jueves, diciembre 18, 2008

Petras-La elección del mayor estafador de la historia reciente









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12-12-2008









Un momento histórico



La elección
del mayor estafador de la historia reciente







James
Petras



Rebelión













Traducido
para Rebelión por Christine Lewis Carroll





Tengo
una visión de estadounidenses con 80 años trabajando en
oficinas y fábricas todavía, en silla de ruedas después
de haber perdido las piernas en las guerras imperiales y sus
pensiones gracias a los especuladores de Wall Street, y recordando
amargamente que habían votado a un Presidente que primero
prometió cambio, prosperidad y paz, para luego nombrar a
timadores financieros y belicistas.” Un ministro itinerante
2008
.



Introducción



Todo
el espectro político, desde la izquierda ‘libertaria’,
pasando por los editores progresistas de The Nation,
hasta el partido de extrema derecha compuesto de
neo-conservadores/belicistas sionistas y los académicos de
Berkeley/Chicago/Harvard partidarios del libre mercado ha aclamado
con una sola voz la elección de Barack Obama como ‘un
momento histórico y decisivo’ de la historia
estadounidense, y otros histrionismos. Por razones totalmente
externas
a las eyaculaciones emocionales de sus promotores, es
cierto que es un momento histórico:
Sólo hay que
constatar la brecha abismal entre la demagogia de su campaña
‘populista’ y sus antiguas relaciones carnales cada vez
más estrechas con los personajes políticos más
retrógrados, con los corredores de poder y con los apoyos
millonarios financieros e inmobiliarios.



Un
análisis somero de quiénes son sus asesores principales
de campaña, de cuáles son sus compromisos públicos
con los especuladores de Wall Street, con los militaristas civiles,
con los sionistas celosos y con los abogados corporativos evidencia
lo que se ocultó al electorado mediante la imagen de Obama de
ser el amigo del pueblo y dar el mensaje elocuente de ‘esperanza’.
Ganó eficazmente la confianza, los dólares y las
decenas de millones de votos al prometer ‘cambio’
(impuestos más altos para los ricos, el fin de la guerra de
Irak y la reforma del sistema nacional de salud); sin embargo, sus
asesores de campaña sugerían la continuación de
las políticas militares y económicas de la
Administración Bush (confirmada más tarde por los
nombramientos más estratégicos).



A
las tres semanas de su elección, nombró a todos los
posos políticos que habían provocado las guerras
interminables de las últimas dos décadas, y a los
diseñadores de las políticas económicas
responsables de la quiebra financiera y la recesión cada vez
más profunda que azota a decenas de millones de
estadounidenses hoy y previsiblemente en el futuro. Podemos afirmar
que la elección de Obama ciertamente representa un hito en la
historia estadounidense: La victoria del mayor estafador y sus
cómplices de la historia reciente.



Habló
con los trabajadores y trabajó con los amos de éstos.



Paseó
el color de su piel delante de las minorías mientras borraba
cualquier mención de sus quejas socio-económicas.



Prometió
la paz para Oriente Próximo a la mayoría de los jóvenes
estadounidenses y jura servilmente lealtad eterna al Partido de la
Guerra de los sionistas estadounidenses que obedecen a un poder
colonial extranjero (Israel).



Obama,
a una escala mayor, es la encarnación perfecta del Hombre de
Confianza de Melville. Te distrae mientras te quita la cartera. Te da
las gracias mientras te manda a luchar en nombre de un país
extranjero en una guerra en Oriente Próximo. Dice solemnemente
piedades vacías mientras vacía los fondos de la
Seguridad Social para rescatar a los principales financieros que te
estafaron de tus inversiones de jubilación. Nombra y alaba a
los arquitectos de los planes de pirámide desplomados mientras
promete que el futuro será mejor.



Es
cierto, “nuestros mayores críticos intelectuales”,
nuestros izquierdistas ‘libertarios’ y anarquistas
académicos utilizaron sus conferencias donde cobran 5 cifras
como plataformas para promocionar la candidatura del estafador:
Describieron el tono político del estafador como “respuesta
a las necesidades más sentidas de nuestro pueblo”.
Alabaron al estafador cuando habló de ‘cambio’ y
de ‘darle la vuelta de 180 grados al país’. Es
cierto, Obama dio una vuelta de 360 grados: Nos devolvió a las
políticas y a los arquitectos responsables de nuestro actual
desastre político-económico.



Los
seguidores progresistas y auto-narcotizados del estafador



El
contraste entre la retórica de la campaña de Obama y
sus actividades políticas fue transparente, público y
evidente para todos, salvo para las masas hipnotizadas y los
‘progresistas’ auto-narcotizados quienes se inventaron
argumentos en su favor. De hecho, incluso después de la
elección de Obama y el nombramiento tanto de los cómplices
de Clinton /Wall Street a los más altos puestos económicos
como de los arquitectos de las guerras imperiales prolongadas
(Hillary Clinton a Secretaria de Estado y Robert Graves de la
Administración Bush a Secretario de Defensa), los ‘verdaderos
creyentes progresistas’ encontraron razones para representar,
cual perrito faldero, la charada. Muchos progresistas argumentaron
que los nombramientos de belicistas y timadores por parte de Obama
fue un truco para ganar tiempo ahora y desplazarse a la ‘izquierda’
más adelante.



Si
nunca han reconocido sus errores históricos públicamente,
estos mismos progresistas se pusieron a escribir ‘cartas
abiertas al Presidente’ abogando a favor de ‘la causa del
pueblo’. Quizá sus epístolas logren evadir la
destructora de papel del Jefe de la Casa Blanca, Rahm Emanuel.



El
prestidigitador que habló de ‘cambio’ ahora habla
de ‘experiencia’ al nombrar a puestos tanto mayores como
menores a los mismos rocines políticos que rotan discretamente
entre Wall Street, Washington, la Reserva Federal y los ambientes
académicos. En vez de ‘cambio’, hay continuidades
absolutas de diseñadores de políticas, y sobre todo
vínculos mayores entre militaristas, Wall Street y los
nombramientos de Obama. Los verdaderos creyentes progresistas,
enfrentados con el fracaso total, se agarran a un clavo ardiendo.
Obligados a reconocer que todos los nombramientos de Obama
representan los posos del pasado corrupto y sangriento, esperan y
rezan para que las circunstancias extremas actuales conviertan a
estos belicistas impenitentes y partidarios de toda la vida del
capital financiero en defensores de un estado de bienestar keynesiano
resucitado.



Más
al contrario, Obama y sus hombres en el Pentágono,
Departamentos de Estado y Justicia, y agencias de Inteligencia y
Seguridad están pidiendo grandes aumentos en gastos militares,
envíos de tropas y militarización interior para
recuperar las fortunas perdidas de un imperio en declive. Obama y sus
hombres proyectan proseguir con energía la guerra global de
Clinton-Bush contra los movimientos nacionales de resistencia en
Oriente Próximo. Sus asesores de más confianza, que
colocan a Israel como prioridad, han echado el ojo a Irán,
Siria, Afganistán, Pakistán, Somalia, Sudán,
Palestina e Irak.



La
estafa económica de Obama



Luego
está el contraste entre los billones que Obama regalará
a los timadores financieros (y cualquier otra empresa privada
capitalista ‘demasiado grande para fallar’) y su
compensación cero para los 100 millones de cabezas de familia
estafados por valor de 5 billones de dólares en concepto de
ahorros y pensiones por parte de sus nombrados cohortes y los que se
han beneficiado de los rescates. Ni un solo centavo será
destinado a los parados de larga duración. Ni un solo
hogar será rescatado de la amenaza de desahucio.



Obama
es la marca registrada de una red de personal de confianza. Es una
banda bien organizada de políticos eminentes, recaudadores de
fondos, buscavidas de los medios de comunicación, magnates
inmobiliarios y macarras académicos. Se unen a ellos y los
encubren los funcionarios y rocines del Partido Demócrata.
Como el virtuoso, Obama proyectó la imagen y siguió el
guión. Pero la financiación y todo el tinglado
‘populista’ fueron construidos por los partidarios
inflexibles del libre mercado, por los que ponen a Israel primero,
tanto judíos como gentiles, por los belicistas de Washington y
por todo un ejército de burócratas multimillonarios.



La
estafa electoral sirvió para algo más que la mera
propulsión de una docena de artistas estratégicos de la
estafa hacia puestos relevantes de la Casa Blanca. Primero, la banda
estafadora de Obama desvió la rabia e ira de decenas de
millones de estadounidenses económicamente machacados y
sangrados por la guerra, de forma que la hostilidad no se vertiera
sobre una presidencia y un congreso desacreditados, o sobre un
sistema político grotesco de un partido con dos facciones, y
diera como resultado la acción directa o al menos un nuevo
movimiento político.



En
segundo lugar, la imagen de Obama proporcionó una tapadera
temporal
para el regreso y la continuidad de todo lo que
detestaba el pueblo estadounidense – los arrogantes timadores
intocables, el desempleo creciente y la incertidumbre económica,
la pérdida de hogares y ahorros de toda una vida, y las
guerras imperiales interminables.



Siendo
las estrellas de la película Paul Volker, ‘Larry’
Summers, Robert Gates, los Clinton, Geithner, Holder y General (‘Tú
bebe tu kool-aid mientras yo ocupo mi sitio en el Consejo de
Administración de Boeing’) Jim Jones (Cuerpo de Marines
de los Estados Unidos USMC), Obama nos obsequia con un nuevo pase de
intervenciones militares y crímenes de guerra, bandidaje en
Wall Street, Abu Graib, buscavidas del Comité
Estadounidense-Israelí de Actividades Políticas AIPAC y
todas las demás pamplinas diversas. Nuestro Gunga Din hecho en
Harvard da a entender que habla en nombre de todos los sujetos
coloniales pero actúa en el interés del imperio,
de sus vampiros financieros, y de sus criminales de guerra y sus
sanguijuelas de Oriente Próximo de la Tierra de los Elegidos.



Las
dos caras de Obama



Como
la cara de Jano en las monedas de la república romana, Obama y
sus íntimos amigotes bromearon cínicamente sobre ‘cuál
es la cara real de Barack’, conscientes de la estafa que
perpetraban durante la campaña. En realidad, sólo hay
una cara – la de un Obama muy comprometido, consecuente y sin
tapujos, demostrando con sus nombramientos la cara de un constructor
de imperio.



Obama
es un militarista a las claras con el firme propósito de
reconstruir el imperio estadounidense hecho jirones. El Presidente
Electo es un defensor de Wall Street imperturbable – colocando
la recuperación de los grandes bancos y empresas de inversión
como prioritaria. Las personas nominadas para los puestos económicos
más relevantes (Tesorería, asesores de la Casa Blanca)
están bien capacitadas (largo servicio en la oligarquía
financiera) para perseguir la agenda de Wall Street de Obama. No hay
ni un solo miembro de su equipo económico que represente o
haya defendido los intereses de las clases asalariadas (ni siquiera
de las pequeñas y medianas empresas procedentes de la
industria productiva).



Los
propagandistas de Obama sostienen que sus nombramientos reflejan su
preferencia por la ‘experiencia’ – esto es verdad:
Su equipo ha tenido mucha ‘experiencia’ en aumentar los
beneficios empresariales, compras y especulación en el
transcurso de sus largas y lucrativas carreras. Obama no quiere a
jóvenes sin historiales de haber servido a las Grandes
Finanzas cuyos intereses le son cruciales. Quería a
funcionarios económicos de confianza que reconocieran que la
tarea central de su régimen es la refinanciación
millonaria. Los nombramientos de los Summers, Rubins, Geithners y
Volkers encajan perfectamente con su ideología: Son la mejor
elección para sus metas económicas.



Los
críticos de estos nombramientos hablan de los ‘fallos’
de estos economistas y su papel en ‘el colapso del sistema
financiero’. Estos críticos no reconocen sin embargo que
sus ‘fallos’ no es lo más relevante, sino su
compromiso inquebrantable con los intereses de Wall Street y su
voluntad para sacar billones de dólares más a los
contribuyentes estadounidenses con el fin de sostener a sus colegas
de Wall Street.



Con
Clinton y Bush, previo al desplome financiero, éstos
‘liberalizaron’ la práctica de timar a 100
millones de estadounidenses de billones de ahorros y pensiones
privados. En la crisis actual, éstos son exactamente las
personas necesarias para timar a la tesorería de los Estados
Unidos los billones de dólares que necesitan para rescatar a
sus compañeros oligarcas. El Presidente Blanco (Bush) deja
excrementos humeantes en las alfombras de la Casa Blanca, y Wall
Street llama al ‘histórico’ Presidente Negro Obama
para organizar la limpieza.



Obama,
el militarista, supera a su antecesor



Lo
que hace a Obama un militarista y defensor de Wall Street mucho más
audaz que Bush es que tiene la intención de perseguir
políticas militares que ya han dañado al pueblo
de Estados Unidos nombrando a personas que ya han sido
desacreditados
en el contexto de guerras imperiales
falladas y una economía interior fracasada. Mientras Bush
empezó sus guerras después de que la paz acostumbrada
de Estados Unidos fuera destrozada por el clima de miedo orquestado a
raíz del 9/11, Obama tiene la intención de lanzar su
intensificación de los gastos militares en el contexto de un
desencanto público generalizado con las guerras en curso, con
déficits fiscales monumentales, con presupuestos militares
inflados y después de que 100.000 soldados estadounidenses
hayan muerto, estén heridos o destrozados psicológicamente.



Los
nombramientos de Obama de Clinton, General Jim Jones, el ciudadano
israelí Rahm Emmanuel y el ultra-sionista Dennis Ross, encajan
perfectamente con su agenda imperial-militarista de intensificación
de la agresión militar. Su selección de candidatos en
el terreno de la inteligencia también encaja perfectamente con
la prioridad de Obama de recuperar el liderazgo mundial de Estados
Unidos (reconstruir las redes imperiales de Estados Unidos). Toda la
charlatanería de los medios sobre los esfuerzos de Obama de
‘bipartidismo’, ‘experiencia’ y ‘competencia’
tapa los asuntos fundamentales: Las personas elegidas de los dos
partidos están completamente comprometidas con la construcción
del imperio militar. Todos están a favor de “un nuevo
esfuerzo por renovar
la posición de Estados Unidos en el
mundo” (léanse ‘la dominación imperial de
Estados Unidos en el mundo’), de acuerdo con lo que dijo la
futura Secretaria de Estado Hillary Clinton. El General James Jones,
la elección de Obama para la Seguridad Nacional, presidió
las operaciones militares durante el período de Abu
Graib/Guantánamo. Apoyó con fervor el aumento de tropas
en Irak y aboga por un gran aumento del gasto militar, 100.000
efectivos y la militarización de la sociedad doméstica
estadounidense (sin mencionar sus relaciones financieras personales
con el complejo industrial militar). Robert Gates, como el Secretario
de Defensa de Obama, apoya la guerra imperial universal, unilateral y
sin límite. Cuando el número de países aliados
de Estados Unidos en Irak caiga de 35 a 5 el 1/1/2009 y el régimen
títere iraquí está pidiendo la retirada de todos
los soldados estadounidenses para 2012, Gates, el intransigente,
insiste en una presencia militar permanente.



El
asunto de ‘la experiencia’ gira alrededor de dos
cuestiones: (a) la experiencia relacionada con ¿qué
prácticas políticas pasadas? (b) la experiencia
necesaria para perseguir ¿qué políticas futuras?
Toda la experiencia pasada de los nombramientos está
relacionada con guerras imperiales, conquistas coloniales y la
construcción de estados amigos. La ‘experiencia’
de Hillary Clinton fue su apoyo al bombardeo de Yugoslavia y la
invasión de la OTAN de Kosovo, su apoyo al Ejército de
Liberación de Kosovo (KLA), una organización
terrorista-criminal internacionalmente reconocida, y los bombardeos
implacables de Irak en la década de los 90, la invasión
criminal de Bush de Irak en 2003, el bombardeo asesino de núcleos
civiles en el Líbano por parte de Israel… y ahora las
llamadas a voz en grito para la ‘destrucción total de
Irán’. Clinton, Gates y Jones no han propuesto nunca
durante su carrera política la negociación pacífica
de disputas con cualquier adversario de los Estados Unidos o Israel.
Dicho de otra manera, su ‘experiencia’ alardeada se basa
exclusivamente en su enfoque militarista unidimensional de las
relaciones exteriores.



Y
la ‘competencia’ ¿para hacer qué? En
términos generales, Los Tres (Clinton, Gates y Jones), han
demostrado la mayor incompetencia para librar a los Estados
Unidos de guerras coloniales perdidas, costosas y dilatadas. Les
falta la más mínima capacidad de reconocer que la
construcción de imperios militaristas en el contexto de
estados independientes ya no es viable, que sus costes pueden
arruinar una economía imperial y que las guerras sin fin
erosionan su legitimidad a los ojos de la ciudadanía.



Incluso
dentro del marco del pensamiento estratégico, geopolítico
e imperial, sus posicionamientos demuestran la más alta
incompetencia: Apoyan ciegamente a un pequeño estado colonial
ideológicamente fanático y altamente militarizado
(Israel) frente a 1.5 billones de musulmanes que viven en naciones
ricas en recursos minerales y petrolíferos con mercados
lucrativos, potencial inversor y situadas en el centro estratégico
del mundo. Promocionan guerras totales contra poblaciones enteras,
como ocurre en Afganistán, Irak y Somalia, sin la menor
posibilidad de ganarlas. Son verdaderamente los ‘Maestros de la
Derrota’.



Obama
nombró a ‘Los Tres’ por su experiencia,
competencia y apoyo bipartidista en la persecución de guerras
imperiales. No se percató de sus fallos deslumbrantes, sus
violaciones flagrantes de las normas básicas de la
civilización (los derechos humanos de decenas de millones de
civiles en naciones soberanas) a causa de su voluntad de perseguir
las ilusiones de un nuevo orden mundial dominado por los Estados
Unidos.



Conclusión



El
compromiso profundo de Obama de convertirse en el salvador del
imperio estadounidense se evidencia en el nombramiento a los puestos
más relevantes de los políticos y generales más
mediocres y fallidos basándose en su voluntad de perseguir la
construcción de imperios militaristas mientras la economía
doméstica se desploma y la ciudadanía se empobrece y se
desangra.



Igual
que la campaña electoral y victoria posterior de Obama
entrarán en los anales de la historia como la estafa política
del nuevo milenio, sus nombramientos políticos y económicos
marcarán otro momento ‘histórico’: El
nombramiento de especuladores y belicistas fallidos y corruptos.
Unámonos a la celebración inaugural de nuestro ‘Primer
Presidente Imperial Afro-Americano’ ¡que gana mediante la
estafa y gobierna con las armas! 



Título
original en inglés:
A
Historic Moment: The Election of the Greatest Con-Man in Recent
History



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