl. arquitectura y urbanismo, así como en ciencias sociales, como economía, sociología, pedagogía, artes y letras y jurisprudencia, que han llevado a crear verdaderas escuelas de pensamiento creativo líderes en Latinoamérica o han sido fuente de inspiración de verdaderos pioneros en los mas variados temas.

Claro ejemplo de ello son los trabajos pioneros en aviación recordados por Joaquín Piñeros Corpas (Cif. J.P. Corpas, ‘Los Campeones del Aire’, Bogotá, 1936), entre ellos los de Carlos Albán, inventor del dirigible rígido entre nosotros, así como los de Mario Barreto, inventor del primer avión nuestro en 1908, o los de José Heliodoro Díaz, primer constructor de aviones con casco metálico en 1928 en Nueva York, los de Gustavo Garabito  en astronomía y astrofísica, los del padre Pérez Arbelaez como continuador de la Expedición Botánica en Bogotá, o los trabajos pioneros en neurocirugía de Salomón Hakim (inventor de la válvula Hakim), los de oftalmología y cirugía ocular correctiva del profesor Barraquer, los de salud pública y administración hospitalaria del profesor Jorge Cavalier, los de genética y reproducción humana del profesor Emilio Yunis, los famosos de inmunología viral con vacunas artificiales del prof. Patarroyo, los de neurociencias del prof. Rodolfo Llinás, los de Nohora Elizabeth Hoyos en pedagogía y divulgación científica (Maloka), los de cartografía y geociencias de Jaime Quintero Russi, los de informática y realidad aumentada de Luis Carlos Vargas, los de biogénesis de Raúl Cuero, o los de bioética de Jaime Escobar Triana. Y estos son apenas unos pocos ejemplos traídos al azar.  Como vemos, nuestra labor científica ‘endémica’ no ha sido, ni mucho menos marginal. Se trata mas bien de una labor poco conocida por el gran público, pero bastante respetable a nivel académico internacional, que hoy se hace presente en redes científicas globales propias como la Red Caldas. (Cif., ibid.). 

Por lo tanto, en nuestro caso es la ecuación personal la que se ha impuesto sobre dicha ecuación social, para lograr algún resultado.  Esta por supuesto, es una manifestación más del inmenso desbalance en el nivel de desarrollo de nuestras sociedades, de sus ‘fobias’ culturales tradicionales, y del tradicional marginamiento de su base poblacional. Tendencia que por fortuna, como ya comentamos, la actual dinámica del desarrollo emergente de nuestras sociedades, la acción institucional de las entidades creadas para enfrentarlo y el propio desarrollo económico y tecnológico global, tiende a revertir.

En el mismo sentido, en Europa, para no citar sino unos pocos ejemplos característicos, los pioneros del psicoanálisis tuvieron que superar los vericuetos mentales que impedían o distorsionaban la observación de los comportamientos sexuales. Igualmente, los pioneros de la observación electromagnética –como nos sucedió a nosotros también aquí, cien años después- rechazaron el tener que guiar sus percepciones siguiendo el modelo Newtoniano. Es en este sentido que puede reconocerse la ecuación social ”isomórfica” de nuestras investigaciones. 




La ecuación ‘personal’  

Pero en la historia de la observación científica sobre todo debe valorarse la “ecuación personal”. Esta varía con los determinantes (como las represiones) de una cultura.  Los ‘grandes observadores’ siempre han sido, en su época, personajes poco ‘sociables’ que eran capaces de ver las cosas con una cierta ‘inocencia’, con una ingenuidad milagrosa no condicionada, como sucedió con mi padre, quien, aunque no era, ni mucho menos, ‘asocial’, si tenia esa visión ingenua y milagrosa, que podía descubrir aspectos nuevos en las cosas, mirando siempre a contrapelo, de una manera diferente, los hechos más comunes. Él tenía esa facultad única de ‘ver distinto’, algo fundamental en un científico, y que por supuesto, también supo inculcarme desde mi temprana juventud, sugiriéndome no solo los normales interrogantes acerca de la naturaleza del mundo y su ‘modus operandi’ más fundamental, sino sobre todo, serias dudas acerca de la interpretación ‘normal’ de ese saber científico, y su novedosa forma de resolverlo de acuerdo con los principios de la mecánica de rotación-traslación reaccional, desde entonces materia de nuestra indagación teórica. Este fue el sugerente quehacer dialéctico que alimentó nuestra ‘Academia’, la ‘Kerkaporta’, buscando a la manera socrática –de forma libre, dialogada y escéptica- respuestas a todos los interrogantes fundamentales que nos sugerían los últimos hallazgos de la fascinante física fundamental que se estaba desarrollando entonces, en especial la física atómica, y su incidencia en la relatividad cinética, descubierta por mí en Lund, cuyas líneas de investigación básica creamos entonces (desde 1985). (Cif., op.cit., M. Acosta Amador, ‘Teoría Unitaria Universal: la reversibilidad energía-materia es cosmogénesis universal’, Cifra, Bogotá, 1999).

Previamente yo había regresado a desarrollar estas tesis en Colombia, después de ampliar mis bases y mis horizontes en el Físicum de la universidad de Estocolmo, y luego en el de Lund, en donde el ambiente académico con ‘libertad de pensamiento’ era el más propicio aliciente para el tipo de investigación que yo estaba desarrollando entonces, y en donde el director académico de la época, el profesor Bo Anderson, impulsaba  una verdadera escuela de élite de clase mundial. Bajo su dirección yo pude desarrollar mi trabajo sobre relatividad cinética, siguiendo el modelo de partícula libre de EA Milne, y completar mis estudios sobre física reaccional RTR y propulsión aeroespacial aplicada, siguiendo los trabajos pioneros del profesor Erik Laithwaith del Imperial College de Londres sobre electromecánica lineal, mecánica giroscópica y el análisis computacional aplicado a ellas entonces.   Desafortunadamente, tales trabajos no le parecieron al Instituto Sueco para Desarrollo Tecnológico, STU, ‘de interés para una aplicación general apropiada’, lo que bloqueó el desarrollo de mi línea de investigación y su aplicación técnica allá. 



El ‘Observador Revolucionario’.

Pero la idea ‘semilla’ de toda esta investigación, fue engendrada por mi padre mucho antes, desde 1952, cuando él estaba dedicado de lleno, no a la ciencia, sino a desarrollar su carrera de arquitecto. Mas, ello lo hizo gracias a que sin duda él era un observador revolucionario. Según Feuer, (op. cit., 229), la psicología del observador revolucionario ha sido mucho menos estudiada que la del ‘teórico’ revolucionario. “¿Qué es lo que hace a un experimentador revolucionario? ¿Qué se produce en su inconsciente para que observaciones hechas previamente por otros, y descartadas por banales, de pronto adquieran un significado que nunca antes nadie les había concedido? “  ¿Para que una observación de un Ovni, tan banal y corriente en esa época, en todo el mundo, de pronto adquiera un carácter heurístico insospechado, al ser analizada por un arquitecto profesional aficionado a científico, pero para nada un radical revolucionario, que incluso se amplió a toda la física moderna cuando empezó a estudiar el hecho físico en sí mismo?  ¿Es la observación, la que después de haber sido pasiva o contemplativa, de pronto se vuelve activa?  ¿Se debe ello, a que dicha observación, en un momento dado de la existencia del observador, de su ‘psiquis’, de pronto se vuelve una observación ‘revolucionaria’ largo tiempo reprimida?, como le sucedió a mi padre, quien incluso, llegó a sufrir una verdadera crisis nerviosa debido a ello, a la conciencia de haber ‘descubierto’ algo fundamental. Parece ser que una percepción, condicionada por el inconsciente de un observador ‘revolucionario’, en un momento dado, fortuito, puede hallar en su objeto un significado  que antes no tenía para un observador ordinario, el cual lo hace indagarlo a fondo hasta lograr ‘dominarlo’.

Tal fue el caso, también, del descubrimiento de los rayos X, hecho por Conrad Roentgen gracias a que “pudo apreciar el significado de un efecto poco importante en un fenómeno desconocido, que lo hizo indagar hasta sus últimas consecuencias, las causas reales de su aparición”. (cif., Otto Glasser, Dr. W.C. Roentgen, Springfield, Ill., 1945, pp. 116). Y como también fue el caso de Mendeleiev al indagar sobre la ‘perioricidad’ de su clasificación por ‘peso atómico’ en series de a ocho columnas.

L. Feuer constata con admiración el hecho poco conocido de que la existencia de un investigador tan poco revolucionario como Roentgen, resulte tener bastantes similitudes o isomorfismos psicológicos, con la de un teórico tan revolucionario como Einstein.  Ambos de adolescentes fueron expulsados de la escuela.  Ambos detestaban los exámenes y las ‘idealizaciones’ clásicas. Ambos debieron enfrentarse a la hostilidad manifiesta de alguno de sus maestros.  Ambos le causaron una enorme preocupación a sus padres debido a su incapacidad para adaptarse a los usos y costumbres sociales de su tiempo. Y ambos asistieron finalmente a la Escuela Politécnica Federal de Zurich, en algunos de cuyos círculos –en los que hicieron amistades- reinaba tanto de hecho como en espíritu, un ambiente estudiantil revolucionario. Ambos tuvieron enormes dificultades para  iniciar sus carreras profesionales, aún desde los rangos más bajos. Y tanto Einstein más tarde, como Roentgen, conservaron cierta animosidad contra las ‘trampas’ de las autoridades. Luego de su famoso descubrimiento, Roentgen rehusó aceptar un título nobiliario, lo que colmó de cólera a sus colegas de Munich, quienes se habían empeñado en hacer que su nombre estuviese precedido del ‘von’.  Ambos se enfrentaron a la enemistad del famoso físico alemán Lenard. Y en fin, ambos acogieron con entusiasmo el advenimiento del gobierno social-demócrata de Alemania en 1918, así como presintieron con aprehensión la  posible llegada de Hítler al poder. 

Por lo tanto, Feuer concluye que es posible postular que existió una cierta similitud entre los sentimientos profundos de ambos hombres, revolucionarios cada uno a su manera, uno observador y el otro teórico.  Einstein sublimó su sensibilidad revolucionaria sin dejar nunca de ‘asaltar’ el sistema teórico de la ciencia establecida. Roentgen en cambio, más conservador, debió prestarle atención a ciertos hechos sucedidos por azar en su laboratorio,  pero que tenían el poder latente de desafiar los hechos establecidos.

Lo que caracteriza al investigador ordinario es su tendencia por ignorar los fenómenos irregulares, pues su facultad perceptiva está mucho más condicionada por las categorías y los modos de pensar del mundo científico establecido, formal.  El observador revolucionario, en cambio, tiene esa facultad de percepción  que le permite identificar muy bien,  y de inmediato, los elementos divergentes, contestatarios, que le permitirán manifestar su ‘rebelión’. Él no se ha socializado según las categorías de la gente común, sino que está preparado para asimilar ideas de carácter ‘revolucionario’.

Fue por ello que las revoluciones científicas que se produjeron a finales del siglo XIX, fueron inesperadas,  sorpresivas, semejantes a ‘intrusos’  desafiantes que irrumpieron inopinadamente en un ambiente tranquilo.  Y por extraño que parezca, al contrario de las revoluciones sociales en general, estas revoluciones científicas fueron acogidas con un cierto beneplácito, fueron bienvenidas por la comunidad científica imperante.  Por ello el modelo ‘social’ de revolución no puede aplicarse a la historia de las ideas científicas.  Estas las realiza una comunidad que “efectúa investigaciones, discute sus implicaciones, produce teorías y publica sus resultados”. Si estos son apoyados por la experiencia, dicha comunidad no puede sino aceptarlos, tal cual, y además con entusiasmo por quienes logran captar su contenido heurístico.  Incluso a pesar de sí mismo, como le ocurrió a Max Planck con su teoría cuántica del ‘calor’. 


La Dialéctica Revolucionaria en la Ciencia.

Inicialmente lo que Planck pretendía al abordar el tema por primera vez –como lo recordó Werner Heisemberg en sus comentarios sobre el desarrollo de la física, (‘Physics and beyond: Encounters and Conversations,’ versión inglesa de A.J. Pomerans, NYC, 1971, pp. 147-148),  “no era efectuar ningún cambio profundo en la física clásica, sino que buscaba simplemente resolver un problema práctico particular: el de la distribución de energía en el espectro de un cuerpo negro.  Y trató de hacerlo ‘conformándose’ a todas las leyes físicas establecidas, durante años, hasta que tuvo que reconocer que era imposible. Solo entonces formuló la hipótesis que se salía completamente del marco de referencia de la física clásica (el de acción mínima constante de tipo cuántico, no continua, de toda propagación termodinámica). Y aún entonces trató de cerrar la brecha abierta a la vieja física, proponiendo hipótesis suplementarias.  Como estas resultaron inútiles, las consecuencias de la hipótesis del cuánto terminaron por imponerse, e implicaron el tener que reconstruir toda la física.”  Revolución que Einstein llevó de la teoría del calor (de estadística molecular pura) e la electrodinámica del movimiento y su corolario, la inercia de la energía, en 1905, y luego a la teoría de la gravedad con la teoría general de relatividad de 1916. (cif. P.A. Schilpp, A. Einstein, Philosopher, Scientist, La Salle, Ill., 1949, T.II, Bibliography, pp. 694 y ss).

Los revolucionarios de las ciencias no persiguen los mismos propósitos que los revolucionarios políticos. Mientras estos se radicalizan, los otros ‘subliman’ sus ideas, haciéndose más conservadores, más reaccionarios. Tal el caso de Frederick Adler y Albert Einstein, condiscípulos de la Escuela Politécnica de Zurich.  La energía de rebelión del primero, al radicalizarse, se hizo más reactiva, hasta llegar al acto revolucionario supremo, el del magnicidio, mientras el segundo la sublimó por completo, transformando su esfuerzo en construcción científica, mientras hacía que sus opiniones  políticas y sociales se mantuviesen en reserva, al margen, haciéndolas más convencionales.

Esta dialéctica revolucionaria se manifestó en física, en la disputa, larga ya de más de cien años, y vigente todavía, entre los fenomenologistas y atomistas de entonces, entre los subjetivistas y positivistas clásicos, entre los relativistas e indeterministas actuales. Entre la física de la relatividad y la mecánica cuántica. Lord Kelvin preguntaba ya en 1879, para saber si realmente se comprendía o no un fenómeno físico, “si podemos hacer un modelo mecánico” (cif., W. Thomson, ‘Notes of Lectures on Molecular Dynamics’, Baltimore, 1884, 132).  Con la revolución cuántica ello ya sería totalmente imposible hasta el advenimiento de nuestro modelo simpléctico retro-rotatorio, el cual sin renunciar a la física probabilística de la dinámica cuántica, hace posible ‘construir de nuevo’ un modelo causal de las interacciones básicas, pero en el marco de referencia ampliado de la cinemática reaccional retro-rotatoria.



Controversia entre Mach y Planck.

En la controversia entre atomistas y fenomenologistas que suscitó el suicidio de Boltzmann (en Septiembre 6 de 1906), Planck se alineó con Boltzmann y preguntó “¿Por qué el punto de vista de Mach goza de tanto favor en el mundo científico (de entonces)?”  El pensaba que aunque fuese un sistema sin contradicciones, si se lo manejaba correctamente, dicho sistema era totalmente estéril, pues carecía de esa “imagen conductora” de la naturaleza del mundo físico, que expresa la intuición creativa que siempre guía al investigador innovador. Tal sistema le parecía ser puramente formalista, que resultaba de “arreglar las palabras” luego que los descubrimientos ya estaban hechos.  No se trataba pues, del “descubrimiento de una imagen fija del mundo, independiente de las beleidades de la época o de las gentes.” (Cif., M. Planck, ‘A Survey of Physics: A Collection of Lectures and Essays’, trad. de R. Jones y O.H. Williams, London, 1925).

La psicología contemporánea haría posible dilucidar esta inquietud de Planck, si tenemos en cuenta, como lo sugiere Feuer (Op. Cit., 286), que esa generación de científicos “fue educada por maestros que estaban traumatizados por la reiterada incapacidad de lograr formular una hipótesis mecanicista de la naturaleza que fuese efectivamente ‘funcional’.”  Debido a ello, y a consecuencia de semejante ‘desilusión’, la nueva generación de científicos escogió refugiarse en las certezas que le proporcionaban sus percepciones sensoriales.   Lo cual le pareció a Planck una ‘regresión’ cultural, pues pensó que la solución más razonable no debería consistir en abandonar la imagen del mundo, sino en elaborar una mucho más rica, capaz de contener toda la realidad del mundo físico observable, tal como nosotros mismos hemos pretendido hacerlo durante años.

A lo cual Mach, sintiéndose amenazado de ‘excomunión’, y estigmatizado como ‘falso profeta’, respondió airado: “Si la existencia del átomo es tan esencial para Ustedes, entonces yo me declaro liberado del modo de pensar físico, ya no deseo ser un verdadero físico, y renuncio a mi reputación como físico.  La libertad de pensar me parece preferible.” (Scientia, vol. 7, 1910, p. 233). Para Mach era un ‘error’ tratar de explicar la realidad con ideas que se referían a una ‘psicología de la desilusión’. Lorentz, Einstein y Minkowsky trataban los problemas del espacio, del tiempo y del movimiento de una manera muy parecida a la suya (relativista).

Sin embargo, sugiere Mach, debe haber factores no lógicos o emotivos, que avivan la animosidad de Planck contra la física fenomenológica. Pero esos motivos no tratará de elucidarlos. “El gran problema que divide a los físicos es la fe en la realidad de los átomos.  Ella es la ‘piedra de escándalo’ que incita amistades o animosidades”.  E internándose en la psicología de las ideas, Mach concluye finalmente que todo hombre de ciencia ‘trabaja por medio de imágenes del mundo’ (como cualquier artista), y que dichas imágenes son propias de su personalidad, por lo cual, en cierto sentido, ‘son arbitrarias’.  “Naturalmente, la imagen del mundo hecha por el hombre, la sociedad la conserva a pesar de la propia evolución de los investigadores, y ello de una manera que parece independiente de la individualidad de cada uno. Esta imagen aporta una expresión de los hechos que se purifica progresivamente. En general, toda observación, toda opinión, es expresión tanto del medio ambiente como del observador.” (Ibid, Feuer, 230).


Por lo tanto, el pluralismo metodológico es consecuencia de la diversidad natural de los temperamentos humanos. Pero aunque Mach reconoce la ‘utilidad’ histórica de la teoría atomista, él se opone a ella firmemente, dado que no puede aceptar el argumento de Boltzmann  según el cual, la segunda ley de termodinámica es una ley puramente ‘fundada en la distribución más probable de las moléculas’. Él pensaba que la ciencia debería absorber finalmente las consecuencias  observables de las teorías atómicas, descartando sus premisas hipotéticas.

Hay que anotar que algunos teóricos sugirieron, tiempo después, que esta controversia entre un Planck realista y un Mach positivista implicaba, de acuerdo con la teoría de la relatividad, que por el fenomenalismo de Mach,  el sistema de referencia Ptolemaico podría ser tan bueno, tan válido, como el sistema Copernicano adoptado por Galileo. (cif., NY Times Book Review, The Scientific Intellectual, June 16, 1963). Desde luego, la Tierra no es un sistema dinámico que pueda ser adoptado como marco de referencia de forma totalmente arbitraria. Si así fuese, se le podría asignar de forma equivalente, indiscriminada, uno cualquiera de los movimientos de rotación o de traslación, algo incorrecto como sabemos por el principio  dinámico del operador cinético RTR, lo cual podría conducir al absurdo de mantener a la Tierra fija, con toda la compleja cosmología resultante. Un tipo de visión que había sido totalmente superado hacía ya mucho tiempo, y que patentiza la afirmación de Planck de que el dogmatismo de Mach no podía hacer nada frente al punto de vista de Copérnico.

Por supuesto, esta controversia fue superada por los trabajos en ambos campos durante el siguiente medio siglo, pero sin ser resuelta.  El formalismo del modelo atómico de Bohr, así como la ‘reducción’ del paquete de ondas de la ecuación de estado de Schrodinger, hicieron patente la carencia de unas ‘variables dinámicas ocultas’, como las llamaba en propio Einstein, que permitiesen resolver el viejo problema de la mecánica básica de interacción.  Para que ello sea posible hará falta superar el sistema de inercia lineal del modelo Newtoniano, en un marco conceptual ampliado, como el propuesto por nosotros, dentro del esquema  inercial de traslación – rotación reaccional RTR, que hace que elementos discretos interactuando de forma estrictamente causal ‘armonizada’, desarrollen comportamientos de tipo evolutivo aleatorio, como los extensamente observados en la naturaleza a todas las escalas, determinando con ellos la flecha del tiempo, y también,  procesos recurrentes y hereditarios, auto-organizacionales, susceptibles de desarrollar formas vivas ‘autopaiéticas’ y reproducción sexuada, y al final sociedades humanas altamente organizadas capaces de desarrollar civilizaciones planetarias, que reconozcan el proceso y logren aprovecharlo en su beneficio, en especial para viajar y difundir su civilización por las estrellas.

Por lo pronto, Bohr construyó su modelo siguiendo las ideas de Planck, pero Heisenberg desarrolló su principio de indeterminación, ‘regresando’ a las posiciones de Mach en física cuántica. Por supuesto, el desarrollo de la relatividad general constituye el mayor éxito para la línea conceptual inspirada en Mach,  y la solución parece surgir en el punto medio. Ambos aspectos de la realidad son debidos a la naturaleza extraordinariamente sutil y compleja de la  forma de interactuar sus componentes básicos, pero la dialéctica de esta controversia continúa entre las posiciones “inversas” del determinismo Einsteniano, (‘Dios no juega a los dados’), y la ‘complementaridad’ de Bohr, patente ante todo en el problema de la observación, representado por la no-localidad de los procesos cuánticos, evidente en el efecto EPR, hoy aparentemente probado de forma definitiva por la experiencia, o en la cosmología explosiva-inflacionaria del universo, y por la naturaleza aún no resuelta de sus componentes más enigmáticos: los huecos negros, la materia oscura y la energía negativa.  Algo que como vemos, solo podrá ser resuelto aplicando nuestra dinámica reaccional a la teoría de Relatividad Cinemática de E. A. Milne, dentro del marco de referencia de su teoría de Partícula Libre, y a partir de ello, a la física twistorial y espinorial desarrollada por Roger Penrose, asociada a nuestro tema, a nuestra línea de investigación, como ya lo hemos comentado extensamente.



Isomorfismo entre Arte y Ciencia.

Por supuesto, tanto en el arte, como en la política y también en la ciencia, cada generación aspira a definir y hacer prevalecer su propio punto de vista. Como lo sugerimos en el ensayo de introducción al tema (Cif. Acosta, *2004-084, 5-6), “semejante arte de elección experimental, de discernimiento progresivo, intenta crear de forma puramente intuitiva –por abstracción racional de los hechos observados en la naturaleza- una imagen inteligible, aceptable, del mundo, la cual en cierta forma, pretende sustituirlo. Ello es lo que intenta siempre realizar en todo entorno  creador, el poeta, el pintor, el escultor, el músico, el filósofo, y por supuesto, también el científico, en su afán mayormente solitario por superar a la experiencia, creando a su antojo –con entera libertad-  un universo sustituto que la exprese, que la represente, a su manera. Procedimiento que supone el imperativo de basarse en la sola audacia intuitiva de quien interroga, de quien razona, piensa y crea.” 

Son los criterios así creados los que cada generación intenta sustituir y hacer prevalecer, y el ritmo de la alternancia de  los estilos generacionales ‘isomórficos’, se hace evidente en la sucesión de ‘modas’ que en el mundo afluente de hoy son cada vez más recurrentes. Esta dinámica ‘isomórfica’ ha producido en la literatura de nuestro tiempo una sucesión de ‘booms’ de carácter generacional evidente, sobre todo en Latinoamérica. Y así en casi todos los aspectos de la actividad humana, cada generación busca desarrollar su propia visión del mundo con una temática común, con un lenguaje y unas imágenes distintivas, con sus propias formas de ley y una defensa de la verdad, que le permiten crear sus propios métodos y formar una verdadera escuela cohesionada de pensamiento, de estilo y de acción comunitaria. Esto es lo que en nuestro ámbito llamamos ‘comunidad científica’.

Desde luego, los afectos y emociones se expresan –reconstruyen la realidad- más libremente en las artes que en las ciencias, pues mientras aquellas están basadas ‘en la audacia intuitiva del creador’, en las ciencias, al contrario, las hipótesis, por audaces que parezcan, siempre deben someterse a las estrictas normas de la prueba experimental que la validan.  Sin embargo, son los cambios de los marcos conceptuales los que expresan los cambios generacionales en las ciencias, y estos son a menudo fuente de profundas revoluciones científicas. Son un motor muy potente de progreso conceptual. Algo que no sucede de forma tan positiva, tan proactiva, en los demás ámbitos, en especial en política. Aquí los cambios no se pueden producir ignorando a las instituciones existentes. Si sus ideólogos no las toman en cuenta, se convierten en ‘Quijotes’ luchando contra molinos de viento. Pero cuando las toman en cuenta e inducen una verdadera revolución institucional, entonces son las ‘élites’ las que resultan ‘molidas’.

En física el marco conceptual actual está dominado por la imagen polivalente y fluida ‘acausal’ del universo cuántico. La no-separabilidad parece probada, y el mundo se prepara para producir la ‘tele-transportación‘ de los elementos, o al menos, de información Sin embargo, Einstein siempre sostuvo su “creencia en un mundo exterior, independiente del observador, del sujeto que percibe”, y creyó que “este era el fundamento de toda ciencia”. (cif., Victor Lenzen, Einstein’s Theory of Knowledge, P.A. Schilpp, pp. 357-384).




Confirmación experimental y revolución científica: la ‘Rebelión’ Retro-Rotatoria.

El sistema Newtoniano no fue aceptado inmediatamente por la comunidad científica de su tiempo, y en el continente esto se logró solo hasta 1758, cuando se confirmó la predicción de Clairaut de la ‘acreción’ del período orbital del cometa Halley, descubierto por este en 1682, la cual haría que este tardase en reaparecer en los cielos 618 días debido a la presencia de Júpiter y Saturno, si la teoría newtoniana de la gravitación era correcta.  “Jamás una cuestión astronómica suscitó tanta curiosidad, tanta viveza bien legítima. Todas las clases sociales esperaron con igual interés la reaparición anunciada”, comenta Francisco Aragó, quien registró el hecho. (Cif. ‘Obras Completas’, París, 1855). “Fue un campesino sajón quien lo observó primero, y a partir de ese momento, de un extremo a otro de Europa, mil telescopios siguieron cada noche la ruta del astro a través de las constelaciones. Esta resultó estar siempre de acuerdo, dentro del límite de precisión de los cálculos de entonces, con la que Clairaut había predicho. La Astronomía acababa de hacer una gran conquista.”  (Op. Cit., Laplace, T. iii, p. 471).

La expedición de La Condamine a nuestro virreinato por esta misma época que comentamos antes, también tenía por objeto confirmar otra predicción del sistema físico newtoniano: el ‘achatamiento’ de la geodésica terrestre en los polos, debida a la dinámica rotacional de la misma ‘descentrada’ por su danza con la Luna, cuya resultante generaba la deformación buscada, de ‘tipo newtoniano’, patente en la medida exacta del meridiano ecuatorial. Confirmación que también se logró, contribuyendo a la afirmación definitiva de este sistema. Esta medición la realizaron los asistentes peruanos de La Condamine, Jorge Juan  y Antonio de  Ulloa, en las proximidades de Quito, y después las confirmaron en observaciones realizadas por su cuenta en el propio Perú. (Cif., Jorge Juan y A. De Ulloa, ‘Observaciones astronómicas y physicas (...) por las cuales se deduce la figura y magnitud de la tierra y se aplica a la navegación’, Madrid, Juan de Zúñiga, 1748), y Charles Marie de La Condamine, ‘Rélation abrégée d’un voyage à l’interieur de l’Amérique Meridionale’, París, Pissot, 1745).

La teoría del campo electromagnético de Maxwell tampoco fue acogida inmediatamente.  Como lo comentó el propio Einstein, “Fue solo después que Hertz demostró experimentalmente la existencia de las ondas electromagnéticas, que la resistencia a la nueva teoría de Maxwell cedió.” (Cif. A. Einstein, ‘Consideraciones científicas, morales y religiosas’, París, 1952, p. 114).

Como lo propone Feuer (Op. Cit., 301), “Las características propias de nuestra generación, de nuestra raza, de nuestra religión y de nuestra cultura ejercen una influencia notable sobre la manera como percibimos la realidad cotidiana. Ellas nos inducen a acentuar algunos aspectos y a ocultar otros.”  Pero en ciencias naturales, la repercusión de la realidad exterior sobre la percepción sirve no solo de modelo, sino sobre todo de árbitro “entre las presiones extralógicas exteriores” y las opiniones que podemos desmentir, que podemos ‘falsear’ a la manera de Popper, cuando evaluamos todo lo que se obstina en parecernos ‘ilogismo’.

Las categorías de nuestras teorías científicas afectan nuestra percepción de la realidad exterior, pero solo dentro de ciertos límites de tolerancia que fija esa realidad misma. La física lineal clásica ha afectado por siglos dicha percepción de la realidad, limitando nuestro nivel de observación efectiva y de aplicación práctica. Limitando el potencial de desarrollo de nuestra propia civilización, impidiéndole incluso hoy acceder al espacio de forma eficiente y segura, y sobre todo, práctica.  Pues cuando el teórico logra imponer sus propios modelos de la realidad, y plegarla a su ‘quasi-percepsión’ forzada, la representación que él hace de esa realidad cede, se hace dominante, y pretende sustituirla aspirando a la categoría de ley, completa e irrefutable del mundo que representa.  Ello es lo que Irwin Langmuir llama ‘ciencia patológica’.  (Cif., J.. H. Ziman, ‘Some Pathologies of the Scientific Life’, The Advancement of Science, vol. 27, Sep. 1970, p. 10).

Toda la física no-lineal moderna, y en especial la teoría del caos, ha intentado liberarse de este ‘paradigma’ lineal Newtoniano, de la física basada en descripción de trayectorias, o lo que es lo mismo, en el uso repetido del teorema de Patágoras. Por supuesto, la relatividad general de Einstein avanzó un paso en este sentido, recurriendo al uso de la geometría curva de Riemann, y la mecánica cuántica va aún más lejos, introduciendo los conceptos de indeterminación y no-localidad, los cuales en última instancia, implican acciones a distancia e interacciones post-relativistas, por fuera de la red de espacio-tiempo, como el efecto Casimir que induce el ‘super.enfriameno’ del universo primigenio en explosión, y su consecuente ‘hiper-inflación’ “instantánea”, “acausal” posterior.  

La física no-lineal retro-rotatoria profundiza y amplia esta ‘rebelión’, introduciendo el concepto fundamental de interacción retro-rotatoria en la base misma de la física, como principio de inercia ampliado, operacional y heredable, í.e., de tipo conservativo simpléctico Hamiltoniano. Su propia dinámica impone el tener que usar como marco de referencia conceptual geométrico, el uso repetido de la esfera de Riemann, y a la larga preferir el álgebra de Clifford para sus descripciones dinámicas.  Ello equivale a seguir el ‘Camino a la Realidad’ trazado por Roger Penrose y su grupo de trabajo, el cual ha desarrollado la física twistorial y espinorial como marco de referencia, como base conceptual de la revolución que anuncia este cambio de paradigma por la introducción que hemos pretendido hacer toda la vida, de estas variables dinámicas, las cuales podrán ser consideradas como las famosas variables ‘ocultas’, tan profusamente buscadas, desde Einstein, por todos los físicos teóricos ‘fundamentales’  del último siglo. Incluyendo a los autores de las teorías ‘super-simétricas’ de supercuerdas. La acción  eficiente que inducen todas las dinámicas espejo en el universo es precisamente fruto de nuestra mecánica operacional retro-rotatoria. 


Renunciación científica y ciencia patológica.

Todos los observadores que son víctimas de percepciones ‘patológicas’, tienen ciertos comportamientos comunes. Reclaman efectos prácticamente ‘imposibles’ de detectar, o una precisión de observación extraordinaria, y se prestan fácilmente a invocar hipótesis de pensamiento auxiliares que les permiten contrarrestar las objeciones.  En cualquier ejemplo de ‘ciencia patológica’, se invocan principios ‘a priori’ propios de su generación, para ‘violentar’  la realidad intercultural subjetiva que es común a todas las generaciones.  Es por ello que la física Newtoniana hoy puede ser considerada como ciencia patológica.  Ella por supuesto, desencadenó todo el proceso de progresión conceptual y de avance científico de que hoy gozamos, por el poder heurístico que entonces nos proporcionó. Y por ello conservará siempre el lugar privilegiado que nosotros le concedemos, por su extraordinaria contribución al avance efectivo de la ciencia de su tiempo, uno de los determinantes fundamentales del estado actual de civilización y de cultura del hombre.  Pero ello no hace menos evidente que sus postulados están basados en el principio de inercia ‘idealizado’ del movimiento lineal ‘absoluto’, ‘abstraído’ de cualquier acción externa, que ahora sabemos, por rotación-traslación, es una hipótesis ‘incompleta’.

El propio Einstein insistió siempre, como acabamos de ver, en el carácter absoluto de la realidad como verdad profunda ‘irrenunciable’. Él, el creador del modelo ‘relativista’ contra los absolutos de espacio y de tiempo independientes,  sin embargo se opuso siempre en forma vehemente  al ‘indeterminismo’ aleatorio de la física cuántica. A su no-localidad. Por ello ‘creyó’ siempre en “un mundo exterior independiente del observador”. Y sin embargo, hoy, como acabamos de comentar, la inseparabilidad parece probada, e incluso se pretende ‘usarla’ para ‘tele-transportar’ al menos información, por fuera de nuestra red natural (causal) de espacio-tiempo. ¿Será esta también, una ciencia ‘patológica’? Ya veremos.

Niels Bohr mismo calificó a la física cuántica, al final de su vida, como una ciencia de ‘renuncia’. Semejante descripción afectiva puede considerarse, como lo fue en su momento su  principio de ‘complementaridad’ indeterminista, un producto del cambio generacional de entonces, pues esa actitud, que a una edad avanzada parece ser un acto de renunciación, una especie de adiós melancólico al mundo que conocimos, para cualquier joven resulta ser más bien, una aventura feliz, una ocasión para afirmar su personalidad.

En la Historia de las ciencias se conocen varias renuncias ‘heroicas’ de este tipo. De ellas, quizás la más  cruel fue la renuncia a buscar explicaciones ‘teleológicas’ de la realidad, a conocer los ‘por qué’ de las cosas, porqués que precisamente nuestra formulación RTR retro-rotatoria pretende aportar.  Nosotros nunca renunciaremos a este tipo de descripción ‘teleológica’ de la realidad, gracias a que poseemos esa potente sonda de inducción conceptual, que constituye nuestro operador dinámico reaccional retro-rotatorio.  Y ello lo haremos menos en beneficio de obtener la modesta satisfacción de describir los ‘cómos’, las uniformidades ‘experimentales’ de las cosas, un tipo de descripción, tanto teórica como experimental, de la cual está saturada la comunidad científica actual. Lo que hoy sobra son modelos teóricos y datos experimentales, y lo que mas falta hace es precisamente una sonda de inducción conceptual que nos permita ‘aclarar’ todo el esquema para reconstruir el modelo hasta lograr un sistema integrado y coherente de descripción de la realidad. Algo que intentamos proponer al preparar los ‘Cuadernos de Física’ publicados en la serie de ensayos que aparecen en mi blog de academia.edu citado al comienzo.

Pero aún podemos citar otros ejemplos dramáticos. La ‘cuarentena’ en que fueron puestas las categorías ‘cualitativas’ de Aristóteles en beneficio de las propiedades ‘mecánicas’ de Galileo. El abandono del ‘geocentrismo’ Ptolemaico en beneficio del heliocentrismo Copernicano. El abandono de la noción de interacción mecánica por contacto, en beneficio de la acción a distancia de la ley de gravitación de Newton. El abandono de la ley de simultaneidad absoluta, de ‘sentido común’ práctico, intuitivo, en beneficio de la relatividad tetra-dimensional Einsteniana. El abandono del movimiento fluido ‘continuo’, en beneficio de los ‘saltos’ cuánticos de Planck, y su corolario, el abandono de los modelos ‘fenomenológicos’ de Mach en beneficio de los modelos ‘tautológicos‘ de Bohr, adoptados en especial para su modelo atómico.  Y en fin, el abandono del principio de causalidad completa, reversible, de la relatividad, en beneficio del principio de ‘indeterminación’ de Heissenberg.

Pero, ¿no son acaso estos actos de renuncia científica, una especie de rebelión contra los vínculos que nos ligan a la generación precedente? Al destruir Darwin el argumento de que se podía deducir la existencia de Dios de su diseño del mundo, él pudo tener la impresión de cometer un crimen. De ‘decretar’ la muerte de Dios. Los momentos supremos más importantes de renunciación de un individuo, aquellos que determinan el apogeo de su acto de revuelta, son los momentos cruciales de liberación de las generaciones.

Por lo tanto, el acto de revuelta, que para un espíritu conservador parece ser una acto de renuncia, para el espíritu radical de un joven rebelde resulta ser mas bien, un acto de ‘liberación’. Una liberación que en el caso de Einstein, por ejemplo, tuvo el sentido lúdico de hacerla como ‘una chanza mordaz’ a sus mayores. Algo que se acomodaba muy bien a su temperamento irónico.  Pero no por ello menos profunda y audaz, como lo fueron todas sus ‘liberaciones’.



La ‘mordacidad’ de las revoluciones científicas.

La ‘mordacidad’ del cambio generacional bien puede ser pues al final, un motor muy poderoso del avance científico de nuestra civilización. Pero es un mecanismo de avance peligroso, que puede incluso tornarse trágico, pues contra él no hay nada que puedan hacer sus víctimas. Los ‘juicios’ o ‘veredictos’ de la ciencia son inapelables, y sus destinatarios, los científicos, no pueden sino inclinarse y aceptarlo, así sea al precio de su propia vida. Tal es el peso de la evidencia científica, cuando esta aparece, sobretodo si produce un cambio radical de paradigmas. Por ello la gallardía y el estoicismo de que la comunidad científica ha debido dar prueba a través de todas las edades, es legendario. Y cuando dicha mordacidad se torna trágica, como en el caso de Boltzmann, pues no se puede sino lamentarlo profundamente, dado que un poco mas de tiempo le hubiese dado la enorme satisfacción de ver plenamente reivindicada su posición.

Cuando Boltzmann se suicidó, en Septiembre de 1906, el atomismo ya estaba siendo reivindicado en las teorías cuántica y relativista de sus colegas Planck y Einstein, quizás los dos científicos más ‘determinantes’ del desarrollo futuro de las ciencias en general, en los siguientes cien años.  A ellos se podría agregar los trabajos de Thomsom, Rutherford, Chadwick, Jeans y Eddington en su momento, y de Dirac, Pauli, De Broglie, Schrödinger, Bohr, Heisenberg, Feynman, Gell-Mann, Wheeler, Zeldovich, Weinberg, Salam, Penrose, Hawking, Sagan, y tantos otros grandes científicos herederos de ‘su tiempo’, que hicieron progresar inmensamente la ciencia. Algo que iba mucho más allá de sus más audaces esperanzas.  Ello para no hablar de la nueva corriente científica que ha hecho avanzar enormemente su propia especialidad, la termodinámica, y para la cual él es uno de los padres fundadores de su ciencia. Me refiero a los creadores modernos, como Ilya Prigogine, de la física de las estructuras discipativas y de la teoría del caos. Una rama que está generando una transformación tan radical de los paradigmas físicos, como la revolución relativista y cuántica de hace cien años.

El fotón mismo, el ‘corpúsculo’ de radiación electrodinámica básica, que ya estaba implícito en la teoría de fotoelectricidad de Einstein de 1905, puede estar en la base de una nueva revolución de la física post-relativista  de los próximos cien años: la de las interacciones ‘super-ópticas’,  en el marco de la ‘super-gravedad’ RTR, que habrá de llevarnos a conquistar las estrellas.  Algo no tan evidente para su teoría fundamental de ‘decadencia’ entrópica.

Por lo tanto, este ‘motor’ inter-generacional  hace circular las ideas “sin piedad”, como también, a nivel político, hace circular las ‘élites’, como ya vimos, y de acuerdo al análisis que de los revolucionarios marxistas hizo Vilfredo Pareto. Por ejemplo, los ‘revolucionarios’ newtonianos se mofaron sin piedad de la escuela cartesiana, y consideraron la adhesión a cualquiera de sus ideas, como prueba irrefutable de ‘retraso mental’.  D’Alambert consideró al cartesianismo ‘en los límites del ridículo’.

Sin embargo, algo quedaba de ese espíritu cartesiano en las teorías subsiguientes de la misma época, cuando Huygens le escribía a Leibniz, con un espíritu del mas perfecto cartesianismo, que la idea de atracción a distancia de Newton le parecía ‘absurda’. Algo en lo que Leibniz estaba perfectamente de acuerdo, así como del concepto de espacio ‘absoluto’. La idea del éter, ‘inventada’ en el siglo XIX como noción de reemplazo a las famosas ‘substancias esenciales’ del medioevo, representa otra manifestación de estas ‘aprehensiones’, y un regreso al espíritu ‘fenomenológico’ cartesiano. Incluso, la ‘geometrización’ de la interacción gravitatoria hecha por Einstein, así como su ‘relativización’ del espacio-tiempo, hasta entonces absolutos e independientes, también implican un retorno a ese tipo de ‘fenomenologismo’ cartesiano.  El propio Einstein se lo confesó a Max Born: “Tal parece que ahora yo soy el único en rechazar, como lo hacía Leibniz, la idea del espacio absoluto de la teoría de Newton”.  (Cif., Correspondencia entre Einstein y Born, trad de P. Laccia, Seuil, París, 1972, p. 203).



Epigenética e Isomorfismo Dialéctico de la Teoría Retro-Rotatoria.

Por supuesto, la realidad es solo una, y las contradicciones profundas de las diferentes posiciones aparentes, que se manifestaron desde el principio, son pasajeras. Son evidencia de la visión parcial, limitada que cada escuela tenía del universo físico, observado desde su perspectiva, desde el punto de vista de su paradigma ‘epigenético’ e ‘isomórfico’ dominante. Pero esta alternancia dialéctica de ideas hace que a la larga, para la evolución científica, tanto padres como hijos, sus nietos y sus abuelos, así como sus ancestros y sus descendientes, todos seamos uno, todos ‘parientes y coterraneos’.  Que todos nos ‘comprendamos’.

El positivista ‘fenomenológico’ que fue Descartes, como vimos, después de haber ‘matematizado’ en esencia todos los elementos de geometría euclidianos, dentro de su sistema de referencia algebraico, propuso la hipótesis básica de que, dado que el vacío no existe, el mundo está lleno de torbellinos, y por lo tanto, la estructura de su teoría de las substancias o ‘formas substanciales’, debía fundarse en dichos ‘torbellinos’ de Lucrecio aplicados a las formas, esas ‘esencias’ pre-científicas de la física medieval. (cif. Frédéric de Buzon, ‘Un bretteur à l’assaut de la scolastique’, Revista Les Cahiers de Science et Vie, en el número especial 66, dedicado a Descartes, de Diciembre del 2001). Algo totalmente indemostrable sin una ley operacional de movimiento simple, transmisible, heredable, como la RTR propuesta por nosotros.

Es decir, ni la mecánica clásica de tipo galileano, ideada básicamente por Newton y Galileo, y llevada hasta sus últimas consecuencias por D’Alambert, Laplace, Euler, Gauss, Hamilton, Lagrange, Cantor y Lovachievski, ni la ondulatoria fluida de tipo machiano (y Cartesiano), ideada por Huyghens y Leibniz, y desarrollada hasta sus últimas consecuencias de diferentes maneras, en diferentes épocas y ámbitos, por Fourier, Dalton, Kelvin,  Boltzmann, Maxwell, Mach, Planck, Lorentz, Minkowsky y Einstein,  etc., ni la ‘regresión’ corpuscular inducida por Planck, y llevada hasta sus últimas consecuencias por el propio Einstein, Bohr, Dirac, De Broglie, Pauli, Schrodinger y Haisemberg, para no citar sino algunos de los nombres más conocidos entre un sinnúmero de científicos extraordinarios que han contribuido de forma audaz y visionaria, al tiempo que absolutamente dedicada, metódica y escrupulosa a desarrollarlas, ni aún las síntesis que de ellas se ha pretendido hacer, avanzando en la exploración, con las teorías de campos, electrodébil, cromodinámico, supersimétrico, espinorial, twistorial, cuántico-gravitatorio, hasta intentar formular una teoría estándar de gran unificación, o GTU, el sueño de Einstein, su ‘sinfonía inconclusa’ buscada por mas de treinta años de investigación, o la de matriz de difusión super-simétrica, o teoría M, de reducción del paquete de ondas cuántico, hoy el propósito siempre aplazado de los principales teóricos de una relatividad cuántica estándar, todos han intentado hacerlo sin cuestionar siquiera el modelo dinámico de base, sin lograr descifrar la naturaleza dinámica de las propuestas variables ocultas, tanto tiempo profetizadas, sin lograr observarlas, en sentido epistemológico, sin lograr incluso introducir el concepto de ‘torbellino’ de Leucipo y Lucrecio, el problema fundacional de la física hace ya 2500 años.

Habrá que realizar una revisión profunda, desde la base, de los principios dinámicos fundamentales, para introducirlo. Y esto es lo que hace precisamente la teoría de rotación-traslación reaccional RTR al adoptar el modelo de relatividad cinética, cuyo principio dinámico, como vimos, se basa en el concepto fundamental de que todo rota, desde los corpúsculos más íntimos de materia, inductores de masa –que por ello es una forma de energía- y lo hacen al máximo ponderable (los bosones de Higgs a c4);  hasta el universo entero, que lo hace desde sus orígenes cosmológicos para engendrar su rápido desarrollo fluctuante de configuración celular meta-galáctica fibrosa, y su estructura en gran escala en forma de campana de Gauss abierta –y no esférica cerrada- debida por su dinámica general inflacionada, al contenido enorme, preponderante, de materia oscura aún no dinamizada, o concentrada en material estelar galáctico, la cual está presente, solo aparece al parecer, en las zonas de convexión intercelular turbulentas, que engendraron en la época temprana hiperactiva la era de los quásars, hasta llegar a nuestra época de aceleración fluctuante termodinámica hacia regiones de concentración dinámica como al parecer sucede en nuestra propia región galáctica, en donde todos derivamos hacia  Virgo, y de allí a la frontera de sucesos del universo observable intergaláctico en la región de Hydra. (Cif. Acosta, *2005-092).  

Y ello pasando, por supuesto, por el proceso explosivo-inflacionario primordial. Proceso que nos abre las puertas a un universo tan enorme con relación al universo observable, como lo es este a un núcleo atómico básico, a un nucleón de hidrógeno.  Algo que además nos deja  en un multiverso fluctuante de tipo hidrodinámico, vinculados por una radiación de fondo de tipo super-óptico, la radiación taquiónica, en donde el nuestro no es sino una ‘burbuja’ más entre un sinnúmero imponderable de ‘burbujas-multiversos’, todos de características y configuraciones variables, pero cuya materia de base y leyes dinámicas deben ser las mismas.  De lo contrario estos serían totalmente imponderables, incomprensibles para nosotros. (Cif., Acosta, *2005-094-095).

Y a dicha estructura dinámica de fondo, habrá que agregarle la nueva dinámica reaccional de acción y reacción de base que ocurre fundamentalmente entre elementos giroscópicos que rotan intensamente al chocar, y al hacerlo convierten de forma operacional, total o parcialmente, su energía rotacional en traslacional y viceversa, conservando siempre la magnitud total de energía cinética de cada elemento interactuante intacta.  Ello implica que toda la dinámica del universo en gran escala no es sino un caso particular de esta mecánica de rotación-traslación ampliada, que no solo tiene vigencia cuando la rotación tiende al máximo, sino sobre todo, cuando los componentes o partículas fundamentales de su substrato, las galaxias a nivel conmológico, interactúan determinando su estructura y configuración presente. Este modelo de interacción debe ser pues entronizado como una nueva ley dinámica de base, como un nuevo principio de inercia ampliado, sustituto del de Galileo-Newton-Einstein, que gobierna todo el proceso. (Cif., Acosta, *2005-095).

Ya en otro ámbito, el de la aplicación tecnológica de estos principios, esta nueva dinámica de acción y reacción RTR hace posible, como ya lo sugerimos, desarrollar un nuevo esquema propulsor cinético basado en volantes de inercia giroscópica, los Volantes de Propulsión Retro-Rotatoria (VPR), lo cual implica a la larga la posibilidad de desarrollar todo un nuevo sistema de transporte aeroespacial basado, no en el consumo de masa propelente, sino en el del momentum de la energía cinética rotatoria acumulable en él, haciendo prácticamente posible desarrollar impulsión permanente, y con ella, dentro de un régimen de aceleración constante compatible con nuestra naturaleza antropomorfa terrenal (de +/- 1G), viajes de tipo relativista muy rápido. Es la introducción de la rueda espacial a nivel general en el mundo afluente del viajero interplanetario y estelar del próximo milenio. (Cif., Acosta, *2005-096).  ¿Qué fuente de energía alimentará dichos aparatos? Pues no será ninguna de las aplicadas hoy, pero ya es conocida. Se trata de un generador que replica la estructura electrodinámica del propio átomo, a nivel cuántico. El generador Searl, totalmente autónomo e ‘inagotable’, que de paso, como nuestro propulsor, produce efectos anti-gravitatorios, hasta ahora completamente incomprendidos, por ignorar la estructura física de fondo, de la interacción gravitatoria.

Como la estructura dinámica de nuestro modelo teórico es esencialmente cinética, es por ello que nosotros recurrimos al modelo matemático de la Relatividad Cinemática de la Teoría de Partícula Libre del matemático y astrofísico británico Edward Arthur Milne, publicada en 1948 por Charendon Press y conservada por la Milne Society en la Bodleian Library de la Universidad de Oxford. Desde la introducción de este modelo matemático a nuestro sistema teórico, logramos ‘ponderar’ la talla característica del fotón, el componente fundamental de la realidad que resulta estar en la base de todo el edificio ‘materializado’ del universo observable, a todas las escalas.  Y como esta talla resulta ser del orden de 10-32 cm, es decir, del orden de la escala de Planck, ella es de una magnitud inversa a la de la talla característica del dicho universo observable. Algo muy aleccionador sobre todo para ponderar las ‘distancias’ interescalares de este microcosmos, muy parecidas a las identificadas en el macro mundo galáctico y cosmológico metacósmico. 

Como en él la energía puede variar en función de la frecuencia de toda propagación, entendida esta como función Jacobiana sobre la espiral logarítmica de propagación, o helicidad, es esta forma de propagación la que genera la dualidad onda-corpúsculo, el problema fundamental de la mecánica cuántica inicial, que indujo a Bohr a crear el concepto de ‘complementaridad’. Esta forma de propagación se replica en todas las formas de estructuración electro y cromo-dinámica del universo microfísico. Ella genera por ejemplo, la propagación en zig-zag de los componentes básicos electro y cromo dinámicos al orbitar, que están en la base del concepto de ‘conexión fibrada’ de la dinámica del modelo de ‘super-cuerdas’ de las teorías ‘super-simétricas’.  Además de las simetrías de doble y triple plano de rotación espinorial que engendran características de estructuración espinal escalar, determinantes a nivel tanto atómico como nuclear, de su ‘compasidad’ de espacio-tiempo, como veremos más adelante, y cuya dinámica espinorial engendra deformaciones de configuración escalar centrífuga o centrípeta, por ejemplo, como ya es posible observar en los laboratorios a nivel atómico. (Cif., la ‘atto-electrometría espinorial con electroscopía láser en la Universidad de Lund).

Al sondear en mayor profundidad, a nivel cromodinámico, encontramos la razón ‘teleológica’ del modo de interacción no-abeliana de sus componentes básicos, como resultado de ser estos componentes de interacción un nuevo estado de la materia, el de pares gluón-quark coloreados. Ellos son los depositarios principales de energía espinorial intrínseca, o de masa, la cual parece estar esencialmente confinada en los estratones de estos pares identificados como los famosos bosones de Higgs que ya comentamos, recientemente observados en el Cern de Ginebra (2012). Los gluones parecen ser pues, pares de quark-antiquark en estado ‘libre’ semi- confinado, que por desarrollar una enorme helicidad, apenas logran saltar de un estado fundamental a otro, comportándose esencialmente como una ‘luz’  confinada exclusiva del mundo quárquico.  Estos en sí mismos son estados fundamentales en ‘torbellino’ de bosones de Higgs rotando al máximo. La velocidad angular estratónica de esta rotación, de acuerdo al modelo dinámico de partícula libre, calculada por medio de la ecuación fundamental de rotación-traslación relativista, resulta ser del orden de c4.

En electrodinámica clásica, el electrón mismo (o toda su familia super-simétrica en la teoría de supercuerdas), parece ser un estado ‘degradado’ de este tipo de ‘lepto-quarks’. Él estará compuesto por un par quarc-antiquarc con helicidad abierta: un bosón de Higgs en estado libre, no ‘confinable’, lo cual le permite viajar ‘ad infinitum’, y capturar fotones por interacción cónica. Al viajar en forma dirigida, en un conductor, (algo que también hoy se realiza a nivel fotónico con fibras ópticas), no solo produce el efecto de corriente inducida en un circuito, sino el efecto de líneas de fuerza polarizadas apreciadas como campo magnético. Esta forma de estructuración se ‘condensa’ a nivel intra-atómico, para formar las capas electrónicas del mismo, comunicándose para interactuar con el núcleo atómico y entre sí, por medio de los bosones intermediarios masivos, toda una categoría de lepto-quarks coloreados con masas aún mayores que la del protón. Esta es una especie de ‘luz’ pesada que ilumina este ámbito para hacerlo coherente, y es esta estructura cohomorfa así entendida a nivel electrodinámico, la que permite ‘crear’ un nuevo tipo de generador de energía de carácter cuántico, totalmente autónomo, muy superior a cuantos hoy conocemos (el generador Searl que acabamos de comentar).

Cómo interactúa esta estructura fundamental en el fondo de la materia hadronizada, con la gravedad, es el tema de la gravedad cuántica RTR que ya comentamos.  Para modelarla es necesario crear un operador dinámico  gravitatorio, y la forma natural de lograrlo, es introduciendo nuestro operador dinámico reaccional RTR a nivel estratónico hadrónico como ya vimos. El modelo reaccional retro-rotatorio provee pues el operador buscado. Todos los componentes básicos de materia hadronizada, masificada, que por su naturaleza rotan a máxima velocidad, deberán reaccionar  por interacción RTR hacia la fuente de radiación perturbadora, en proporción directamente proporcional a la densidad de energía espinorial acumulada por dichos componentes hadrónicos masificados, e inversamente proporcional a la densidad de energía radiativa de la gravitación incidente, dada por la ley general de cuadrado inverso de su distancia a la fuente.  Este constituye pues el operador dinámico buscado.

Como se produce y de donde proviene la fuente de radiación perturbadora, y como se propaga esta, es un tema ya no solo de física cuántica, sino sobre todo de cosmología relativista ‘creacional’  retro-rotatoria. En sí la radiación gravitatoria debe ser identificada con los propagadores fundamentales de las geodésicas de espacio-tiempo relativistas.  Son ellos los que generan la red tetradimensional einsteniana con solo propagarse, y ello lo hacen sin helicidad aparente, por tratarse de la radiación fósil primigenia más lineal, sin rotación espinar o helicoidal aparente, y por lo tanto, totalmente ‘oscura’, prácticamente inobservable en sentido electro-dinámico. Y como son susceptibles de flexionarse lateralmente al aproximarse a las grandes masas estelares y protogalácticas, y aún de ser atrapados por huecos negros super-masivos, es esta forma de interactuar la que genera el efecto Einstein, o configuración curva de las geodésicas en su proximidad, y en última instancia, la que genera dichas singularidades al acumular materia bosonizada al máximo, i.e., materia en su estado fundamental de condensado de Higgs.

El hecho de no poseer la radiación gravífica helicidad ni rotación intrínseca que la haga desarrollar masa o carga electrodinámica, hace que su forma de interacción sea esencialmente mecánica, pues como sus estratones no son ‘asociables’, solo logran golpear a los elementos ‘duros’ de fondo, de nivel estratónico, de todas las demás estructuras, que rotan de alguna manera. Es la reacción retro-rotatoria de estas estructuras de fondo, (en general hoy identificadas con los bosones de Higgs) a esta forma de perturbación la que, como ya lo comentamos extensamente, genera el efecto ‘masa’ inercial-gravitatorio, y este es más intenso cuanta más ‘materia’ con energía de rotación espinorial ‘masiva’ intrínseca esté presente.

En general, los estratones de cada substrato físico dado conservan su energía de masa intrínseca original, sin importar con qué frecuencia sean golpeados. Aquí el efecto ‘sombrero’ del bosón de Higgs opera al máximo.  Al ser golpeados estos estratones son desestabilizados, pero la estructura dinámica no-abeliana del medio gluónico en que están inmersos los hace ‘regresar’ inmediatamente a su posición de equilibrio, anulando el ‘desequilibrio’ momentáneo.  En este ámbito, si la fuente viene de un solo foco, la suma de las acciones desestabilizadoras infinitesimales hará que el conjunto de masa ‘flotante’ reactivo tienda a desplazarse hacia él. Es esta estructura mecánica la que genera la dinámica gravitatoria tensorial resultante. Pero  esta acción no hará que el estratón varíe su valor de masa intrínseca básica, dado que este regresa a su estado fundamental inmediatamente.  Este estado corresponde a un operador dinámico RTR conservativo cuya magnitud (enorme) le fue otorgada en el momento de su creación, el cual difícilmente puede ser alterado por una interacción tan débil.  Nosotros ya conocemos por toda la experimentación realizada con energía nuclear durante el último siglo, los enormes valores de masa inmersos a nivel nuclear hadrónico electrodébil. Pero hasta ahora empezamos a conceptualizar y a observar (en el Cern) la inmensidad de la energía depositada a nivel estratónico fuerte, entre lepto-quarks coloreados, de magnitud muy superior.

Los valores ‘irregulares’ de la masa intrínseca de todas estas estructuras resulta pues, de la diversidad de la estructura estratónica de que están compuestos, y de esta forma operacional de relacionarse sus componentes básicos de masa entre sí y con la radiación incidente, cuya reacción mecánica es la que apreciamos como inercia y gravitación. Por supuesto, la radiación gravitatoria no es producida por ninguno de los elementos interactuantes reactivos con masa, sino solo ‘reflejada’.  Este hecho hace patente que la gravitación es una radiación fósil proveniente del primer instante de creación del universo, y que por hallarse este inmerso en tal tipo de radiación, es que se produce el efecto de inercia patente sobre todo en el espacio exterior, cuando se carece de un foco intenso de radiación en la inmediata proximidad, como la superficie de la propia Tierra o del Sol, o de cualquier fuente astrofísica apreciable, y que las reacciones a este tipo de radiación sean totalmente diferentes en ambos ámbitos, como lo demostró la ley de flujo de energía de Poincaré.

Por supuesto, este efecto inercial-gravitatorio no tiene por qué ser incontrolable, y el comprender su modus operandi nos permitirá por supuesto, ‘controlar’ y manipular su acción.  Para ello solo basta con introducir una fuente perturbadora que bloquee esta radiación. Una forma de lograrlo es dinamisando rotacionalmente la masa afectada. Un ejemplo claro de ello son los efectos giroscópicos de ‘apesantez’ que pueden lograrse en volantes de inercia, como lo demostró el Prof. Eric Laithwaith en su famosa conferencia ante la Royal Society de  diciembre de 1973., sin poder explicarlo, por supuesto.

Otro modo de lograrlo, es crear ‘botellones’ ingrávidos por inmersión magnética, creando fuertes campos magnéticos toroidales a su alrededor. Algo que puede tener efectos físicos ‘devastadores’ para sus ocupantes (invisibilidad permanente). Pero como la gravitación puede ser considerada una clase especial de electromagnetismo, como lo sugirió Theodore Kaluza hace ya casi cien años, hoy se están descubriendo configuraciones ‘complejas’ de cierto tipo de campos electromagnéticos que logran anularla, creando campos ‘anti-gravitatortos’ sin efectos nocivos, al tiempo que actúan como un generador eléctrico muy eficiente. Un generador que es una especie de réplica de la estructura cuántica del átomo. Este es el llamado Generador a Efecto Searl (SEG) que comentamos antes. Algo que al asociarse con nuestro propulsor, tiene el potencial enorme de transformar completamente nuestros diversos sistemas de transporte tradicional, permitiéndonos sobre todo desarrollar vehículos ‘voladores’ ingrávidos de aterrizaje y despegue vertical, pero no contra la gravedad, sino anulando su efecto, permitiendo por ello que puedan ser de dimensiones enormes, hoy imposibles para nuestra técnica. Todo un tema para los promotores del desarrollo sustentable anticontaminante, y de inhibidores de cambio climático, que deberemos desarrollar muy pronto, y que transformará completamente nuestros actuales parámetros de civilización, resolviendo algunos de sus problemas ‘cruciales’.   

Y en fin, una última forma de ‘utilizar’ este modus operandi gravitatorio, es viajar a velocidad ‘super-óptica’, superar el modelo clásico de invariancia relativista natural para discurrir por todo el universo, pero en especial, y en primer término, para acceder al ámbito inmediato de nuestro propio sistema planetario Solar, de forma eficiente, práctica y segura, y poder habitarlo sin restricciones accediendo a él en términos de horas y días, y no de meses y años como es el caso  con la tecnología vigente hoy.

Como lo demuestra el efecto Casimir, que fue la causa eficiente del proceso inflacionario inicial de creación de nuestro meta-universo ampliado, inmediatamente después del proceso explosivo primordial en sí, al superar el límite óptico la velocidad de expansión del universo primigenio, este se ‘inflacionó’, creció más de sesenta órdenes de veces de forma ‘instantánea’. Ello se debe a que, al ser sintetizados los bosones de Higgs, después del primer ‘instante’ de creación, estos superaron en el frente expansivo la velocidad óptica, tal como debe sucederle también a cualquier vehículo estelar que lo logre. Es este modelo operacional de ‘super-gravedad’ RTR el que hace que la resultante de la interacción gravitatoria se invierta, deje de ser atractiva para convertirse en repulsiva o acelerante.  Ello fue lo que produjo la inflación, y ello será lo que nos permita recorrer el universo entero, una vez que logremos dominar este tipo de ‘propulsor’, para viajar a través de túneles de gusano ‘creados’ por el vehículo mismo al viajar bajo este régimen. Algo realmente extraordinario y muy prometedor para que nuestros propios herederos no solo viajen a las estrellas, sino que discurran por el universo saliendo incluso a explorar el ámbito elusivo para nosotros hoy del meta-cosmos de multiversos. Al menos, por los normalmente observables para nosotros.  Una tarea propia para desarrollar en todo el próximo milenio.

Todos estos desarrollos, tanto científicos como prácticos, no pretenden pues otra cosa, que hacer de nuestro mundo, un habitat más afluente, más evolucionado, más equitativo y más amable. Más feliz en el sentido de Huxley. Más ‘luminoso’ en el sentido de los enciclopedistas franceses del siglo XVIII. Para que ello sea posible han hecho falta más de 2500 años de pensamiento científico cumulativo, más de 400 de construcción de un modelo físico estándar, y más de 40 de elaboración de estos novedosos conceptos de física operacional retro-rotatoria. Y no sabemos todavía cuanto más hará falta para lograr introducir este concepto en el modelo estándar, y para desarrollar aplicaciones prácticas. Algo que no será fácil., dado que se trata de un concepto creado y desarrollado por un grupo de trabajo marginal, que bien pudo tardar mil años mas en aparecer, en medio de este ‘maremagnum’ de cientismo deífico ‘capturado’ por los paradigmas de la industrialización excluyente no solo general, sino sobre todo, de los laboratorios. Algo que gracias a la revolución digital que hoy estamos experimentando, tiende a desaparecer, y que una vez superado hará de nuestra civilización una estelar activa, afluente e incluyente.



Entre la evidencia empírica y la contingencia práctica.

Desde luego, la introducción de todos estos conceptos, que inicialmente nos pareció una pura evidencia empírica, una necesidad racional inmediata de mecánica básica, la evolución natural de los conceptos la convirtió en una contingencia práctica. Como lo observara Erwin Schoedinger, el autor de la ecuación de propagación cuántica, “una cierta cantidad de conocimientos especializados, acumulados y confirmados empíricamente, se insertan de forma tentativa en marcos teóricos más vastos, y dichas teorías, después de ser corregidas progresivamente por nuevas experiencias, tienden a adquirir una validez general imprevista.” (Cif., E. Schroedinger, ‘Sir Arthur Eddington: The Phylosophy of Physical Science’, Nature, v.145 (16 Mars 1940), p. 402.

Ello es precisamente lo que nos ocurrió a nosotros, al grupo del Cifra  (de los Acostas...) al desarrollar esta nueva teoría teleológica de Rotación–Traslación RTR inercial básica. El desarrollo de las proposiciones iniciales que nuestra teoría aporta resulta ser cada vez más universal, y su aplicación enormemente práctica. 

De una observación inicial hecha por mi padre en 1952, que no tenía sentido sino dentro del marco de referencia de una observación casual descrita en la prensa de un ovni, cuya interpretación pretendía descifrar como se deben propulsar dichos aparatos por ‘manipulación’ de la energía cinética contenida en ambos tipos de movimientos –de rotación-traslación- para producir los desplazamientos descritos, al tratar de confirmar dicha hipótesis en los textos disponibles de la ciencia establecida, fue que mi padre llegó a la conclusión de que se trataba de un hecho poco estudiado y prácticamente desconocido a nivel fundamental. De un hecho ‘maldito’, como él mismo lo comentó. (Cif., Acosta-Amador, ‘Teoría Unitaria Universal : La reversibilidad rotación-traslación es base de la Tecnología OVNI o de Platillos Voladores’, Bogotá, *1972).

Fueron los trabajos de Santiago Rubió en Argentina sobre Rotaciones Corpusculares, publicados en 1959 (G. Gili), los que llamaron su atención sobre las implicaciones teóricas generales de esta nueva mecánica. Por supuesto, hizo falta una exploración de más de cuarenta años, en todas las áreas fundamentales las que nos llevaron a cada uno, a su manera, a plantear la incidencia de estos conceptos a nivel básico, (Cif., Acosta-Amador, ‘TUU: ¿Mito o Realidad?, Bogotá, 1991, y Acosta MG, *2005), y los posibles modelos matemáticos que deberían aplicarse para describirla, tanto en mecánica y dinámica clásicas, como en termodinámica, electrodinámica, cromodinámica, físico-química reaccional, cosmodinámica relativista, relatividad general y cinética relativista (Cif., Acosta-Alarcón, M.G., ‘El universo dual Retro-Rotatorio: Principios de física no-lineal RTR’, Cifra, Bogotá, 2005). Y últimamente me llevan a evaluar su compatibilidad –o compasidad- con las teorías espinorial y twistorial desarrolladas por el profesor R. Penrose en la Universidad de Oxford, dentro del marco de referencia de la geometría Riemanniana y las matemáticas complejas compatibles con ella. 

Es decir, modelos matemáticos y evidencia empírica hay, y de sobra. Y como la evidencia empírica es la misma, solo hay que ajustar sus postulados a nuestros principios básicos para introducir las respuestas que encontramos, para definir los esquemas matemáticos más eficientes que las expresen. La técnica, en realidad, no es tan difícil, lo difícil es formular los ‘principios’ dinámicos apropiados. Las bases teleológicas tan elusivas, que a la gran ciencia por tanto tiempo se le ‘escaparon’, (Cif., conclusión de Penrose a su trabajo. Op. Cit., *34.4/5), las provee nuestro postulado básico.

Por supuesto, la idea de seguir el modelo endeca-dimensional  de las teorías de lazo o de supercuerdas, y no el tetra-dimensional clásico, ordinario, de la teoría de twistores, es puramente funcional. No es de fondo. Las matemáticas son un lenguaje. Los principios son los que nos permitirán articularlo, a nuestro ‘antojo’, en un estilo épico o romántico, según la moda o la forma de percepción del ‘arquitecto’. Y nuestra forma de aproximarnos a esta realidad polifacética y elusiva de su ‘estructura’ dinámica de fondo RTR, para describir por las leyes que la rigen y su contenido, en cierto sentido es teleológica y casuística: qué es lo que se comporta de una manera, y por qué lo hace así. El modelo undeca-dimensional inicialmente nos permitió hacerlo de la manera más completa. (Cif., Acosta, *091-2005). Ello no quiere decir que hallamos encontrado la teoría del Todo. Que nuestra descripción sea ‘acabada y completa’, y mucho menos, que hayamos llegado al fin de ese camino largo y esquivo, en busca de la realidad última más profunda de la naturaleza. Los ‘enigmas’ que aparecen a la luz de nuestra ‘super-gravedad’ nos dicen que los interrogantes serán cada vez más inquisitivos, más inquietantes, y también más profundos.

Como ya lo dijimos, nuestra conclusión casuística  es que desde un principio hizo falta un operador dual inercial de movimiento simple, como el propuesto por nosotros, para poder modelar de forma racional, lógica, la multitud de observables físicos hallados a todas las escalas, en especial, en el universo cuántico, y que las dificultades y contradicciones sufridas, incluyendo las de tener que incluir a ‘la mente del observador’ en la descripción, se debieron fundamentalmente a la carencia del nivel de comprensión que este aporta.  Y sí, se trata de un principio de movimiento simple fácil de comprender y de aplicar, de tipo racional. No de unas variables ocultas exóticas que hagan de la realidad un mundo indescifrable e ‘incompasible’ a nivel fundamental. Pero esta simplicidad subyacente profunda no nos conduce al punto final, tan solo nos acerca, nos aproxima. Tal vez, ese final, como en el paradigma de Zenón de Elea que abrió el camino al cálculo infinitesimal, nunca pueda ser alcanzado.

De todas formas, a posteriori, este modelo teórico reaccional RTR nos parece ser una necesidad racional básica para construir todo el edificio conceptual físico-matemático. Él por supuesto, es tan simple, que bien pudo ser formulado desde un principio. En realidad, la física griega partió del concepto del torbellino de Leucipo, discípulo de Zenón, adoptado después por Demócrito, Epicuro y Lucrecio, el cual como vimos, Descartes también intentó introducir en los albores de la física moderna. Posteriormente, durante la revolución cuántica, Dirac debió introducir el concepto de ‘espín’ en su ecuación del electrón, pero ello a la fuerza, tan solo como un elemento de compensación, de caracterización, de un hecho observable, pero no involucrado en el marco de referencia de una dinámica activa, operacional, que permita hacer una descripción compleja completa de la realidad, para lograr obtener esas explicaciones teleológicas básicas buscadas.  Para ello haría falta dinamizar el concepto mismo de punto geométrico, para hacerlo el depositario fundamental de esta nueva dinámica reaccional.  Es decir, en física retro-rotatoria el concepto de punto geométrico es esencialmente dinámico y no estático. Por ello es distinto, es reaccional.

Roger Penrose desarrolló durante los últimos cuarenta años toda una física twistorial a partir de dicho principio espinorial, buscando construir las famosas cadenas cuánticas de espín. Pero sin un modelo dinámico operacional de base, ello resulta poco menos que imposible. Por ello él concluyó en un impasse, y continúa ‘esperando una solución apropiada’.  Como lo comenta al final de su magnífico trabajo, “Es muy probable que el siglo xxi revele ideas más maravillosas que aquellas con las que nos bendijo el siglo xx. Pero para que esto suceda, necesitamos ideas nuevas y poderosas que nos lleven en direcciones significativamente diferentes de las que en la actualidad se están siguiendo. Quizá lo que necesitamos fundamentalmente, es algún cambio sutil de perspectiva... algo que todos hemos pasado por alto... “ (Op. Cit., Penrose, 34.10, 1398). 

Sí. Lo que pasaron por alto fue este modelo reaccional operativo e inercial retro-rotatorio, el cual nos aporta una nueva y ‘poderosa’ alternativa, y una solución apropiada al respecto. La introducción de este principio debe además permitirnos construir un puente, un punto de contacto, entre las teorías de cuerdas y la teoría de twisteres, i.e., debe permitirnos reducir la extra-dimensionalidad supersimétrica de Kalusa-Klein original a la de la relatividad clásica, siempre y cuando la tri-variedad compleja de Calabi-Yau (que es la que impone la necesidad de introducir la dimensionalidad extra de la teoría de cuerdas estándar), sea  reemplazada por la tri-variedad compleja del espacio twistorial proyectivo PT (cif., Penrose, *33.5), que permita conservar toda la funcionalidad dinámica ‘escalada’, substrato por substrato, que genera en el modelo original, la dimensionalidad extra. Ello haría que la nueva versión ‘supersimétrica’ de PT corresponda realmente a un tipo de espacio de Calabis-Yau, que permita ‘reproducir’ las supersimetrías y todos los demás ‘milagros’ que nuestro operador dinámico induce, conservando el modo de descripción basado siempre en la aplicación repetida de las esferas de Riemann (de sus superficies del género más alto), y que este tipo de objeto, al ser una variedad compleja del espacio twistorial proyectivo, represente adecuadamente la dinámica operacional reactiva de nuestro operador cinético retro-rotatorio, la razón de ser nuestro modelo dinámico.

La comprensión profunda de la carencia de este concepto, y el reconocimiento explícito de ello, es lo que ha llevado a todos los físicos fenomenologistas como Einstein, como Wheeler y como Feynman, a oponerse a los físicos ‘reduccionistas’ como los de la inseparabilidad, por lo cual postularon que en el fondo deben existir unas variables dinámicas ocultas que ‘expliquen’ de una manera teleológica, la razón de ser del comportamiento y estructuración ‘complejos’ del universo observable. Y por todo ello es que las llamaron ‘variables ocultas’.

Pues bien, para nosotros, y lo decimos después de más de cuarenta años de estar pensando en el problema, y tratando de ‘crear’ una forma de resolverlo con este ‘algoritmo dinámico’ que es nuestro operador RTR, es este mecanismo, este operador, el que gobierna todo el proceso, a todas las escalas, en todos los sustratos, y por ello, por tratarse de un mecanismo esencialmente causal basado en una ley de conservación de energía cinética, de tipo dual, operativo, transitivo y heredable, es que partimos del modelo Milneano de relatividad cinética para expresarlo, cuya formulación variacional bien puede adquirir la forma del espacio twistorial proyectivo del género más alto, siempre y cuando represente adecuadamente a nuestro operador dinámico operacional RTR, que es el que nos permite al final, describir que es lo que en el fondo está pasando, cual es la dinámica profunda de la realidad física.  Para que esto ya no sea ‘un misterio’.

Por supuesto, el trabajo de ‘reducir’ el modelo Milneano simpléctico a un nuevo modelo matemático  twistorial complejo, coherente y ‘completo’, es un trabajo enorme que dejamos para las futuras generaciones de físicos matemáticos pioneros. Las bases para lograrlo ya están listas.  Las creó Penrose y su grupo de trabajo desde hace ya mas de cuarenta años. Como vemos,  otros han desarrollado modelos alternativos muy elaborados y sugestivos, como los modelos super-simétricos de gravedad, o los que siguieron la pista de la matríz de densidad en la distribución de probabilidad de una función de onda cuántica, o los de la imagen de Majorana, o los de ontología no-convencional de la mecánica cuántica, como los de la ‘onda piloto’ en el universo holístico de David Bohm desarrollados también durante los últimos cuarenta años.

Nuestro esfuerzo teleológico y epistemológico no ha sido otro que el de marcar los derroteros básicos en cada área estudiada, proponiendo las soluciones dinámicas operacionales que nos han parecido más apropiadas, a los problemas, contradicciones y falsas pistas encontradas. Creando ideas nuevas, formulando conceptos divergentes alternativos que nos parecen fecundos. Por ejemplo, desde un comienzo nos pareció que la aplicación del modelo lineal clásico aplicado a la mecánica cuántica, llevó al falso modelo de la ‘complementaridad’.  Algo en que nadie ha pensado dado el carácter ‘esquivo’ de este operador.  Una pista falsa quizás tan grave como la del éter o la del propio modelo dinámico lineal, que hoy nos tiene anclados en el planeta, listos y dispuestos para salir a conquistar el ancho espacio interplanetario, sin poder lograrlo.

Y ello sucedió a pesar del enorme cuidado que tuvieron los teóricos de Copenhague de atenerse solo a los resultados observables obtenidos en su exploración ciega, a tientas, tautológica, pero tratando de no formular hipótesis auxiliares, como también lo hizo Newton al formular su teoría de la gravedad. Sin embargo, ellos debieron hacer su exploración tautológica introduciendo conceptos ‘absurdos’, como la complementaridad onda-corpúsculo de Bohr, o la mecánica del éter de Mach, o la acción a distancia de Newton, o eliminando otros, como Einstein eliminó la constante cosmológica de su esquema relativista general, por parecerle en ese momento inconveniente. Este por supuesto, era un imperativo práctico, dado el nivel de teorización y de observación efectiva alcanzado en cada época.

Nuestra teoría ‘relieva’ el hecho simple de que es la naturaleza ‘espiral’ de las trayectorias de los corpúsculos en movimiento, masivos o no, como tan bien lo demostró De Broglie, las que generan todos los efectos ondulatorios, y la que además, les permite transportar energía. Y que es la energía cinética que ellos transportan lo que nosotros medimos al observar su velocidad de propagación, que por ser operacional, es constante, pudiendo ser los componentes traslatorios de amplitud y frecuencia variables de acuerdo a su vector de estado dinámico concreto vigente en un momento dado.  Lo que ‘explica’ en el fondo, de forma racional, todas las constantes universales, y en especial, la ley de energía total hallada a todas las escalas por los energetistas de mediados del siglo xix, y por lo tanto, la equivalencia no solo de masa-energía hallada por Einstein, cuya contrapartida espinorial nosotros expresamos por medio de la ley de Milne, sino la de todas las constantes físicas fundamentales de gravitación (Newton), de propagación óptica (Einstein), de acción mínima (Planck), y de interacción molecular promedia (Boltzmann), como veremos más adelante.

Por supuesto, la naturaleza dual de esta forma de propagación hace que cada tipo de radiación estratónica, correspondiente a cada sustrato o tipo de interacción básica de la naturaleza –la fotónica electrodinámica, la electrodébil masiva, la cromodinámica gluónica, y la gravitatoria supersimétrica- se comporte de una manera característica equivalente, i.e., que todos los bosones de interacción radiada al asociarse con los bosones de masa hadronizada (los bosones de Higgs en los lepto-quarks), siempre se acoplan por un mismo mecanismo, siendo absorbidos o emitidos por interacción doble cónica, o espiral logarítmica  en una ‘doble función cónica de interacción’, todo un nuevo tipo de interacción que hemos propuesto para resolver este mecanismo, siguiendo el modelo inicialmente propuesto por Ned Rosinsky en Alemania al plantear su modelo de crecimiento biológico en sus trabajos pioneros que condujeron a la invención de la resonancia magnética para aplicaciones médicas (Cif., N. Rosinsky, ‘La geometría de la vida’, Rev. Fusión Nuclear, 3, 1985).

Por supuesto, son principalmente los bosones Higgs con rotación intrínseca espinorial y twistorial máxima, los que acumulan en general toda la energía espinar observable en forma de masa, como ya lo dijimos. Por esto la masa es otra forma de energía. Y ellos solo pueden estar confinados debido a su propia estructura dinámica, en el fondo del átomo, en los lepto-quarks coloreados, aglutinados en el seno tanto de los nucleones –protones y neutrones- como de los demás lepto-quarks con masa, electrónicos, muónicos, piónicos y taónicos, etc., incluyendo a los bosones intermediarios masivos. Existe toda una familia supersimétrica de este tipo de quarks, y su forma de acoplarse sugiere toda una dinámica de estructuración por compensación cinética retro-rotatoria isométrica, tanto espinar como twistorial. Esto equivale a darle un contenido dimensional teleológico al movimiento de Fermi para poder precisarlo.

En sus estados intermedios, de nivel atómico y molecular, por el grado de libertad adquirido que les es característico, y sobre todo por la forma retro-rotatoria operacional de interactuar, estos lepto-quarks pueden desarrollar las más variadas estructuras. Desde aglomeraciones caóticas, esencialmente gaseosas de tipo térmico -un tipo de interacción que genera el movimiento browniano, que como ya vimos, está gobernado por nuestro operador dinámico reaccional- pasando por todos los estados de agregación macrofísica, hasta llegar al extraordinario estado de estructuración escalar cromosómico, todo un nuevo ámbito de aplicación para la física teórica, la biofísica, la físico-química y la biogenética RTR reaccional, incluyendo su incidencia en la morfogénesis por replicación de las secciones áureas de Fibonacci, la cual se produce en retículos euclídeos, cíclicos, elípticos o hiperbólicos, que generan imágenes proyectivas teseladas a partir de una combinación cualquiera de los sólidos pitagóricos, por ejemplo, como un conjunto de Mandelbrot, o a partir de cualquier figura conforme, como lo muestran las imágenes conformes de Escher (cif., Penrose, Geometría hiperbólica: Imagen Conforme, 2.4, 81, y su relación con el espacio físico, 2.7, 97-101).

Es decir, por este operador dinámico la materia puede evolucionar, no solo hacia estados más estables, más simples desde el punto de vista de su equilibrio termodinámico, por el principio entrópico, sino que en procesos dinámicos lejos del equilibrio, puede desarrollar procesos atractores, de oscilación, bifurcación o fluctuación creciente, más compleja, que implican desarrollos evolutivos cohomorfos armonizados o ‘conformes’. Ello equivale a introducir los procesos evolutivos en la ecuación física, así como la flecha del tiempo ortocrónica en su modo de descripción fundamental.

Al introducir en el modelo de interacción materia-radiación el nuevo concepto de interacción por doble sección cónica, lo hemos elevado al nivel de ley general básica que gobierna todos los procesos de absorción y emisión de energía por parte de la ‘materia’, i.e., de acoplamiento supersimétrico entre todos los hadrones y sus bosones intermediarios, masivos o no, determinando su modo de estructurarse de acuerdo a sus características de rotación, espinorial o twistorial, intrínseca, helicoidal, orbital o hiperbólica, y a las magnitudes de energía cinética acumulada o radiada, en las diferentes escalas de interacción, determinando su naturaleza bosónica, hadrónica, leptónica, bariónica, etc., y su dinámica, abeliana o no, al acoplarse y estructurarse en formas de complejidad creciente.

Por supuesto, la relatividad cinética nos permite expresar de forma concisa  el algoritmo del operador RTR a nivel general, pero existen varias formas o expresiones variacionales, para determinar el equivalente de energía contenido en este operador cinético, y ello gracias a la dualidad cinemática básica de poder expresarlo, uno como energía radiante (mc2), y el otro como energía espinorial y twistorial intrínseca total (m1/2) las cuales, al relacionarlas como ya vimos, nos permiten ponderar la talla característica del estratón fundamental del sistema, el fotón, que resulta ser del orden de (10–32 cm ).   Una talla en la escala de Planck equivalente a la inversa del universo observable, que además corresponde a la energía de Planck.  ¿Absurdo? En absoluto. La talla específica del fotón corresponde a dicha energía al asociarse a todos los demás, al asociar su dinámica fluctuante y recurrente retro-rotatoria en una síntesis cosmológica que implica a todas las constantes fundamentales del universo, y además, toda su historia, incluido su destino recurrente y fluctuante de implosión-explosión final, o si predomina finalmente su masa oscura inerte, diluirse y ser absorbido por el metacosmos ‘exterior’ que lo ‘contiene’, de acuerdo a las implicaciones RTR del principio de ‘incompletitud’ de Goedel.

Pero en la base, este dimensionamiento nos revela también, que el universo está hecho, está construido a partir de un elemento que en un principio nos pareció ser su propia negación, la contrapartida de la ‘materia’, la luz, la ‘energía’, los bosones universales de interacción, los ‘fotones’ radiados hacia el infinito y todas sus contrapartes gravitatoria, electrodébil y fuerte a nivel fundamental, llamados por nosotros ‘estratones’ de materia.  Estos cuantos de Planck son pues la fuente de toda la estructura, descubiertos por él incidentalmente estudiando la ‘radiación’ de un cuerpo negro, i.e., la forma de radiar calor una cavidad oscura.  Es este concepto el que nos permitió construir toda una ‘cosmología’ del micromundo, en el ensayo dedicado al tema (cif.  Acosta, ‘Cosmología del micromundo y elementaridad retro-rotatoria’, *091-2005).

Este modelo deberá también permitirnos descifrar la forma como interactúa nuestro propio cosmos con el metacosmos externo a él, con el Nirvana de multiversos, inobservable por ahora para nosotros, y cuya radiación incidente solo será apreciable si es de tipo ‘taquiónico’, i.e., de tipo fotónico superóptico.  ¿Será que algún día podremos iluminarnos con este tipo de luz, la cual nos haría ‘flotar’ hacia la fuente? He aquí otro tipo de ‘reducción del absurdo’, de fenómenos descritos por nuestra ciencia-ficción visionaria.

Además, el análisis computacional del modelo matemático estándar del universo ‘inflacionado’ sugiere que la talla característica de nuestro universo observable (hoy estimada en 13,7 mil millones de años-luz), está en relación directa con respecto a dicho universo inflacionado, como el tamaño de un núcleo atómico básico (de hidrógeno) con respecto al dicho universo observable no inflacionado. Por lo tanto, en el metacosmos dicho universo no sería sino una burbuja más, una ‘pompa de jabón’ ínfima, fluctuante y efímera, entre un sinnúmero de burbujas flotando en dicho ambiente al azar. ¿Otro golpe a nuestra narcisista pretensión de dominarlo todo? Quizás. Pero ya no tanto. Nuestro mundo globalizado e incluyente de hoy ya no es tan pretencioso.

¿Se trata en realidad de una burbuja, o de una campana de Gauss? Su forma parece depender no tanto del proceso de creación en sí, sino de la cantidad de materia que contiene, de su masa real con respecto a la observable, como lo postuló Alexandr Friedmann en 1922 en un trabajo pionero que dio origen a la teoría del Big-Bang cosmológico. Hoy parece, por las observaciones astronómicas espaciales, que la ‘materia oscura’ presente en nuestro universo observable es al menos equivalente al 90% del total de la masa autocontenida. Una proporción enorme que lo convierte en un sistema abierto destinado a diluirse en su medio ambiente circundante. Y dicha materia oscura deberá estar depositada en los enormes vacíos que separan los cúmulos galácticos que le dan esa característica estructura fibrada en gran escala, de la cual parece ser la causa eficiente.

Por lo tanto, el universo resulta ser un ‘mecanismo’ unicelular aislado de tipo termodinámico, fluctuante y cíclico, que nace, crece, se reproduce –al menos en cosmos estelares recurrentes- y muere, se extingue, por difusión o por implosión catastrófica, en procesos resonantes, a la manera de los ‘eones’ propuestos por Penrose en su teoría cosmológica de la ‘goedeliana’, y que interactúa con el multiverso externo, a la manera de una flor de lis inmersa en un fluido termodinámico, un gas de radiación taquiónica pesada como una pompa de jabón flotando en una corriente de gas en extremo rarificado, y por ahora, al parecer poco turbulento.  ¿Será que dicha flor deberá ser ‘ìnseminada’ por algún evento ‘fecundante’ que la haga abrirse o cerrarse a la manera de un girasol para ‘propagarse’? ¿Qué deberá producir alguna civilización eónica propia de carácter meta-cósmico para madurar? ¿Para después sí poder interactuar con otras civilizaciones eónicas extrañas? ¿Será nuestro universo local un componente básico de procesos más amplios?

La radiación que vincula a dicho metacosmos con los diversos multiversos unicelulares aislados, polivalentes y fluctuantes autocontenidos, debe ser un fluido de partículas en esencia semejantes, pero dotadas de una energía ‘superlumínica’ de tipo ‘taquiónico enorme, pero finita, ponderable, la cual para nosotros produce una reacción gravitatoria ‘negativa’, acelerante desde la fuente, de tipo Casimir, por razones que se dieron en su momento (cif., Acosta, *92-94-95/2005). El efecto que tal reacción produjo en el universo recién creado en expansión super-óptica, es el que engendró en el instante de creación por ‘big-bang’ de nuestro apreciado  universo local ‘einsteniano’, el efecto inflacionario de Guth, ‘instantáneo’, y con él, su estructura global en gran escala, ‘super-enfriándose’ inmediatamente, para producir su estructura estratónica de base, super-simétrica unificada, o hadronización masiva y radiante máxima resultante, como ya lo vimos. [Para el proceso de explosión en sí, ver mi ensayo sobre el tema en Acosta, ‘El Big-Bang Primordial RTR’, *095-2005, 9-12].

Su rápida desaceleración posterior ‘cristalizó’ al universo en esa estructura fluctuante, reticular, observada desde Einasto y Alan Sandage, confirmada ahora por las misiones espaciales COBE y WMAP, al parecer, resultado de la interacción de esa materia oscura en los límites de intersección de sus diferentes cúmulos globulares, por supuesto, por turbulencia retro-rotatoria. Ella deberá estar compuesta, por lo tanto, por un gas muy poco activo de hidrógeno y helio primordiales, en estado inerte, en un nivel de disipación entrópica muy próximo al máximo. Todo el proceso ha sido pues gobernado por nuestro operador reaccional dinámico, que convirtió la energía de  la impulsión explosiva e inflacionaria lineal declinante, en acumulación de ‘materia’ masificada, al generar ‘atractores’ termodinámicos en los ciclos límite de los centroides por rotación celular protogaláctica cumular, los cuales engendraron por retro-rotación, en los ejes de rotación o núcleos hiperactivos, ‘huecos negros’ gravíficos, y con ellos la era de los ‘quasars’.

Tales ‘huecos’ son estrellas negras de plasma gluónico, de materia hadronizada al máximo, conformada esencialmente por pares gluón-quark de bosones de Higgs -o ‘condensado de Higgs’ –ese nuevo estado exótico de agregación de materia confinado al máximo por retro-rotación, y que por lo tanto ‘refleja’ la gravedad con  eficiencia máxima.

La evolución en el tiempo de dichos sistemas celulares globulares hipermasivos en interacción con la materia oscura, habrá de engendrar por fricción en sus límites, por interacción intercelular retro-rotatoria, materia luminosa en cúmulos globulares nebulosos incubadores de estrellas, y es la evolución de estos, en especial por la dinámica propia de las estrellas supermasivas engendradas en ellos, lo que al final de su ciclo vital explosivo, generan con mayor eficiencia materia hadronizada compleja, i.e., todo el material ‘sobrante’ de que están hechos los sistemas planetarios de las estrellas ‘normales’ más comunes en la actualidad, a partir del litio, el berilio, el boro, el carbono, el hierro, el oro, el galio, al samario, el cobalto, etc., hasta el uranio.

Y es en dichos sistemas de materia hadronizada compleja, en especial, en las regiones con condiciones de equilibrio termodinámico propicio, más estable y armónico, en general casi siempre relativamente alejadas de los centros activos más densos, y en estrellas ‘cálidas’ con características astrofísicas extraordinariamente sutiles y constantes, las cuales favorecen una química orgánica avanzada, en donde finalmente surge la vida, como un milagro de evolución físico-química de la naturaleza dual, auto-organizacional de la dinámica operacional del universo.

Con el tiempo, y gracias a la propia dinámica interna, operacional, recurrente y hereditaria de nuestro operador dinámico básico, tal evolución en los planetas ‘vivos’ debe conducir indefectiblemente a especies móviles altamente cerebradas, o ‘hipercerebradas’, pensantes, i.e., susceptibles de desarrollar pensamiento complejo, consciente, autocoherente, capaz de articular un lenguaje y de planear a largo plazo, desde sus movimientos, hasta crear conocimiento de tipo científico, y con él, civilizaciones tecnológicas planetarias que con el tiempo, habrán de poblar no solo el ambiente planetario completo de la estrella madre de donde surgieron, la totalidad de los planetas y asteroides ‘habitables’ que encuentren en su proximidad, sino que habrán de ‘transplantar’ toda su base biológica, con nichos ecológicos completos, por su galaxia, por su región estelar más próxima, y al final, por todo el universo accesible, observable para ellos.

¿Cuántos de ellos habrá por galaxia? ¿O cuántas galaxias por planeta vivo? Eso es algo que solo podremos saber una vez que iniciemos el proceso expansivo. Una vez que desarrollemos nuestra propia capacidad de explorar el universo, viajando en nuestras “Samsaras” en ‘vuelo’ relativista, a través del espacio-tiempo, discurriendo en nuestras nuevas naves “anti-gravíficas”, en gigantescos cruceros estelares, a través de ‘túneles de gusano’ espacio-temporales, para acceder a través de los ‘portales’ que vayamos construyendo, a nuevas regiones del universo, innaccesibles ‘naturalmente’ para nosotros, i.e., por fuera de nuestro ‘cono’ natural de sucesos. ¿Cuántas civilizaciones planetarias o estelares encontraremos? Solo entonces lo sabremos. Pues aún hoy no poseemos ni siquiera un solo parámetro para hacer un cálculo estadístico de esta eventualidad, en sentido positivo. Aunque nuestra sola presencia hoy aquí, nos dice que es posible, y la estructura y tamaño del universo observable, apenas recién esbozada aquí arriba, nos habla de la absoluta improbabilidad de que estemos solos. Esta es por ahora tan solo una improbabilidad de tipo matemático límite.  Y mucho menor cada vez que avanzamos en nuestra capacidad de observación efectiva y de modelación teórica. En un universo inflacionado, en donde nuestro apreciable universo einsteniano no sería sino un elemento más en un verdadero fluido taquiónico de ‘multiversos’ inflacionados ‘infinito’, tal posibilidad resulta ser prácticamente nula.

El resultado a que nos ha llevado la exploración del universo físico, desde hace ya más de dos mil quinientos años, desde la época homérica de los filósofos matemáticos griegos, en el Jónico, el Adriático, el Calabrio y el Egeo, pero sobre todo, desde nuestra audaz exploración matemática moderna, heredera de la escuela de Alejandría, en especial de su más eximio exponente, Arquímedes de Siracusa, la ‘mente suprema’ del pensamiento científico griego tardío y de sus corresponsales más conocidos, Dositeo, un judío matemático amigo suyo en Alejandría,  y Eratóstenes, el destinatario de su extraordinario ‘Método’, es un impasse, es una disyuntiva dialéctica entre el mundo concreto de las partículas elementales, de los átomos de Leucipo y Demócrito, y el universo fenomenologístico del torbellino de Lucrecio.

Esta dialéctica ambivalente ha sido desarrollada desde Leonardo, Kepler y Galileo, por físicos y matemáticos como Descartes, Fermat, Huygens, Newton y Leibniz, guardianes de esa tradición fenomenologística práctica, como ya vimos,  aún a pesar de sí mismos, hasta los grandes exploradores matemáticos y experimentalistas de ‘nuestro’ tiempo, desde Cantor y Lobachievski, Riemann y Lorentz, Minkovsky, Hilbert, Milne o Fock, o aún antes, desde Laplace, Lagrange, Euler y Hamilton, Gauss, Maxwell, Roentgen y Poincaré, hasta los grandes físicos matemáticos de hace cien años, desde Rutherford, Planck, Einstein y Bohr, Dirac, Schroedinger y Heisenberg, Chandrasekhar Schwarzschild y Gamow, y hasta sus sucesores, Feynman, Gell-Mann y Wheeler, Goedel, Weinberg y Seldovich, Bohm, Hawking y Penrose, Prigogine, Lyapunov, Thorne, Lightman y Novikov, Candelas, Cachazo y el matrimonio Chan-Tsou, quienes trabajan en la frontera misma de la física espinorial y twistorial fermiónica, para construir un modelo de física de partículas a partir del bosón de Higgs, que deberá incluir nuestro operador dual, recurrente y hereditario RTR para resolverse.

Todos ellos son los gigantes sobre los cuales estamos modelando nuestra visión del universo, utilizando unas herramientas matemáticas, que hoy más que nunca, se están convirtiendo en una verdadera tecnología de exploración, costosa y compleja, pero no por ello, menos basada ‘en la audacia intuitiva de quien interroga’, de quien razona, argumenta y crea, a la manera dialéctica griega. No olvidemos que hoy existen en todo el mundo unos mil científicos matemáticos que trabajan estos temas, algo equivalente a los mil que, aproximadamente, produjo el mundo antiguo durante sus mil años de existencia, o de los mil que produjo la ilustración europea moderna. Y que en cambio, hoy existan millones de ingenieros, herederos de unos pocos ‘constructores de máquinas’ un arte elusivo y muy especializado del medioevo, que a su vez fue heredero de unos muy pocos artífices clásicos griegos, que sin embargo, sí existieron. Y de ello da testimonio el reciente hallazgo del ‘mecano’ de la isla de Anticipera: un verdadero mecanismo de relojería manual –manuportable- exquisito, que representa la ‘cosmología’ de su tiempo, de más de dos mil años.

Todo ello es lo que nos lleva a aportar nuestra ‘máquina’ de inducción conceptual, el operador reaccional retro-rotatorio, como una nueva sonda de exploración del espacio-tiempo, y ello no solo a nivel teórico, sino también práctico, pues es la dinámica reaccional que este engendra, la que nos permitirá construir nuestras ‘Samsaras’, las futuras máquinas voladoras ingrávidas intertemporales, los cruceros estelares superópticos, que nos habrán de conducir a las estrellas, nuestro futuro paso mayor.  Ello es pasar en la evolución intelectual inter-generacional, de la necesidad racional a la contingencia empírica de que hablaba Schroedinger, pero al contrario, como complemento práctico.



El concepto de Unitariedad.

Si nuestras actuales conclusiones, superables siempre, dadas por nuestro formalismo computacional RTR, son en esencia correctas gracias a su operador de energía cinética reaccional, este nos permite equiparar a las constantes cosmológicas más importantes conocidas hoy, de velocidad de propagación electrodinámica, de interacción cuántica, de interacción molecular térmica, y de interacción gravitatoria, (c, h, k, G), como esencialmente equivalentes, y por ello equiparables a la unidad, y ello gracias a que corresponden a una forma variacional de expresar el operador recurrente y hereditario de la energía cinética de interacción retro-rotatoria (RTR) que representan a nivel fundamental, a nivel estratónico de cada substrato, que es esencialmente conservativo. Por ello la unitariedad. Ello nos permite también equiparar a nuestra ley de energía cinética total RTR (Ek),  expresada en términos relativistas como

(Ek) =  (m0 c2 ½ ) ;

como equivalente a la función de onda ( de Schroedinger, entendida esta como un atractor extraño de comportamiento o modo de propagación complejo de su función hamiltoniana conservativa. Esta ‘reducción’ del propagador a una función de onda cinética relativista compleja, establece un puente entre la relatividad general y la física cuántica, y le abre la vía a su integración, en especial a nivel gravitatorio, al permitirnos construir el operador gravitatorio a nivel de la teoría reaccional retro-rotatoria de la gravedad que describimos antes, relacionada en especial con la forma de interacción de la radiación gravitatoria con los estratones de masa, los bosones de Higgs, de tipo estrictamente mecánico por ser la más penetrante de todas la radiaciones bosónicas conocidas.

Se trata esta de la síntesis más audaz hasta ahora lograda por nosotros (cif. Acosta, *088-A/2004), que consistió en aplicarle a los conceptos básicos de propagación y masificación, el principio dinámico fundamental de equivalencia operacional retro-rotatoria en todos los substratos, entendido este como su ciclo límite de oscilación-fluctuación, o de propagación – centración, o de intercambio de energía cinética en sus dos vertientes, rotatoria y traslatoria, fluctuante y oscilante, a nivel termodinámico. Es como si todos fuesen equivalentes, al reducirlos a la forma hamiltoniana simpléctica de interacción, expresables en forma de propagador (la función de onda de Schroedinger), o de inercia cinética RTR (la ecuación de Milne), aplicables alternativamente a cualquier tipo de estratón, como el estratón de masa (el bosón de Higgs), o de interacción mínima (el cuánto de Planck), o al estratón de campo gravitatorio (los gravitones). Es porque todos son equivalentes en términos de energía, que podemos equipararlos entre sí a la unidad. 

Esta equivalencia prefigura la sugerida por Roger Penrose, entre las constantes de gravitación, de acción mínima, de interacción molecular y de propagación óptica, expresadas todas en unidades absolutas de Planck, en donde la unitariedad expresa de forma racional, la equivalencia del operador cinético retro-rotatorio de energía total de cada sistema.

Los valores minúsculos de masa gravitatoria hallados en la experiencia, imposibles de racionalizar hasta ahora, evidencian que las partículas elementales con masa tienen la capacidad de reaccionar radialmente, con una intensidad equivalente al momentum inercial-gravitatorio de energía cinética total, por interacción retro-rotatoria, hacia la fuente de radiación supersimétrica de gravitones, como ya hemos visto, la única fuente de radiación que por ser estrictamente lineal, sin helicidad aparente, puede penetrar más, hasta lograr interactuar mecánicamente con ellos, ‘golpeándolos’, perturbándolos, pero sin destruirlos, sin romper su estructura dinámica, dada la ínfima magnitud de la energía con que actúan dichos gravitones con respecto a la depositada en masa en los bosones de Higgs. Lo cual permite ‘construir’ un operador dinámico gravitacional eficiente como el buscado. 

Como la gravitación es una radiación fósil que solo puede ser reflejada por todos los demás estratones con que interactúa, sin ser ‘producida’ por ninguno de ellos, de cualquier otra forma dinámica, por ello Yacov Seldovich e Igor Novikov propusieron, al estudiar las ondas gravitatorias, que se trata de la radiación más penetrante, pues nunca ha sido absorbida al ser dispersada por la ‘materia’ del universo.  Por lo tanto, ella solo es ‘reflejada’ por interacción inercial-gravitatoria. (cif.,  Kip Thorne, S. Hawking y otros, en ‘El futuro del Espacio-Tiempo’, Crítica, Barcelona, 2003, p. 136). Pero por ser tan penetrante, y ser solo reflejada y no absorbida al dispersarse, ha viajado a salvo desde el primer instante de ‘creación’, en el que fue la primera en aparecer, como lo vimos en nuestros ensayos dedicados al tema (cif., MG Acosta, Gravitación, Cosmología y Creación por Big-Bang Inflacionario en Teoría Retro-Rotatoria,* 2005-092, 093 y 094).

Por lo tanto, por haber viajado a salvo desde el primer instante de creación del universo, desde la singularidad misma, es que dichas ondas de radiación deben ofrecernos una imagen muy detallada del mismo.  Pero el proceso inflacionario inmediatamente posterior destruyó esa imagen, y dicha radiación solo puede ofrecernos la imagen de su ‘cristalización’ post-inflacionaria final, del instante posterior a este proceso. Fue pues la propia gravitación la que determinó al mismo, al interactuar con los bosones de Higgs, cuando estos aparecieron ‘disparados’ a velocidades de propagación ‘super-lumínicas’, ‘super-enfriándola’, haciendo actuar a la gravitación en sentido negativo, con inercia contraria, por efecto Casimir, como vimos.  Efecto que nos permitirá, precisamente, explorar la totalidad del universo, al menos observable, cuando logremos dominar el viaje super-óptico.  Desgraciadamente, la ‘fotografía’ gravitatoria de ese primer instante no será posible, mientras no logremos ‘capturar’ las ondas de propagación gravitatoria al viajar a velocidades super-ópticas, pues esta radiación en sí prácticamente no produce ondas, por ser estrictamente lineal dinámica. Sus efectos en gran escala solo serán observables ‘desde fuera’, por otros mecanismos que tienen que ver más con las geodésicas relativistas de espacio-tiempo, los conos de Cerencov y los túneles de gusano que logremos ‘producir’.

Por supuesto, estas correlaciones ‘lineales’ sugieren la posibilidad de viajar ‘por fuera’ del cono de sucesos de espacio-tiempo, hacia ‘afuera’ y hacia ‘adentro’, y viceversa, i.e., desde el futuro y hacia el pasado, en propagaciones super-ópticas de tipo taquiónico. Sin embargo, aunque ello parezca viable, de acuerdo a lo ya expresado sobre relatividad cuántica y viaje super-óptico, la propia dinámica operacional dual RTR hace del universo un ente cerrado con una dinámica causal irreversible, determinista, por lo cual nuestra exploración solo podrá ser hecha hacia el futuro relativo que deseemos explorar, y desde allí sí regresar, en cierto modo, al pasado co-relativo de donde provenimos, i.e., al ambiente prevaleciente que dejó en el origen, al lanzarse a su exploración ‘taquiónica’, cualquier ‘cosmonáuta’ metacósmico.  Pero nunca a cualquier pasado natural, pues el universo es y se comporta como un ente ortocrónico cerrado auto-coherente, que está construido de elementos discretos, concretos, y cuya dinámica causal es de carácter irreversible.

Los viajes a través de los conos de espacio-tiempo no implicarán pues, “regresar” al futuro y menos al pasado, de forma arbitraria, a nuestro antojo.  La estructura ortocrónica de la red de espacio-tiempo lo impide. Nosotros podremos explorar otras zonas de la tela ‘elástica’ de espacio-tiempo, pero nunca salir de su ‘superficie’ dimensional, romper su estructura básica, para así acceder a ‘nuestro’ propio pasado, algo imposible por tratarse de un universo físico ‘determinado’,  ortocrónico, irreversible, cuya energía total es constante y no libremente ‘expandible’ de acuerdo a esa ficción matemática mítica de la paradoja del tiempo de Langevin.

Así, en un futuro quizás no muy lejano, podremos acceder a otras regiones de dicha ‘superficie’ para explorar secciones ‘externas’ a nuestro cono natural de sucesos, para después sí, regresar al nuestro a contar la historia a nuestros semejantes, quienes deberán ‘permanecer’ dentro de los parámetros normales, naturales, de evolución espacio-temporal vital correspondientes a los nuestros, a nuestro propio reloj interno operacional. Al regresar, no seremos extraños gitanos solitarios ‘sobrevivientes’ de épocas pasadas, y el mundo que encontremos no nos será, por fortuna, irreconocible. Sino que evolucionaremos de acuerdo al propio tiempo interno operacional al que pertenecemos, todos, viajeros y dependientes, o sea, de quienes irán y de quienes permanecerán en su puesto, pendientes del devenir y de los resultados de estas  exploraciones audaces y recurrentes. 

Por supuesto, cuando regresemos deberá haber ocurrido la normal transición positiva de tiempo, la cual corresponderá a la que ‘vivimos’ en nuestra experiencia ‘hiper-temporal’. Es decir, que de acuerdo con la relatividad cuántica retro-rotatoria, podremos recorrer ‘milenios’ o ‘eónes’ de la red de espacio-tiempo externa, y en tal sentido realizaremos un viaje relativista ‘enorme’,  gastando, digamos, 150 días de nuestro reloj interno operacional, y deberemos regresar a los 150 días del reloj de nuestra región de origen natural, y no digamos, a los cinco minutos de haber partido, o cincuenta mil años después, como sugieren alternativamente algunos teóricos de la relatividad clásica, en paradojas como la de Paul Languevin evocada antes. La red natural no se puede alterar.

Esto parece contradecir las famosas experiencias de laboratorio que nos han permitido confirmar la teoría de la relatividad, sobre todo cuando es confrontada con la física cuántica.  Especialmente, con relación al tema de la paradoja EPR. Hasta ahora las mediciones de los efectos relativistas en las experiencias de laboratorio (de Aspect, por ejemplo, en Francia) se refieren a experiencias hechas desde fuera, por observadores no sometidos, ellos mismos, a condiciones relativistas. La propia cinética RTR revela lo sutil y complejo que es medir la polaridad relativa de un tren de partículas correlacionadas. Su ‘sensibilidad’ a cualquier observador exterior hasta ahora no era bien comprendida. Y los resultados de las mediciones tampoco son contundentes. No son blanco o negro. En este sentido, hasta la telepatía se convierte en un problema físico.

Y el problema de la medida en un mundo tan complejo y sutil, no puede ser resuelto de esta forma tampoco. Por supuesto, cuando observamos en una cámara de Wilson una partícula relativista, podemos medir con extraordinaria precisión sus ‘divergencias’ espacio-temporales dinámicas relativizadas. Pero esta es una exploración a ciegas en donde nosotros no sabemos en realidad que pasa. Cómo reducir el paquete de ondas de una función de dinámica cuántica a una trayectoria ‘causal’. Cómo interpretar la no-separabilidad. Para que dos partículas correlacionadas puedan interactuar después de separarse, deben viajar en el espacio-tiempo libremente hacia atrás y hacia delante, en bucle ‘hiper-temporal’.  Algo ‘vedado’ por la relatividad. Sin embargo, todos conocemos fenómenos físicos que lo hacen y dejan su impronta, como la luz de Cerencov o el efecto Casimir. Existe toda una categoría de partículas que solo viaja a velocidad super-óptica. Los ‘Taquiones’ de energía negativa. Y ya vimos la importancia que estos tienen en un multiverso complejo. Para asimilar estos fenómenos tenemos que trascender el modelo dinámico tetra-dimensional einsteniano ‘clásico’, e idear nuevos paradigmas de realidad.

Por ello las constantes fundamentales del universo deben ser deducidas de forma ‘recional’, como lo pedía Paul Bridgman al final de su vida, (cif, P. Bidgman, ‘Reflexions of a Physicist’, New York, 1950, p. 112), y como también lo pedía Einstein al final de la suya, (cif., P.A. Schilpp, A. Einstein, Phylosopher, Scientist, LaSalle, 1949, vol. I, p. 63), cuando expresó la necesidad de encontrar un teorema que permita deducir todas las constantes básicas ‘determinándolas de forma natural’, para que no puedan variar libremente ‘sin destruir la teoría’. Algo que intentamos nosotros con este ‘teorema de unitariedad’ retro-rotatoria. Ello como corolario de afirmación de esa profunda convicción en un universo racional ‘auto-coherente’ de que toda la vida dio prueba Enstein, la cual también hacemos nuestra.   De lo contrario,  como él mismo lo expresó, ‘Dios no puede ser tan arbitrario ni tan absurdo’. Por supuesto, esta convicción final suya, nunca dejó de estar afirmada en su necesidad juvenil por obtener la ‘confirmación exterior’ de su teoría, base de su éxito tan rápido.

Éxito que con el tiempo no ha hecho sino ampliarse y profundizarse, hasta en aspectos que él mismo no compartía, en especial los cuánticos, y contra los cuales incluso lucho proponiendo experiencias ‘cruciales’, como la de la famosa paradoja que planteó con sus colegas Boris Podolsky y Nathan Rosen (la paradoja EPR que acabamos de comentar), en los años treinta, la cual pretendía poner en evidencia la no-separabilidad propuesta por sus ‘adversarios’, i.e., que la ecuación de estado de Schroedinger ‘no caracteriza al sistema cuántico en forma exhaustiva’, algo que la dinámica RTR pone en evidencia, de forma por demás ‘exhaustiva’. El resultado de esta experiencia, realizado treinta años después, en los sesenta, habrá de confirmar, no su posición, sino la contraria,  la de los no-localistas, en un resultado que no deja de ser ‘paradógico’: Estas ‘correlaciones’ no-locales sugieren la posibilidad de existir interacciones por fuera del cono de sucesos de espacio-tiempo, hacia el pasado y del futuro, de forma aleatoria, en propagaciones taquiónicas en bucle de tipo superóptico ‘post-relativista’. Ello solo sería posible si dicho tipo de propagadores en realidad existe. Algo que, como ya hemos visto, es perfectamente previsible en nuestra cosmología metacósmica.



s. Falsabilidad, ética y espistemología científica.

Al parecer, en la ciencia ningún experimento puede considerarse ‘crucial’. Esta experiencia (corroborada entre otros, por Alan Aspect en Francia en los años setenta), demostró que ninguna proposición aislada puede ser jamás confirmada o invalidada, como por lo demás ya lo había propuesto cincuenta años antes Pierre Duhem (cif., H. Pierre-Duhem, ‘Un savant français, P. Duhem’, París, 1936). Cuando se trata de comprobar una teoría compleja (como la relatividad o la física atómica de entonces), sus componentes deben, todos, conducir ‘a un conjunto de consecuencias  que deben poder ser sometidas a la experiencia.’  Pero como siempre se debe disponer de un margen de error al escoger cual de sus componentes habrá de considerarse ‘falsable’ en la experiencia, pues son sus marcos de referencia, sus ‘principios’ o sus paradigmas los que habrán de contrastarse.  Duhem concluye que, por su aspiración a la ‘perfección interior’, una teoría pierde dicha calidad cuando se aparta de la concepción clásica de espacio y de tiempo independientes.  Por lo tanto, como la relatividad lo hacía, él también se apartó de dicha teoría.  El ‘falsador’ resultó ¡falso!  Y ello por introducir el paradigma en su propio ‘mecanismo’ de falsación en la teoría que intentaba ‘falsear’.

Algo no tan inesperado, y que ocurre cada vez con mayor frecuencia cuando de falsear una teoría física se trata, en un universo tan complejo como el universo relativista y cuántico, sobre todo cuando la exploración se hace a ciegas, sin la reconfortante comodidad de los observables clásicos, o cuando se carece de una comprensión clara y completa de su dinámica intrínseca, de sus variables dinámicas, llamadas por ellos, por ello mismo, ‘ocultas’. Ello por supuesto, es mucho más evidente cuando se trata de evaluar un modelo matemático complejo, de tipo computacional aleatorio, no-localista al estilo clásico, como la física cuántica, o un modelo causal en sentido estricto, pero también estrictamente complejo, en sentido matemático,  como la física de la cinética relativista espinorial y twistorial RTR.



El poder Heurístico de la física RTR.

Dado que la generación posterior a Einstein consideró a la relatividad como un postulado que estaba en perfecta concordancia con sus más profundos afectos generacionales, esta teoría se consolidó por su poder heurístico. Ella conducía a nuevos puntos de vista, a nuevas predicciones, a nuevas leyes, y por lo tanto, a nuevas conclusiones, a nuevas alternativas, a nuevos caminos, hasta ahora inaccesibles a la física anterior.  Ello es lo que determina un nuevo nivel de comprensión y un verdadero avance, en una nueva teoría científica. Es este poder heurístico el que la hace prevalecer,  por encima y contra todas las ‘aprehensiones’ que la puedan hacer parecer inadecuada o inaceptable, o que impidan su difusión, por motivos puramente afectivos, o de logística, de simple divulgación o de no confirmación temprana.

Ello hizo que la juventud de entonces, se entusiasmara más por una teoría que le abría múltiples posibilidades de acción, y no por proyectos de reparación de viejas estructuras ya superadas, algo que esperamos, se produzca también con la acogida que las nuevas generaciones le brinden a nuestra nueva teoría, con enormes posibilidades de avance científico y tecnológico, dado su evidente poder heurístico.

Este principio heurístico, se puede decir, es una forma crucial de verificar una nueva teoría por la generación siguiente, cuando esta lo hace de forma pragmática.  Él hace que por ejemplo, se descubran nuevas consecuencias inesperadas de dicha teoría, sin su ayuda, por sí mismas. En circunstancias favorables, dicha apertura hace que los hallazgos correspondan o sean identificados como los postulados intelectuales y afectivos que adopta la nueva generación de científicos, la cual los instituye en su ‘carta de ciudadanía’.  Este poder heurístico en la teoría RTR puede identificarse con la posibilidad de obtener, como corolario suyo independiente, no postulado en su propia base conceptual, sino derivado de ella, postulados tan importantes como los algoritmos que expresan la equivalencia de todas las constantes universales a partir de su operador dinámico de energía total. O el que permite obtener un modelo dinámico físico-químico para la estructura escalar del ADN, en biofísica. O el que produce el modelo reaccional del operador gravitatorio, por extensión del operador electrodinámico hallado inicialmente, y que permitirá ‘manipular’ su incidencia, como hoy lo hacemos con la electricidad, o algo parecido. O multitud de otros muchos nuevos efectos, ni siquiera vislumbrados por nosotros.

Como para la comunidad científica en ascenso, el valor heurístico de su contribución científica se convierte en su ‘carta de ciudadanía’, cada generación aporta una serie de teorías y descubrimientos científicos que le son propios, dentro de nuevos postulados que definen en términos filosóficos el carácter específico de sus afectos. Que definen su personalidad. Einstein, Bohr, De Broglie y Heisenberg obtuvieron inspiración de filósofos que les proponían concepciones nuevas y audaces.  Que les inspiraban reacciones iso-emocionales inconscientes  sobre la realidad.

Einstein se inspiró en Mach, Spinoza y Schopemhauer. Bohr lo hizo en Kirkegaard y en Hoffding. Heisenberg se apoyó en Platón, y de Broglie se inspiró en Bergson, quien también entusiasmó a Ehrenfest. Nosotros nos hemos inspirado en grandes clásicos contemporáneos de diferentes ámbitos, como el propio Einstein, inmenso, y Soren Kirkegaard por su dualismo dialéctico, Thomas Kuhn y Alfred Whitehead por sus ideas de paradigma y de proceso, Ilya Prigogine por su anti-linealidad práctica, David Bohm por su universo holístico ‘relievado’ como prefiguración del nuestro, E.A. Milne, por su ‘ingeniosidad’ matemática, como la calificara el propio Einstein, enormemente reveladora para mí, pero también en Niels Bohr, Jean Piaget, Carl Sagan, Gastón Bachelard, Erich Fromm, Herbert Marcuse, Serge Moscovici, Lewis Feuer, Stephen Hawking y Roger Penrose, para no hablar sino de algunos de los principales científicos, filósofos, e historiadores, sociólogos y epistemólogos de la ciencia más determinantes e inspiradores, para desarrollar nuestro propio pensamiento científico, dual y operacional, el cual puede considerarse como seminal, el menos en nuestro medio.  Para ello mi padre fue la piedra angular que determinó mi derrotero. Él fue el profeta sagrado de esta verdad inmensa, y su fuente de inspiración estuvo más centrada en filósofos y científicos como Platón, Anselmo de Aosta, Pascal, Descartes, Leibniz, Spinoza, Theilard de Chardin, Thomas Kuhn o el propio Einstein. En cierto sentido, él fue mucho más subjetivista que fenomenologista, y yo al contrario. Estas fueron las diferencias que alimentaron y afinaron nuestra discusión dialéctica.

Sin exagerar, todos los filósofos innovadores trataron de ridiculizar a sus antecesores. Los fenomenologistas a los positivistas. Los teóricos analíticos a los experimentalistas. Hombres tan brillantes como Bertrand Russell no despertaba ningún interés en experimentalistas tan variados como Born, Pauli, Goedel o el propio Einstein.  Born encontraba a Husserl sin interés, y en cambio se interesó mucho en clásicos anarquistas, como Max Stirner, cuyo libro ‘Lo único y su propiedad’, de 1843, fue muy apreciado por los cultistas del libre individualismo que Nietzsche puso de moda a fines de siglo, los cuales fueron tildados por otros de simples egoístas ‘individualistas’.  (cif., George Woodoock, en ‘Anarquismo: Historia de las Ideas y Movimientos Libertarios’, Cleveland, 1962).

Pauli se dejó seducir por los ‘arquetipos inconscientes’ de Carl Gustav Jung., que subyacen a todas las ciencias.  Schroedinger consideraba al positivismo como ‘el halo frío que penetra el vacío seco de la vida’, y estimaba que eliminar a la metafísica de las ciencias y las artes sería como ‘privarlas del alma, haciéndolas esqueletos incapaces de cualquier desarrollo futuro’.  (cif., W, Scott, ‘E. Scheringer: An Introduction to his Writings’, Amherst, 1967, p. 114).

Lewis Feuer propone (cif. Op. Cit., 316), que al fin de cuentas, ‘la realidad se compone de varias capas que van apareciendo según el método de investigación que se utilice, la intuición propia de cada generación y  el método de investigación que utilice cada científico’.  Cuando dichas ‘capas’ alcanzan una región menos fecunda, pierden dinámica y se agotan, haciendo que cada generación progrese buscando nuevos métodos que le permitan acceder a nuevas capas de dicha realidad, hasta ahora desconocidas o inaccesibles.

En la Historia de las ciencias, estas diversas revueltas, rebeliones o revoluciones sucesivas, nos revelan un proceso por el cual la ciencia mantiene o restaura periódicamente su principio fundamental de rendimiento creciente del progreso intelectivo.  Es el acceso a dichas capas el que engendra las revoluciones científicas, y estas se logran por el ‘hallazgo’ de ideas nuevas, fecundas, que la alimentan. Como nos sucedió a nosotros con el hallazgo de la idea del operador cinético retro-rotatorio, seminal y de su inmenso poder heurístico, el cual se constituyó en nuestra ‘carta de ciudadanía’ para intentar no solo una revolución científica, sino también cultural.

Pero en ello no hay ninguna harmonía preestablecida, y como cualquier dios, cualquier generación puede fracasar en el intento. Como lo constató Serge Moscovici en 1974, es su Prefacio al libro de Feuer, en forma un tanto injusta, en especial con los creadores de la revolución no-lineal que se estaba produciendo entonces, y también con los teóricos de las teorías de Gran Unificación, relatividad cuántica, física espinorial y teorías espejo, en plena evolución entonces: ‘Extraño siglo xx: en la primera mitad incluso los pigmeos eran gigantes, mientras en la segunda los gigantes no son sino pigmeos en comparación’. (ibid., p. 10).

Aunque el razonamiento científico ‘sea capaz de transmutar en verdades eternas los esfuerzos instintivos e incluso irracionales de los hombres’, como lo propone el propio Feuer, nunca podremos olvidar los ‘monstruos’ que esta ciencia ha engendrado, en especial en el último siglo, como la bomba atómica o el cambio climático. La ciencia en sí misma no es buena ni mala. Es la forma como la aplicamos, y sobre todo, la intención con que lo hacemos, la que es progresista o regresiva. Al final cada generación científica descubrirá que su revolución ‘no fue más que una ilusión’, que su punto de vista es parcial, pues ‘está circunscrito a una realidad, que aunque común a todas las generaciones, al fin de cuentas, como en la leyenda, no es más que una rebelión contra sombras’, contra dioses efímeros, o quizás, en el fondo, contra ‘nuestros propios padres’. (ibid, 109-116).

Ningún punto de vista científico ha resultado ser válido para más de una época de la historia humana. Al parecer, la realidad no revela nunca integralmente la solución a todos sus enigmas. Pero por ilusorio que parezca ser el carácter de una revolución científica y sus nuevos ‘paradigmas’ antidogmáticos, es a ellas que recurre la naturaleza para libertar las energías humanas, es esta dinámica la que induce su ‘progreso’.  Es de esta manera que logramos apropiarnos de ese don único de dioses, el de ser creativos. Y ello deberemos hacerlo con serenidad, con sabiduría y con desprendimiento. Con el propósito básico último de avanzar por la senda del conocimiento como humanidad, colectivamente, superando siempre nuestros propios paradigmas, nuestras convicciones y nuestros temores. Esos implacables diques que regularán siempre nuestro ritmo de progreso.



t. El camino de la física reaccional Retro-Rotatoria.

Nuestra experiencia vital nos enseña que no ha sido otro el origen de los meandros que encontramos al examinar el camino recorrido por nuestra exploración acerca de la naturaleza del mundo y de las leyes ‘profundas’ que lo gobiernan.  Nosotros partimos de un concepto que hallamos perdido en un ‘recoveco’ de la naturaleza, mal comprendido, y que sepamos, tan solo una vez ‘visualizado’ explícitamente por alguno de los sabios fundadores de nuestra ciencia en la antigüedad clásica, pero sin elaborarlo, sin desarrollarlo, sin resolverlo. Pues su intuición ‘empírica’ les hizo tomar, más bien, la ruta del ‘animismo’ circular aristotélico. Ello es lo que siempre le sucedió a los exploradores científicos que se ‘atrevieron’ a avanzar por alguno de esos ‘recovecos’ desconocidos del mundo físico, y que lograron avanzar, así sea a la fuerza, para recuperarlos y hacerlos prevalecer, aún sin comprenderlos. 

El concepto de movimiento simple, dual, operacional, tan solo lo encontramos precisamente en la física de Aristóteles, citado alguna vez por Jean Piaget en su trabajo sobre la doctrina Aristotélica del Movimiento (cif., J. Piaget, Rolando García, ‘Psicogénesis e historia de la ciencia’, Siglo xxi, México, 1962, p. 48). Este concepto, por supuesto, nadie lo desarrolló después, debido a que todos, tanto los físicos antiguos como los modernos, en general herederos de la escuela  ‘infinitesimal’ de Arquímedes (de la ‘prueba indirecta’ y el ‘infinito potencial’ en sus tratados sobre la ‘cuadratura del círculo’, (cif. R. Netz y W. Noel, ‘El código de Arquímedes’, Madrid, 2007, p. 63), desconocían el principio reaccional que lo hace operativo, este sí descubierto de forma incidental y casuística por mi padre en 1952, como ya lo comentamos.

Por ello llamamos a nuestro propio círculo académico, ‘La Kerkaporta’, o puerta falsa, minúscula, que nos dio acceso, como a los cruzados en la toma de Constantinopla de 1204, al corazón mismo de nuestra ciencia, la física moderna.  Pero no para  saquearla y destruirla, como entonces, y como de hecho ya había ocurrido con otro saqueo ‘espeluznante’, el del ‘Serapeum’ de la gran Biblioteca de Alejandría, hecha por Teófilo, el Arzobispo de la ciudad, en el 391, sino para hacerla el principio rector de nuestros esfuerzos vitales, el tema de nuestra tesis de trabajo original, como lo evidencia el ‘patronímico’ mismo adoptado por nosotros. No olvidemos que esa ‘Kerkaporta’ fue el orificio lateral minúsculo que lograron abrirle a las murallas ‘todopoderosas’ de la ciudad dichos cruzados, para invadirla por ahí, y ello a base de ‘bombazos’ de pólvora: esta fue la primera vez que se utilizó esta arma, la cual habría de cambiar para siempre el arte de la guerra.

Y no se vaya a creer que este ‘círculo académico’ era una institución regular reconocida. Este no era más que la conjunción dialéctica de un ‘maestro’ y de su ‘alumno’. De mi padre y de yo mismo, el único discípulo –que yo sepa- que ha seguido su línea de pensamiento. Y la vida no hizo sino ampliar este ‘modus operandi’ dialéctico. Por más de veinte años ambos nos dedicamos a intercambiar lecturas, ensayos propios y ajenos, e ideas, con espíritu abierto, libre y crítico, a la manera de los clásicos griegos, por cuestionamiento escéptico de los principios más básicos de nuestra ciencia y de sus efectos más duraderos, desarrollando su poder heurístico en los nuevos ámbitos de aplicación que íbamos descubriendo.  Unos obvios, como la física reaccional gravitatoria o la electrodinámica cuántica. Otros inesperados y plurivalentes, como la físico–química  reaccional por intersección doble cónica.

Como hemos dicho, nosotros partimos de la observación de un mecanismo de acción y reacción circular en una descripción casual de un avistamiento de ovnis en la prensa. Este era un mecanismo de interacción operacional que podía ser aplicado a cualquier cuerpo que rotase libremente, trátese de una pelota, un volante, un trompo, un balón, un ‘frisbee’, un ‘boomerang’, o un ovni...  (op. Cit., Acosta-Amador, en Cifra, *1972-02).

A estas alturas debemos concluir que, de hecho, si tal tipo de aparatos existe, y si en realidad provienen del espacio exterior y fueron desarrollados por alguna ‘posible’ civilización alienígena, su concepción dinámica revela en sus ‘constructores’ un conocimiento profundo de los mecanismos dinámicos que gobiernan nuestro universo físico. Que ellos saben aprovechar la energía que al parecer, entonces reconocieron estar manipulando. Precisamente por ello no pueden ser ‘terrestres’. Nosotros aún no poseemos tal grado de evolución científica ni tecnológica, como lo demostró bien el extenso análisis ‘científico’ hecho a la observación del gigantesco ‘Ovni’ en V observado la noche del 13 de marzo de 1997 en Phenix, Arizona, presentado por Natgeo en su última serie sobre el tema (Enero del 2013). Esa es una excelente prefiguración de lo que podremos hacer cuando apliquemos efectivamente los principios que estamos proponiendo aquí a nuestros ‘cruceros estelares’. Este es el estándar que deberemos alcanzar.

Además, estos principios, como son idénticos para todos los exploradores estelares activos, revelan en ellos el ser dueños de al menos, una civilización planetaria capaz de realizar viajes por ‘fuera’ de su geodésica de espacio-tiempo natural originario, de modo eficiente y repetitivo, controlando no solo los efectos de generación y propulsión electrodinámica directa, sino sobre todo, los de antigravedad efectiva. 

Pero una intuición de este tipo, hecha en un medio de tendencia ‘anárquica’ como el nuestro, excepcionalmente violenta en nuestro tiempo, por una persona poco preparada para ello, pues aunque fuese un arquitecto profesional, mi padre no era un científico, así estuviese dispuesto a seguirle la pista a su idea, por tratarse de un ‘observador revolucionario’, nada o muy poco permitiría prever  nuestra insistencia para lograr semejante desarrollo. Es la naturaleza de la idea inicial misma, audaz, poderosa por su capacidad heurística de sugerir nuevos derroteros, nuevas pistas, de crear nuevos paradigmas y de sustituir los viejos, ‘sembrada en tierra fértil’’, como comentó mi trabajo mi propio padre, la que ha alimentado nuestra ‘quimera’.

Su expresión matemática plurivalente, puede expresarse de diferentes formas ‘variacionales’. Ella puede hacerse siguiendo a Euler, por ejemplo, expresándola según su teorema de rotación-traslación por rotación simultánea sobre dos ejes, cuyo corolario reaccional es un aporte nuestro fundamental a la mecánica del movimiento. O según el modelo computacional de interacción dual, rotatoria u oscilante aleatoria, en el modelo de grupos compléxicos (cif., Penrose, *13.2, 388), para la termodinámica de no-equilibrio de grupos moleculares reales, que genera lejos del equilibrio comportamientos recurrentes como los atractores extraños en termo y electrodinámica, o convectivos en hidrodinámica, o formas de estructuración de complejidad creciente, como la cristalización espontánea en física del estado sólido, o la auto-catálisis molecular en bio-física reaccional, y aún en cosmología, la onda espiral de Linz generada por interacción galáctica, todo lo cual introduce la flecha del tiempo a nivel fundamental, modelando de paso, por ‘nuestra’ mecánica causal, el comportamiento antisimétrico del movimiento browniano intermolecular, otro aporte fundamental de la nueva física, como vimos.

La propagación ‘helicoidal’ de los vectores de campo de la EDC, resuelve el ‘problema’ de la complementaridad de Bohr, y permite modelar la polarización del fotón por la función Jacobiana del propagador, así como modelar la función de onda compleja del electrón, por la autofunción en zig-zag de su momentum total retro-rotatorio, permitiéndoles además, transportar energía de forma natural y operacional, ‘conservativa’.

En Cromo-dinámica cuántica (CDC), el operador retro-rotatorio permite modelar las cadenas cuánticas de espín, engendrando toda una matriz de estructuración hadrónica de cuerpos múltiples, compensando las energías de ligazón de acuerdo al operador dinámico retro-rotatorio, y las formas de estructuración por Isospín que engendra dicho modo de compensación, de acuerdo además, al modo abeliano o no de comportarse los elementos básicos a diferentes escalas, en diferentes ‘ambientes’ en dicho substrato.

Todo lo cual conduce a fusionar los diferentes modelos supersimétricos hallados, con la física espinorial y twistorial de Roger Penrose, por medio del tensor de energía-momento relativista que veremos enseguida, cuya función del momento angular cuántico-relativista RTR, actúa como generador del movimiento angular (de Lorentz-Poincaré), el cual al combinarse con el movimiento traslatorio (de Einstein-Minkovsky), produce el modelo de propagación y estructuración simpléctico Retro-Rotatorio de Partícula Libre (de Milne), electrodinámico, cromodinámico y gravitatorio, el que además hace que se genere el comportamiento grupal no-reflexivo de Poincaré en todas las escalas, para todos los substratos.

No olvidemos que para obtener los tensores de energía-momento de todos los campos físicos, estos deben sumarse para dar el tensor completo que satisfaga la ley de conservación RTR. Sin embargo, para la gravedad esto no ha sido posible, debido a que al separar la gravedad, el espacio-tiempo se hace plano (Minkovskiano), se ‘lineariza’ rompiendo la simetría básica RTR. Esta  permite que todos los tetra-vectores escalares satisfagan exactamente la ley de conservación como lo hace la carga eléctrica. Ello  evidencia la necesidad de ‘construir’ un operador gravitatorio para obtener la correspondencia de fondo de todas las leyes de conservación y su simetría RTR con este substrato. Como al reintroducir la gravedad el espacio-tiempo se curva, ello hace que el vector de energía-impulsión ya no sea una derivada lineal, sino que puedan introducirse los términos extra de la impulsión ‘compleja’ RTR para obtener la ley integral de conservación de la energía-impulsión del momento gravitacional a partir de la ley básica RTR. Es nuestro operador RTR el que permite formular las dichas coordinadas independientes de la ‘ecuación de conservación’ gravitatoria para resolver el impasse. De lo contrario la ley de conservación se pierde. (Cif. Penrose, *19.5, 619).

El formalismo cuántico permite determinar por la física RTR los valores propios de los momentos angular y traslatorio de un átomo de hidrógeno, por ejemplo, si se calculan como si las órbitas fueran las elípticas clásicas (de Newton-Kepler), según la ley de cuadrado inverso de atracción electrostática entre el núcleo y el electrón orbitante.  Pero ello con la condición de que el momento angular del electrón esté cuantificado.  Que sea un múltiplo entero de h. Este procedimiento funciona muy bien cuando se introducen los parámetros retro-rotatorios de interacción, si se introducen los refinamientos aportados por la teoría de campos cuánticos.  Ello permite obtener una mayor precisión y una descripción más completa de lo que está pasando.

Siguiendo este procedimiento también pueden ser descritas las interacciones dinámicas dentro de la estructura interna de los nucleones, y de su forma de asociarse o disociarse por Isospín, de acuerdo al operador RTR. Ello permite ‘construir’ modelos de átomos complejos, de moléculas sencillas y complejas, de sistemas fractales, de cadenas de Maldelbrot, de cadenas cromosómicas y de células vivas, etc.. Todo un nuevo ámbito de acción hasta ahora vedado para la física. Además de permitir modelar sus efectos relativistas, como la deformación escalar de los elementos con momentos espinares y twistoriales  más o menos intensos, electrónicos, hadrónicos y nucleares, en los modelos atómicos y moleculares, siguiendo siempre el formalismo cuántico retro-rotatorio (RTR), aunque deban utilizarse técnicas de aproximación por análisis computacional, en lugar del formalismo matemático exacto del modelo de partícula libre RTR, imposible de aplicar siempre en un mundo tan complejo.

Por supuesto, la aplicación  del formalismo retro-rotatorio a la teoría cuántica de campos derivada de la ecuación del electrón de Dirac, permite obtener una mayor precisión, si se hace dentro del marco de referencia derivado de la teoría perturbativa RTR del estado fundamental del sistema considerado.  La frecuencia de un fotón emitido por un átomo, por ejemplo, cuando este cambia de estado, dada por la ecuación de acción mínima de Planck ( E = h  ), equivale a la  de energía de impulsión retro-rotatoria derivada de h, para un fotón emitido por un electrón, dada por  ( E = 2½  ),  (cif, Acosta, *2005-088-A, 21), en donde la fórmula correspondiente que relaciona longitud de onda y momento  = 2  h / p ), satisface la fórmula  –1 = 2  h / E ), y en donde la diferencia de energía corresponde a la frecuencia de emisión debida a la interacción fotón-hadrón por función cónica de absorción – emisión.

Estas frecuencias son observables en las líneas espectrales halladas en los análisis de espectrografía atómica comparada, y permiten deducir una enorme cantidad de información que se explica perfectamente por la dinámica intrínseca retro-rotatoria de los observables de carácter cuántico. ¡Es toda la física cuántica de los últimos cien años la que está incluida allí ¡

El carácter dual del operador RTR aparece cuando se consideran los números cuánticos complejos, discretos, tales como los momentos angulares intrínseco, orbital y helicoidal, y los auto-estados de energía (los momentos traslatorios), como si fuesen un oscilador harmónico. Aquí aparece el concepto de ‘compasidad’ de espacio, y este se refiere a que el momento angular retro-rotatorio debe ser calculado sobre la superficie (S2 ) de la esfera de Riemann, para que la dirección sea espacial cuando se le aplica el análisis harmónico RTR. (Cif. Penrose, *15.4-5, 462 y ss.)

Como pre-requisito para poder aplicar nuestro operador retro-rotatorio de forma práctica a la gravedad, por ejemplo, es necesario ‘construir’ primero una ecuación de densidad de energía de rotación-traslación gravitatoria, derivada de la ecuación general de Milne que nos permite describir la densidad de energía para un campo cualquiera dado, como lo hizo Maxwell. Esto se logra por medio de una magnitud tensorial relativista llamada ‘tensor de energía-momento’. Para que este tensor cumpla con los requisitos operacionales de la dinámica retro-rotatoria, este debe ser un tensor simétrico bi-valente T  de la forma ( Tab = Tba ), que satisfaga la ecuación de conservación  

  Va Tab  =  0   ;

En donde,  Va  es el operador derivado espacio-temporal covariante retro-rotatorio. El tensor con doble subíndice expresa la ley de conservación en forma de tetra-vector de energía momento. Y el equivalente escalar de este tensor ( Va J a = 0 ), expresa la ley de conservación RTR para la carga eléctrica. (cif. Penrose, *19.5, 617-622).

Al aplicar estos operadores covariantes, es necesario tener mucha precaución en cuanto a la ‘invariancia’ del número de operadores conmutativos RTR independientes que produce.  Estrictamente esto se debe a las simetrías dinámicas espejo que engendra nuestra forma de interacción, las cuales se expresan como dimensiones espaciales ‘adicionales’ en las ecuaciones con soluciones locales en derivadas parciales.  En problemas de mecano-cuántica RTR, por ejemplo, hay requisitos de ‘compasidad’ de espacio que restringen severamente los autovalores permitidos para las soluciones posibles, y ello debido a la naturaleza de los operadores mismos de rotación-traslación posibles, permitidos, lo cual puede confundir  el recuento de los grados de libertad.  Sin la compasidad (o perioricidad RTR compleja) de dichos momentos, solo tendríamos soluciones lineales en las que el autovalor no está restringido. Ello conducía en física clásica a la ‘catástrofe de Poincaré’, o sea a la imposibilidad de estructurar a la materia en estados de agregación ‘discretos’ de complejidad creciente.  Algo que impuso la razón de ser, en la mecánica cuántica, del principio de exclusión de Pauli, y que la mecánica retro-rotatoria ‘acompacida’, precisándolo y dándole además, su contenido ‘teleológico’.

Este modo de operar la estructura interna de la ‘materia’ en el universo, por compensación antisimétrica, o complexisación dinámica de su estructura estratónica, nos permite explorar desde el nivel más básico, hallado hace ya más de cien años por Planck, el del cuanto universal de acción de las radiaciones, hasta el nivel estratónico fundamental de la materia ‘masificada’, apenas identificado este año en los laboratorios (2012 en el Cern de Ginebra), el del bosón de Higgs, identificado por nosotros como el depositario de energía espinar intrínseca ‘máxima’ o de masa, dentro del ‘teorema’ del operador dinámico tensorial RTR.

Por supuesto, para nosotros la contraparte lineal ‘máxima’ no son los fotones, sino los gravitones, que por carecer de helicidad y de masa, son los generadores de las geodésicas relativistas de espacio-tiempo. Los fotones son más bien, una especie ‘degradada’ de estratones que han desarrollado helicidad, pero sin rotación intrínseca, por lo cual carecen de masa. Los neutrinos, en cambio, son otra especie ‘degradada’ de estratones que desarrollaron espín intrínseco, por lo cual poseen algo de masa, pero que por carecer de helicidad, no participan de la interacción electromagnética. Esa pequeña masa es la que les permite ejercer su enorme influencia por interacción débil, una especie ‘degradada’ de electromagnetismo. La aún mucho más ínfima acción ejercida por la gravedad ha hecho considerarla, también, como un estado ‘degradado’ de electromagnetismo.  Nuestro operador dinámico tensorial retro-rotatorio ahora nos permite comprender por qué. 

Al final, todas las partículas que suponíamos elementales resultaron estar compuestas de otras más básicas, de estos estratones capturados en torbellino alrededor de su centro de masa, los bosones de Higgs, y todas son por lo tanto de carácter bosónico.  Es este resultado, pero identificado ya no solo a nivel hadrónico, el que nos impulsa a imponer el parámetro de ‘democracia estratónica’, que consiste en considerar a todas las partículas por encima de este estado ‘fundamental’, como ‘compuestos’ de estos elementos básicos, identificados por nosotros como los mismos cuántos de luz capturados en ‘torbellino’. Es decir, es el cuanto de interacción, que inicialmente supusimos como carente de materialidad por su expresión misma,  la fuente de toda la estructura.

Hoy sabemos que el bosón de Higgs debe ser considerado como la fuente principal de masa, en el fondo del átomo, en el núcleo de los lepto-quarks coloreados, cuya estructura supersimétrica surge naturalmente de esta nueva dinámica espejo RTR. Ellos son esos mismos bosones, pero rotando al máximo a nivel intrínseco, espinorial. Y se hallan a unos niveles de energía que hasta ahora hemos podido sondear, con un esfuerzo económico y tecnológico enorme. Los demás hadrónes y bariones son compuestos de estos elementos básicos, y de su forma de interactuar.

La carga de color gluónica de la interacción fuerte, e.g., vehiculada por la radiación gluónica, resulta manifestarse en los bosones de Higgs confinados en los lepto-quarks. Y la carga bariónica vehiculada por bosones intermedios hiper-masivos, solo se manifiesta entre estos a nivel hadrónico. Es decir, todas las cargas son engendradas por estratones o componentes estratónicos de masa característica, y son vehiculadas por mensajeros radiados de helicidad característica.  Es esta forma de estructurarse e interactuar, de acoplarse y compensarse entre sí todos los diferentes elementos involucrados, a diferentes niveles de energía, la que permite visualizar por primera vez, teleologizar, nuestro operador recurrente hereditario de retro-rotación.

La carga electro-débil, por ejemplo, resulta ser resultante del acoplamiento de sus bosones de interacción básicos, (W+/-, y Zo), con los componentes de masa, confinados o no, electrónicos y nucleares, de nivel hadrónico, bariónico y leptónico.  Es decir, entre la serie super-simétrica de lepto-quarks radiados y confinados con carga electro-débil compensada.

Igualmente sucede con la interacción gravitatoria. Y ello hasta ahora podemos ‘comprenderlo’. A este nivel, toda partícula de materia ‘masificada’, i.e., con rotación intrínseca apreciable, ‘refleja’ dicha radiación vectora, incluso toda la que orbita a nivel hadrónico o nuclear, o que se propaga en espiral, con helicidad efectiva, como todas las radiaciones electro-dinámicas, fotónicas, electrónicas, electro-débiles, etc., así no roten sobre sí mismas en forma espinorial desarrollando masa. Todas ellas interactúan por efecto gravitatorio a la escala de Planck. Es decir, esta radiación penetra hasta el fondo mismo, estratónico, del átomo, y golpea a sus elementos básicos haciéndolos reaccionar hacia la fuente, ‘acelerándolos’ con una magnitud correspondiente a la densidad de energía espinorial acumulada y a la de la radiación gravífica incidente, desestabilizándolos, reacción que es apreciada como masa inercial/gravitatoria.  El ‘peso’ o masa gravitatoria, es debido a la reacción percibida por los estratones masivos a la radiación proveniente, reflejada,  en nuestro caso por la Tierra. La ‘inercia’ en cambio, es debida a la radiación percibida por estos mismos componentes, proveniente de la totalidad del universo. Se trata pues, de una radiación fósil ‘super-enfriada’ equivalente al fondo de radiación electromagnética, pero de carácter gravitatorio.

Esta forma de estructurarse y manifestarse la interacción gravitatoria es por lo tanto, la más sutil y compleja de cuántas hayamos imaginado, y por lo tanto la más difícil de tautologizar.  Como sabemos, ni Newton ni Einstein se aventuraron a proponer siquiera una hipótesis al respecto. En realidad, su nivel de ‘comprensión’ no se los permitía. Pero ella da cuenta de toda la fenomenología que ha sido descubierta en los laboratorios, además de todas las teorías matemáticas que han sido creadas para describirla.  Nosotros lo hacemos aproximándonos en forma tautológica, explorando su estructura dinámica de fondo para tratar de comprenderla, de teleologizarla, a partir de nuestro operador recurrente RTR. 

Hoy este programa de exploración gravitatoria es liderado básicamente por los físico-matemáticos de las teorías  espejo. Nuestro operador permite ‘visualizar’ por primera vez qué ocurre en el fondo de la materia para producir tales efectos, como se inducen estos, cuando se generó esta forma de interacción, como se gobierna, pero todo ello, como dicho, en sentido tautológico, tratando de sondear el universo ‘imaginando’ los procesos. (op. cit. Acosta, * 092/ 094/ 095-2005).  Semejante programa de exploración mental, a tientas, tautológica, de ‘sondear imaginando’, es la tercera vía que hemos encontrado, la única que está a nuestro alcance, para la cual podemos asumir los costos, dados los enormes presupuestos necesarios para avanzar por las otras vías disponibles, por experimentación o por investigación teórica de grupo. “La imaginación es más importante que el conocimiento”, dijo alguna vez Einstein con su inapreciable sabiduría casuística. Hoy tenemos que constatarlo. Es ella la que nos ha permitido obtener estos resultados.

Así, finalmente, podemos expresar, de forma sintética, todos los fenómenos, construyendo nuestro esquema básico a partir del modelo matemático de relatividad cinética ideado por Milne, integrando nuestro operador cinético reaccional a la física espinorial y twistorial desarrollada por Penrose y sus colaboradores. Ello nos permitirá fusionar a la larga todas las constantes de propagación e interacción en un solo marco cinético, en un modelo ‘unitario’ único, imposible de lograr, de teleologizar de otra forma.

Esta es la síntesis de los logros que pretendemos aportar desde este ya no tan ‘apartado’ rincón del universo, pues en el mundo ‘globalizado’ de hoy, para fortuna de todos, la difusión de la información ya no es un privilegio, sino un derecho universal cada vez más y mejor ejercido por los beneficiarios finales de estos emprendimientos, ‘espectadores y actores del drama humano del progreso’, podemos decir parafraseando a Niels Bohr para expresar nuestra indeclinable convicción en la estructura ‘dual’ de nuestro apreciable ‘metacosmos’ y de todos los procesos que lo estructuran y lo dinamizan a todos los niveles.

Nosotros lo hacemos como lo aconseja Fewer, prevalidos de que ‘estamos liberando nuevas energías humanas en busca de progreso’.  Lo decimos con cierta inquietud, y también con entusiasmo, por saber que estos hallazgos deben abrirnos finalmente las puertas del camino a las estrellas, y con ello, de la actividad principal que habrá de enriquecer el quehacer humano en el próximo milenio.

Y por favor, no se crea que estamos tratando de afirmar nuestro propio pensamiento con exagerado eclecticismo, sino tan solo, de ofrecer un aporte válido desde nuestra amada Colombeia al esfuerzo civilizacional varias veces milenario, por comprender y apropiarnos, a nuestra manera, de nuestro propio universo fluctuante y esquivo. Y ello de forma abierta, cooperante, como debe ser el quehacer de todo ‘buen salvaje’ democrático y científico, sin pretender ‘cerrar el tema’, a la manera reduccionista de los clásicos europeos de fines del siglo xix, ni tampoco, lanzarlo al ancho mundo, a la manera ‘heterogénea’ de los subjetivistas ilocalizables de la ‘inseparabilidad’. El universo resulta ser mucho más complejo y esquivo que sus modelos, y su forma de interacción más sutil y fecunda que sus esquemas acausales reduccionistas inconexos. Y que conste que en mi presentación del caso no negué su posible realidad práctica post-relativista. Pero como siempre, como a los Normandos, cada respuesta hallada nos conduce a un nuevo sinnúmero de interrogantes.

Nuestra teoría reaccional Retro-Rotatoria nos permite  pues, por fin, visualizar la estructura dinámica operacional de las ‘variables ocultas’ que gobiernan el universo. Einstein nos hizo ‘ver’ su estructura geodésica en gran escala. La EDC de campos nos ha permitido visualizar su estructura microfísica hadrónica y leptónica, y su cosmológica inflacionada  global.  La mecánica retro-rotatoria nos permite visualizar las variables dinámicas, el mecanismo por el cual se articula su estructura estratónica  de fondo, revelando que esta sí es de carácter causal, pero que su forma operacional de estructurarse, dual, es aleatoria, rotatoria y oscilante, lo que la hace irreversible a nivel fundamental, algo que los modelos reduccionistas lineales, tanto teóricos como experimentales, no lograron dilucidar. Y modelos matemáticos y datos experimentales hay hoy de sobra en el mundo para confirmarlo.

Esta dinámica dual, irreversible y operacional nos permite además, instruir los procesos evolutivos en los sistemas físicos, que hacen posible integrar a esta ciencia con los procesos que llevan de la ‘materia’ inerte a la vida y a la conciencia, además de permitirnos ‘visualizar’ también la forma como interactúan, como se acoplan y se compensan, como se absorben y se repelen, materia y radiación, por interacción cónica doble.  Ello al final nos abre los horizontes a un nuevo ‘multiverso’ ampliado, de innumerables ‘posibles’ universos locales, en donde el nuestro no sería sino una ‘burbuja’ más en un mar de multiversos cósmicos, una burbuja quizás tan pequeña con respecto a él, como lo puede ser un nucleón atómico básico al universo observable por nosotros.  Algo que ‘transforma’ completamente nuestros conceptos mismos de ‘infinitud’ y ‘eternidad’, o de ‘incompletitud’ a la manera de Goedel y Cantor.

Como todas estas formas de interacción son localmente finitas y causales, ellas le dan razón, dentro del ámbito de sus propios paradigmas, a los teóricos fenomenologistas pro-causales como Einstein, pero tampoco sin el reduccionismo totalizante de la red geodésica de espacio-tiempo como elemento único de base de la realidad. Sin el carácter corpuscular cuántico como base de esa realidad, el mundo complejo de la naturaleza y los procesos auto-organizacionales que llevan a la vida y a la conciencia no serían viables.  Y nosotros no estaríamos aquí para observarlo.  Es curioso ver al precursor mismo de la mecánica cuántica  en sus trabajos pioneros sobre ‘electrodinámica de los cuerpos en movimiento’, y sobre el efecto fotoeléctrico, defender a la causalidad en nombre de su modelo matemático de relatividad, negando al propio cuanto como elemento de base de la misma. Y ello debido a su comportamiento aleatorio irreductible.

Gracias a todo ello es que nosotros podemos proponer estas ideas con ‘serenidad’, sin la premura agobiante de la inseparabilidad, ni la angustia paralizante de la ‘sinfonía inconclusa’ de la causalidad ‘oculta’. El guiño cariñoso es finalmente para Einstein, quien siempre conservó su fe en un mundo ‘auto-coherente’. ‘Dios no es burdo ni arbitrario’, ni se permite ‘jugar a los dados‘ con nosotros. Y sin embargo, en este universo ‘auto-coherente’ sí predominan los procesos irreversibles desde el nivel estratónico, que conducen a la vida y a la conciencia.  Sí predomina el ‘drama’ del progreso dual, complementario, de sus ‘elementos’ de base, particulares, hacia formas de complejidad creciente, autoreplicables. 

En el modelo complejo de un universo dual, las formas de interacción básica son estrictamente causales, pero los resultados de dicha interacción tienen un componente probabilístico irreductible, el del operador dual retro-rotatorio, que introduce la flecha del tiempo a nivel fundamental, y que produce como resultante de su modo de interacción, por colisión inelástica RTR, una reacción de tipo dual, aleatoria, rotatoria u oscilante. Ello es lo que hace ‘declinar a los átomos’, como lo pedía Lucrecio, y lo que nos hace ‘disfrutar de todo lo que existe’.  Así no sepamos cómo ni para qué fuimos ‘creados’, así solo seamos ‘los gitanos solitarios’ de Monod, ‘surgidos por azar, más que por necesidad, en los confines solitarios del cosmos’ al que pertenecemos, y el cual, además, deberemos poblar.



t. La ciencia como arte, y el arte de  la física matemática espejo.

Como hemos visto, con nuestra sonda de inducción conceptual hemos logrado penetrar hasta el fondo mismo ‘estratónico’ del átomo, hasta los componentes últimos de materialidad, y también, hemos logrado visualizar su estructura ‘externa’ metacósmica’ en gran escala, en un panorama que amplia, que ‘infla’ de forma exponencial nuestros tradicionales conceptos Godelianos de totalidad. Y ello sin pasar por alto, los procesos de estructuración e interacción de tipo macrofísico, como los de fluctuación y oscilación de complejidad creciente que conducen a nosotros mismos, que hacen posible nuestra presencia aquí y ahora.

Por supuesto, para  poder ver imaginando, en ciencias básicas, es necesario ‘vestirse’ de todo el acerbo conceptual que la ciencia ha  acumulado, en un esfuerzo milenario por conocer y comprender este mundo  ambivalente y tormentoso que hemos heredado.  Es necesario ‘ver’ con los ojos de tantos sabios solitarios, que con imperturbable tesón y dedicación, dedicaron sus vidas y nos heredaron el mundo que hoy conocemos, en el cual vivimos, complejo y altivo, el cual es la resultante más apreciable de su indagación acerca del universo: este mundo nuestro, civilizado, ‘moderno’, tecnócrata, afluente y globalizado. Y también excluyente, inequitativo, amenazante y maquiavélico. Pues hoy todavía vivimos en un mundo global ‘subdesarrollado’, y además, gracias a ello, todavía también tenemos ‘esperanzas’...

Es decir, no basta la libertad exigente del creador nato, no basta la audacia intuitiva de quien interroga, observa, analiza y crea sus conceptos. Sino que para lograr hacer una imagen funcional de su universo recreado, es necesario que el científico sepa discernir, a la manera del pintor figurativo ‘realista’, a la manera exquisita de un Fernando Botero, en el panorama que se le presenta, el profundo significado de lo trascendente de la imagen en lo contingente de la experiencia.  Saber hallar por aproximación tautológica, la teleología implícita en la realidad circundante. Ello en ciencias se logra a partir de una ‘idea’ directriz que guía la experiencia.  Esta ha sido nuestra ‘experiencia’ de años. Por ello nuestra pretensión, ambiciosa por supuesto, de aportar con nuestro esfuerzo, una ‘idea nueva’, un concepto, uno tan solo, uno que por su potencial heurístico, genere un proceso intelectual, una nueva ontología del universo físico, a nuestra manera, impresa con el sello de nuestra propia idiosincrasia, de nuestra Colombeia, por supuesto. 

Se trata pues, de dar un paso más en nuestro esfuerzo colectivo por ‘avanzar’ en este indagar heurístico del universo, por conocerlo un poco mejor, por aproximarnos a nuestra manera, a su esencia abigarrada y holística, a su devenir complejo. Para ser más y mejores en este ambiente tormentoso y desafiante para nuestro batallar homérico.

En este aspecto, la dinámica dual no-lineal retro-rotatoria ‘relieva’ la razón de ser, teleológica, de los aspectos más importantes, y quizás más sorprendentes, de la indagación matemática del mundo físico del último siglo.  El primero, es el papel que han jugado los números complejos en las operaciones de mecánica cuántica, y el segundo, el papel que han jugado las simetrías ‘gauge’ en las teorías de estructuración supersimétrica tipo espejo.

En ambos casos la dinámica RTR revela la razón de ser de fondo, física, que impone estos desarrollos. Esta dinámica hace que la estructura ‘holomorfa’  de los fenómenos físicos, surja  de forma natural, y que los observables cuánticos deban ser descritos por operadores hermíticos. Nosotros hemos propuesto los normales RTR, y no simplemente, los lineales simplécticos. En ellos, la evolución cuántica depende de la conjugación compleja que se haga de los observables, como mostrado por R. Penrose (op.cit., *22.5). Es la dinámica intrínseca RTR la que hace surgir este modo de interacción, en iteraciones de elementos discretos, cuánticos, y por ello los resultados deben ser hermíticos, en números reales y unitarios. Ello para que sean conservativos asimétricos dentro de los límites de probabilidad de las interacciones duales básicas RTR.

La unitariedad rotación-traslación RTR es una de las condiciones clave de su dinámica operacional, y es este operador el que permite expresar en términos de equivalencia cinética, de forma racional, todas las constantes de conservación universales halladas en los últimos 350 años, como ya lo sugerimos: las de propagación óptica (Einstein), de acción mínima (Planck), de interacción térmica (Boltzmann) y de gravitación (Newton).

La simetría espejo también es engendrada por el operador dinámico RTR, el cual genera el carácter complejo de los observables, y hace que al propagarse y estructurarse, todos los elementos de fondo, elementales o no, de cada sustrato, se comporten de idéntica manera, desarrollen estas simetrías espejo, a todas las escalas, en todos los tipos de interacción micro y macro-físicos, de acuerdo con el teorema de paridad de Emma Noeder.

La enorme exploración matemática que se ha hecho por esta vía, de diversas maneras, siempre ha revelado esta paridad. Pero ello, sin llegar a elucidar, a teleologizar  su contenido físico de forma explícita, por carecer del operador simpléctico retro-rotatorio.  Por ello siempre ha terminado en un impasse. Al no poder hacer tránsito fluido de su forma conceptual a su contenido físico, en sentido estricto, esta forma de descripción de la realidad cuántica no ha podido instituirse como un modelo fundamental de la naturaleza, sino tan solo como una forma casuística accidental de aproximarse a ella. Título que por supuesto, no le corresponde.

De hecho, en la física de partículas, las simetrías gauge surgen como una característica fundamental expresada por su conexión ‘fibrada’, la cual ‘relieva’ la dinámica operacional RTR de fondo vigente. Ella apareció ya en la simetría SU(1) electrodinámica, como expresión de la helicidad del propagador óptico, así como en las simetrías SU(2) y posteriores, electrodébil y cromodinámica, y en las espinorial y twistorial, alternativas. La física twistorial modela de forma muy clara la simetría espiral y espinorial que contiene, como efecto evidente de la dinámica operacional RTR que la gobierna.

En física RTR estas simetrías surgen del uso repetido de base de la esfera de Riemann que la propia dinámica RTR impone, incluso para fenómenos físicos de tipo clásico que no implican ninguna simetría, siempre que la resultante de su variedad compleja sea una superficie de Riemann /S2/ (en la nomenclatura de Penrose). Como nosotros lo mostramos en el trabajo seminal sobre relatividad cinética, (op.cit., Acosta *088-A/2004), la ausencia de esta simetría equivale a despreciar la variable rotatoria en el modelo relativista ampliado RTR. Además, todo el modelo de relatividad especial y general se basó en la inclusión y uso generalizado de esta variedad de espacio-tiempo en su expresión matemática fundamental (de Lorentz-Minkowski).

Ello evidencia que todas las constantes de la naturaleza fueron determinadas desde el principio por nuestro apreciado operador dinámico RTR, y por ello son, desde este punto de vista, equivalentes. Algo fundamental, como hemos dicho. Y en esta equivalencia debemos incluir también a las constantes angulares de Cabibbo y de Weinberg, las cuales son generadas por nuestra dinámica, pues son expresión de la forma de acoplarse, de ‘cortar’ la interface materia-radiación por intersección doble cónica RTR, razón de ser de fondo de la vigencia de dichos ángulos.

Como vemos, todas las interacciones han podido ser modeladas a nivel cuántico, a partir del operador dinámico ‘espejo’ que las gobierna, excepto una: la gravitatoria. Y ello debido a que esta interacción no produce este tipo de simetrías. Ella es estrictamente lineal, como hemos visto. Por ello hasta ahora había sido imposible formular un operador cuántico para ella como el propuesto por nosotros. Sin embargo, Einstein logró describir muy bien su forma de propagarse y la estructura que esta propagación produce en gran escala, por medio de la relatividad general. Pero como carecía de un operador dinámico que permitiese describir su forma de interacción física, cuyas variables solo pudieron ser ‘presentidas’, predichas, mas no descubiertas, por ello su modelo dinámico solo podía ser considerado como provisional, parcial e incompleto. Por ello él postuló la hipótesis de las ‘variables ocultas’. Los físicos ‘reduccionistas’ de la mecánica cuántica, por supuesto, no aceptaron este punto de vista, esta realidad, y consideraron a su modelo como definitivo y completo. Y ello a pesar de no haber logrado resolver siquiera el problema de la interpretación ‘tautológica’ de la reducción del paquete de ondas, del ‘corte’ de la ecuación de estado de Schrodinger. Posición que los llevó al callejón sin salida de la inseparabilidad.  Problemas que resuelve de forma natural, sin fisuras, la física RTR, generando de paso el tan esperado operador gravitatorio.

Además, como también ya lo sugerimos, la antisimetría temporal ortocrónica surge, no como ruptura de una simetría convencional, o como resultado de la aplicación de la segunda ley termodinámica, de la cual es más bien evidencia empírica, sino como corolario fundamental de la propia ley dinámica operacional RTR que gobierna al mundo físico.  Es ella la que introduce la flecha del tiempo a nivel estratónico fundamental, y también por ende, por su estructura dual aleatoria, su tendencia dual evolutiva o disipativa entrópica complementaria.

En la evolución matemática de la física, desde la geometría euclídea, entendida como teoría simpléctica del espacio griego, la primera en ser precisa, aplicada además de forma tautológica por la mecánica newtoniana a la gravedad, relievada por los formalismos lagrangeano y hamiltoniano que tuvimos ocasión de ver extensamente en los ensayos dedicados al tema (cif., Acosta, *085/ 086 –2004), hasta las teorías holísticas de campo electromagnético Maxwelliano, de relatividad general Einsteniana, y de electro y cromodinámica cuánticas (ibid., *087/088/089-2005), la física no ha hecho sino aproximarse a nuestro modelo operacional dinámico RTR de fondo.

Ello parece más evidente en el formalismo del espín mecano-cuántico de Dirac, en la hamiltoniana de la ecuación de onda de Schrõdinger, que determinó el formalismo de las integrales de camino de la teoría de campos cuánticos elaborada por Richard Feynman, quizás la de más difícil interpretación desde el punto de vista teleológico, pero cuyo carácter complejo de atractor extraño resulta evidente por la dinámica RTR que contiene; y en el formalismo de todos los modelos matemáticos de tipo perturbativo, tanto en las teorías de relatividad cuántica, como en las de simetría espejo, y en las teorías alternativas de las diferentes teorías gauge que han surgido en los últimos cincuenta años, en especial las teorías espinorial y twistorial que han tratado de desmarcarse de dichos derroteros, trazando su propio itinerario, como nosotros también lo hemos hecho en básicamente la misma época.

Todas estas teorías matemáticas, así como sus polarizaciones extremas, como las implícitas en la teoría del infinito de Cantor, base de la teoría de ‘incompletitud’ de Goedel, nos han llevado a explorar, como a Penrose, el concepto del ‘metacosmos’ en sentido físico, y la dinámica ‘resonante’ en gran escala, de nuestro universo ‘local’, i.e., la naturaleza explosiva e inflacionada ‘palpitante’ de su devenir fluctuante, entre eventos de explosión- inflación- deflación- aniquilación por implosión, o simple degradación por difusión entrópica irreversible final. Así hemos podido no solo explorar su estructura y dinámica cosmológica en gran escala, sino también, su forma post-relativista de interactuar y acoplarse al posible ‘Nirvana’ externo, al metacosmos hiper-fluído, de tipo hidrodinámico, con el cual estaríamos vinculados por medio de una radiación superóptica de tipo ‘taquiónico’, la cual solo será observable cuando podamos construir ‘telescopios’ reductores, que nos permitan detectar su presencia.  Y ello solo quizás, cuando estemos viajando por túneles de espacio-tiempo a velocidades comparables muy superiores.

Solo nuestra dinámica operacional RTR nos permite visualizar, tautologizar y teleologizar todos estos posibles desarrollos, todos estos posibles modelos matemáticos que expresen formas variacionales de comportamiento físico, dentro de estructuras dinámicas que van más allá de nuestra propia estructura física, y cuyos vectores cruciales de interacción operacional solo ahora podemos entrever, en medio de la marea fluctuante del universo físico al que pertenecemos, además del por qué, cuando no se conocen estos principios, ciertos efectos físicos aparentes surgen como ‘magia’, de dichos modelos matemáticos, como las supersimetrías espejo, las funciones holomorfas conformes en la geometría de Riemann, o la cohomología de haces de la física twistorial de Penrose.  Todo lo cual nos lleva a la idea de la posible ‘fusión’ de las teorías supersimétricas de cuerdas con la teoría de twistores, dentro del marco de referencia ampliado de la física operacional RTR propuesta por nosotros.

Es todo ello lo que nos permite concluir que solo dentro del marco de referencia de la física operacional RTR será posible construir un modelo unificado integral del universo físico. ¿Será este un modelo completo y final? Los desarrollos de la física post-relativista, ‘super-lumínica’, de multiversos complejos que acabamos de evocar, que va mas allá de la teoría de campos cuánticos del nuestro, nos abre un panorama inquietante e incierto. Nos abre un nuevo campo de acción quizás tan rico y fascinante como lo fue en su tiempo, la apertura del inmenso campo del inframundo atómico, que nos aportó el descubrimiento ‘forzado’ del cuanto universal de acción, hace apenas algo más de cien años.

Sin ninguna duda, la física heptadimensional compléctica que debe surgir de todo ello, nos mostrará, nos ‘relievará’ la forma de integrarnos a ese mundo mágico y esquivo de los multiversos mecano-cuánticos taquiónicos, como las matemáticas complejas de la relatividad general  y las teorías cuánticas supersimétricas nos han revelado la estructura general macro y microfísica del nuestro, ‘mostrándonos’ cómo interactuar con ellos: la física cuántica con el microcósmos nuclear electrodinámico, y la Relatividad General con su macrocósmos sideral meta-galáctico.  La física Retro-Rotatoria RTR nos explicará además, como operan las series perturbativas de esos mundos ‘externos’, y la física twistporial y espinorial  que contienen en sus ámbitos diversos, a todas las escalas, y sobre todo, como las modelaron a nivel interescalar sus diferentes campos gravitatorios primigenios, cuales son los valores de sus diferentes constantes universales y cuales sus ecuaciones de estado básicas. En que forma su multidimensionalidad es producida, y si corresponde como la nuestra, a la heptaesfera, expresión supra-dimensional de su comportamiento dinámico básico complejo, de su forma de estructurarse  e interactuar a todos los niveles, como lo vimos en el ensayo dedicado al tema (cif. Cifra *091 – 2005).

Dicho modelo ‘unificado’ de nuestro propio universo, y de la forma de integrarse con otros posibles multiversos, parece ser la teoría de campos que reclama R. Penrose al final de su monumental trabajo sobre la naturaleza del mundo físico, sobre su exploración de esos ‘Caminos a la Realidad’’, tan esquivos, tan poco evidentes, tan poco ‘simplécticos’. Como él bien supone, se trata de una teoría de campos que está basada en esencia, en la aplicación de superficies de Riemann del género más alto, en variedades compléxicas.

Este es el camino que hay que seguir, que tiene mayor relevancia, al aplicar el modelo operacional RTR, que bien puede seguir la pista ‘de la variedad compleja de un espacio twistorial proyectivo’, (op.cit., *34-9), como lo propusiera Penrose, pero cuya dinámica operacional de fondo ya no es un misterio, sino que relieva el modelo operacional dinámico, recurrente y hereditario, de la física reaccional RTR llevado hasta sus últimas consecuencias por nosotros, como modelo ampliado del principio inercial básico que gobierna a nuestro apreciable universo multicelular, fluctuante, resonante y evolutivo. Este es el ‘cambio sutil de perspectiva’ que se requiere, el ‘detalle’ que se le escapó  a los físicos teóricos modernos, “ese algo que todos pasamos por alto” de Penrose (cif. Ibid., p. 1398). Esta es pues nuestra apuesta por una solución final que aporte un cambio de paradigma, como el esperado por los principales físicos teóricos y fenomenologistas de nuestro tiempo, en estos albores del tercer milenio cristiano. 

Esta tarea por supuesto, no culmina aquí, con la publicación de esta serie de ensayos, fruto de una vida de estudios metódicos, de meditación profunda y de observación atenta, de creación de conceptos en pensamientos complejos, simplécticos y prácticos, sino que apenas empieza.  Su divulgación pretende hacer de este pensamiento, por su poder heurístico, un principio activo fuente de progreso, de avance conceptual, de nuevos accesos a modelos matemáticos más eficaces, más relevantes, más compléxicos. Y ello por supuesto, sin pretender crear escuelas ‘sacrosantas’ de pensamiento paradigmático ecléctico, que impidan a otros desarrollar sus propias ideas, su propio pensamiento, sus propios métodos en nuevos esquemas desafiantes de progreso. Que nuestra propia experiencia sirva como un ejemplo más de lo pernicioso que puede llegar a ser el ‘reduccionismo totalizante’ del dogmatismo paralizante y mordaz de los ancestros ‘peripatéticos’.

La transmisión cultural de todos estos conceptos, y su aplicación práctica, es como siempre, el objetivo final de nuestros desvelos, ese ‘fuego sagrado en el alma’ de que hablaba Napoleón refiriéndose al de Miranda –el primer Colombiano de la Historia- por haber creado y difundido esa idea motriz de su vida que fue la emancipación de nuestros pueblos. Regalarle un mundo mejor a nuestros herederos, un mundo quizás por ello no menos atormentado y fluctuante, pero sí quizás, mucho más afluente y tolerante, a la vez comprensivo y desafiante, dado el nivel que con esta nueva ciencia debe alcanzar nuestra civilización en busca de progreso, ese es el nuestro. Sobre todo, dado que con ella podremos acceder, de forma práctica, indiscriminada, económica, eficiente y segura, a los cielos, cual un Ícaro redivivo, cual un Prometeo de los nuevos tiempos. Que ojalá así sea, y que nadie nos estorbe este derrotero. No permitid nunca que nadie os construya obstáculos insalvables al tratar de realizar vuestros propósitos, de recorrer vuestros derroteros. Que siempre habrá quien quiera hacerlo. Y para quien logre emprenderlos: Salud, a los nuevos aventureros, que nunca dejen de avanzar. Que nunca renuncien a sus sueños. ¡Salud y que regresen con buen suceso!


2013 © MG Acosta
Bogotá, Enero 13 de 2013.
CIFRA CDN 1201-B 2013 bis