¿SABES QUIÉN ES LA ROSA DE EL PRINCIPITO?
El Principito es uno de los libros más valorados y conocidos para la humanidad. Un libro donde una rosa representa, la vanidad, el orgullo, por saberse única, por sentirse muy amada y cuidada. También representa el egoísmo, ya que la rosa sólo piensa en ella. No se da cuenta que sin el amor del Principito ella no sería nada.
El principito muestra un amor puro y desinteresado por la rosa, ese amor que está por encima de los propios intereses. Para el Principito, la rosa es única porque es SU rosa. Él sabe que hay muchas otras rosas, pero ésta es a la que él le dedica su vida.
La rosa es un personaje interesante en el libro. Es bella, se cree inigualable, sin saber que hay cientos y miles de flores como ella misma.
El Principito acaba huyendo de ella, iniciando entonces su gran viaje por el universo y terminando finalmente por darse cuenta que ella no supo comprender su amor, que él nunca debió huir. Y que ambos eran demasiado jóvenes para saber amarse como merecían.
El principito es el mismo Saint-Exupéry. Y nunca se refirió a una rosa como tal, sino a Consuelo, Née Suncín, su esposa, su amor.
Seguro todos los amantes de "El Principito", no sabían que la Rosa no era solo un personaje cualquiera. Pues noooo!!! Este personaje resulta ser salvadoreña, esposa de Antoine de Saint Exupery, una mujer muy orgullosa que hizo sufrir mucho a Antoine y a otros hombres antes de él.
Fue hija de un general, dueño de fincas cafetaleras. A los 18 años consigue una beca y se va a Estados Unidos a estudiar inglés,( en esa época era algo mal visto)
Se casa con el mexicano Ricardo Cárdenas un dependiente de un almacén de pinturas (aunque ella en sus memorias afirma que era un general del ejercito), matrimonio que acabó en divorcio, ya que meses después su ex marido murió en un accidente de ferrocarril.
Así que viuda y con ganas de comerse al mundo, llega a México con una carta de recomendación y solicita entrevistarse con José Vasconcelos, el gran escritor, ese mismo que dijo “por mi raza hablará el espíritu”.
Consuelo insiste hasta que Vasconcelos le da empleo y le ayuda a estudiar Derecho, pero se enamora de ella y tienen un romance.
Vasconcelos la lleva a París donde conocen al guatemalteco Enrique Gómez Carrillo, quien en su tiempo era considerado el escritor latinoamericano con más éxito, Consuelo le abandona y se casa con Gómez Carrillo.
Herido, Vasconcelos le dedica varias páginas en sus memorias y dice que ese romance con el príncipe de los cronistas es debido a la vocación puteril de su amada.
Otra vez vuelve a quedar viuda, pero ahora con mucho dinero, así que bonita, joven, viuda y con mucho dinero viaja a Buenos Aires a liquidar las propiedades de su difunto marido y ahí conoce a Antoine de Saint Exupery. Lo de él fue amor a primera vista, la invita a volar y ahí suceden una serie de incidentes pero Consuelo siempre manteniendo a raya a Antoine (“creo que ella me ha domesticado” dice en el libro sobre su amor a la rosa ¿les suena de quien habla?). Se casan en contra de la voluntad de la familia del escritor, no le perdonaban que una mujer viuda y de origen indígena se ganara el corazón del escritor más famoso de Francia. La única defensora de Consuelo fue su suegra, y según sus propias palabras: “si su hijo la amaba, ella la amaba”
Consuelo y Antoine vivieron trece años de matrimonio intenso, él con sus frecuentes viajes, el gusto por la vida y viajar
(“Vete a ver las rosas; comprenderás que la tuya es única en el mundo”, ¿Te vuelve a sonar?).
Según palabras de ella, ser la esposa de un piloto fue un suplicio, ser la de un escritor un verdadero martirio. A pesar de sus peleas, él siempre estaba al pendiente de ella, pues ella era asmática así como la rosa que tosía y el principito la tenía en un biombo para que no le pasara nada. Ella le fue infiel muchas veces como esposa, pues era muy bella. Tanto fue el sufrimiento que Antoine la convirtió en el personaje más nefasto y orgulloso de El Principito.
La sociedad francesa trató de no relacionar su nombre con el escritor por lo mala que fue con él, no fue sino hasta hace pocos años que la reconocieron como parte de su vida...
No hay comentarios.:
Publicar un comentario